Por Juan J. Gutiérrez – EFE | El próximo miércoles 20 de marzo concluirá el invierno astronómico, una estación que en el Archipiélago ha estado marcada por ser la más cálida desde 1961 y la escasez de precipitaciones, llegando a ser extremadamente seco y una constante presencia de polvo en suspensión.
Según la Agencia Española de Meteorología (Aemet), en Canarias, en su informe sobre el invierno meteorológico, que dio comienzo el 1 de diciembre y se alargó al 29 de febrero, de esos 90 días, solo hubo 12 sin el influjo del polvo sahariano en suspensión en la atmósfera de las Islas. “El 85% de los días de meses de diciembre, enero y febrero hubo calima”, una situación que el delegado de la Aemet en Canarias, David Suárez, calificó de “inusitadamente extraña en las islas y en estos meses”.
Aemet Canarias registró hasta seis días de calima intensa, es decir, aquella entrada con alta concentración de polvo que afecta a la visibilidad por debajo de los 10 kilómetros, mientras que la media del periodo de 1991 a 2022 fue de cuatro días. De los 77 días trascurridos desde que entramos en 2024, 19 de ellos hemos estado en prealerta por calima en las Islas.
Las altas presiones atmosféricas que se han establecido en el alrededor de Canarias han provocado que cada vez hayan llegado en menor medida hacia las Islas y la costa africana más próxima los frentes fríos, que sí han dejado precipitaciones en la Península y han favorecido la intrusión en los últimos meses varios episodios de desplazamiento de polvo sahariano sobre el Archipiélago, que causaron elevados niveles de concentración de partículas PM10, cuyo tamaño es inferior o igual a 10 micras.
Uno de los episodios acaecidos en enero provocó un desplazamiento de largo alcance hasta Sudamérica (en otras ocasiones ha llegado a Estados Unidos), mientras que otro cruzó por la Península hasta el noroeste de Europa. Durante la primera quincena de febrero, también se observaron concentraciones elevadas de PM10 debidas al polvo sahariano en el Mediterráneo. Cada vez son más los episodios de calima en la Península.
Variable y con picos más intensos
Los expertos de la Aemet en el Observatorio de Izaña, que llevan 20 años de estudio de este fenómeno, ya alertaron de que atmósfera está cambiando, que hay una desestacionalización, el polvo sahariano llegará también con más intrusiones en invierno y en primavera, con un empeoramiento de la calidad del aire. Se está constatando un aumento de estos episodios e intentando averiguar qué puede explicarlo.
El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, David Suárez, indicó a EFE que desde la década de los 80 se ha apreciado un descenso en la cantidad de calima, pero existe una “gran variabilidad” que hace que aparezcan esos picos más intensos.
Suárez señaló que debido a la situación de sequía prolongada en el norte de África, que hace que la humedad del suelo “sea más baja y que el polvo esté más disponible”, unida a vientos intensos capaces de levantar esas partículas, y el anticiclón de las Azores desplazado más al este de lo habitual, arrojan una explicación de los episodios de calima en los inviernos de Canarias de los últimos años. “Desde 2020 se nota un incremento en la actividad del polvo en suspensión hacia el Archipiélago”.
“Es decir, necesitamos, primero, que el polvo esté disponible y, por otro lado, que la dinámica atmosférica sea capaz de levantar ese polvo y trasladarlo hacia otras regiones, y eso es lo que hemos visto, por ejemplo, en estos últimos inviernos”, detalló.
Cambio climático
El delegado de la AEMET en Canarias admitió que el cambio climático podría tener relación con los episodios de calima, ya que el aumento de las temperaturas y la falta de lluvia contribuyen a bajar la humedad del suelo e inciden en la desertificación de las tierras del norte de África.
Destacó “los cambios de uso del suelo que se van produciendo; el descenso de la humedad relativa del suelo en la región fuente (Sahara), el descenso de las precipitaciones, y después también nos queda ver qué patrones sinópticos dominarán cada trimestre o cada estación”.
Agrava la salud de personas con enfermedades crónicas o respiratorias
La presencia constante de este polvo en suspensión tiene consecuencias negativas que pueden agravar los problemas de salud de personas con enfermedades crónicas o respiratorias, como broncoespasmos (dificultades graves para respirar), dolor torácico, asma, especialmente en personas con patologías respiratorias, enfermedades cardiovasculares y en algunas personas puede provocar crisis de ansiedad.
También puede generar a la población en general problemas respiratorios, irritación en las mucosas, obstrucción nasal, picor en los ojos o tos, si se realizan actividades laborales o ejercicio intenso en el exterior.
Por tanto, hay que poner en práctica las medidas de autoprotección necesarias en estos casos, como, por ejemplo, asegurarse de tener la medicación habitual, mantener puertas y ventanas cerradas, realizar la limpieza de las superficies con el polvo con paños húmedos, mantenerse en ambientes húmedos e hidratarse, así como evitar salir a la calle, exponerse al aire exterior y no realizar ejercicios físicos severos al aire libre. En caso de empeorar los síntomas respiratorios se recomienda alertar al 1-1-2.
Como norma general, es importante beber mucho líquido, especialmente los niños y los ancianos, para evitar la deshidratación, así como los ambientes secos y no realizar ejercicio físico severo mientras se mantenga esta situación.
El polvo mineral es un fertilizante natural que enriquece tanto los suelos como las aguas oceánicas
Los episodios de calima no son algo nuevo ni en Canarias, ni en el sur de la Península Ibérica, pero el número de días con polvo en suspensión están cobrando relevancia en los últimos años, tanto por su magnitud como por su frecuencia, favorecidas por el marco de calentamiento global.
Los impactos negativos en la salud no son los únicos atribuibles a las masas de aire con calima del Sáhara. Este polvo mineral, a veces en muy altas concentraciones, también es un fertilizante natural, tanto de los suelos como de las aguas, como en la migración de los atunes en aguas del Atlántico. En ambos estudios han intervenido investigadores canarios.
Un estudio elaborado y publicado el pasado mes de febrero, por investigadores de las universidades de La Laguna y de Málaga, sobre su composición, desveló que estas partículas enriquecen los suelos con isótopos de 137Cs y plutonio en los suelos de las áreas receptoras, como consecuencia de la resuspensión, transporte y deposición del polvo sahariano.
Dicho estudio se basó en dos intensos y consecutivos episodios de calima en el año 2022. La llegada de polvo sahariano afectó considerablemente al sur de España y a Canarias.
Aunque los casos estudiados duraron unos pocos días, el impacto radiológico reportado sugiere que este tipo de evento extremo de polvo del Sahara podría tener fuertes implicaciones regionales.
Los niveles de actividad de varios radionúclidos (que son la forma inestable de un elemento que emite radiación para transformarse en una forma más estable) naturales y artificiales (7Be, 210Pb, 40K, 137Cs, 239Pu, 240Pu, 239+240Pu) e indicadores radioactivos (alfa total y beta total) se vieron afectados por estos eventos.
En cualquier caso, las muestras de aerosol analizadas “no representan ningún riesgo radiológico para la población”, así lo informó la Universidad de La Laguna. Los resultados ofrecen perspectivas adicionales sobre la dependencia de las propiedades de las partículas de las regiones fuente y de la ubicación geográfica donde son recolectadas.
Migración del atún
Por su parte, Sergio Rodríguez, investigador del IPNA-CSIC y autor principal del estudio African desert dust influences migrations and fisheries of the Atlantic skypjack-tuna (Influencias del polvo desértico sahariano en las migraciones y pesquerías del atún listado en el Atlántico) publicado en Atmospheric Environment en 2023, señala que la especie de atún listado se va desplazando a lo largo del año desde el Ecuador hasta Canarias de acuerdo a las deposiciones de polvo que van teniendo lugar en las aguas.
Los episodios de calima actúan como el “principal agente modulador de las dinámicas de estos atunes” de aguas tropicales y subtropicales, lo que condiciona el mayor o menor volumen de capturas.
El polvo sahariano aporta al agua una gran cantidad de nutrientes (hierro y silicatos) que provoca una explosión en el fitoplancton que atrae a especies que los consumen y éstos a su vez alimentan a otros como los atunes listados.