arona

“A mi edad, mi madre se podía permitir un alquiler y ser madre soltera”

El alza de precios impide que jóvenes como Paula y Noemí puedan abandonar su vivienda familiar en el Sur. “Es inviable”, relatan

Por Doris Carballo. | “Mi situación económica y personal no me permiten hacer frente a un alquiler, más los gastos, por mí misma. Destinaría el 70% de mi sueldo a ello. Es inviable”. El relato de Noemí, adejera de 35 años, es un reflejo de la realidad que actualmente están viviendo muchos tinerfeños, que no pueden afrontar unos mínimos para residir solos y tener calidad de vida. Todo ello derivado de la grave situación que está atravesando la Isla en materia de vivienda, debido al aumento exponencial del precio del alquiler, la precariedad laboral y el crecimiento poblacional.

Una realidad que, sobre todo, afecta al sur de la Isla, donde proliferan las viviendas vacacionales para periodos de corta duración, los altos precios y la escasez de ofertas de alquiler para periodos largos. “No puedes independizarte, ni siquiera en zonas altas, como San Miguel, Granadilla o Buzanada, porque los alquileres están por las nubes”, cuenta a este periódico otra afectada, Paula, de 30 años.

Los elevados precios han llevado a que los isleños tengan que recurrir al alquiler compartido para poder abandonar su vivienda familiar. Un recurso que, según el portal inmobiliario Idealista, se ha incrementado un 85% en Santa Cruz de Tenerife durante el último año. “No tengo planes de futuro si no son compartidos. En la situación actual, debes tener un compañero de gastos. Esto también es aplicable a la independencia y a una planificación familiar, por lo que el futuro se hace lejano e imposible de planificar hoy en día”, relata Noemí, que trabaja de auxiliar administrativo en Adeje.

La joven, que desde hace dos años reside en su vivienda familiar en dicho municipio, expone que, años atrás, cuando los precios no eran tan elevados, pudo residir en la misma zona sola, incluso con un sueldo inferior al de ahora: “Estuve año y medio viviendo sola en el centro de Adeje, con un sueldo inferior al actual, con el que podía hacer frente a los gastos y al alquiler. Al poco tiempo me mudé a otro piso en la zona de Torviscas Alto con una amiga y estuvimos en esa situación casi siete años, hasta que los precios de toda la vida comenzaron a subir y la situación se volvió insostenible”.

Así, en la actualidad, indica la adejera, “vivo al día e intentando no gastar en cosas que no sean vitales, tratando de ahorrar todo lo posible para poder optar a algún piso que pueda permitirme en algún momento. Mi alternativa es compartir gastos y buscar en zonas alejadas del turismo, aunque, en el caso del Sur, no quedan ya muchas opciones, debido a la alta demanda. Los precios oscilan entre los 750 y 850 euros. Y ya si hablamos de zonas más céntricas, más de 1.000”.

Paula, que trabaja como docente en Granadilla de Abona, relata que no ha podido abandonar su núcleo familiar en Arona: “En mi isla no he podido independizarme. Ahora, estoy intentando hacerlo con mi pareja para asumir los gastos entre dos, pero los precios que piden en el Sur son desproporcionados en cuestión a la calidad de los inmuebles que se ofertan, por lo que nos está costando mucho”.

La joven manifiesta que, a sus 30 años, el hecho de no haber podido irse de casa es una situación que le frustra y que contrasta con la que vivió su madre antes de que ella naciera: “El alza de precios nos limita en todos los sentidos. Yo veo que tengo 30 años y que mi futuro no camina. A mi edad, mi madre se podía permitir un alquiler y ser madre soltera. Hoy en día es imposible plantearse algo así”. De esta forma, relata que siente que el tiempo pasa y que ve inviable poder plantearse siquiera poder formar una familia: “La situación es tan asfixiante para uno mismo que no se puede pensar más allá”.

Ambas coinciden en que no solo les afectan los elevados precios de los alquileres, sino también los altos costes de vida, con la subida de los alimentos y la gasolina. Todo ello teniendo en cuenta que Canarias, con 1.630 euros al mes, es la segunda región española que peor salario paga, solo por delante de Extremadura, y a 652 euros de distancia de lo que cobra un trabajador en Madrid, comunidad con la remuneración más alta, tal y como recoge el Monitor de Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo.

“Comer decentemente es un lujo y eso que es lo básico en la vida de una persona. Al final, te limitas a comprar lo imprescindible e, incluso, mides lo que sales. Si nos ponemos a sumar todo, se te cae el alma al suelo. En definitiva, si sumas el alquiler, la cesta de la compra y la gasolina piensas que son cosas de ricos. Esta situación propicia que los extranjeros que viven en el Sur, que tienen mayores sueldos, puedan pagar precios que nosotros no”, subraya Paula.

regular los precios

Noemí propone que se creen unos organismos que se encarguen de regular los precios, pues lo único que buscan los ciudadanos isleños son viviendas familiares: “Creo que debe haber un organismo que regule estos precios, ya que tampoco estamos hablando de alojamientos de lujo o en zonas exclusivas, sino de viviendas familiares necesarias para los habitantes locales, que cada vez optan más por irse de su ciudad o pueblo natal para encontrar mejores oportunidades, sin tener deseos de hacerlo, pero empujados por la necesidad”.

El alto coste del alquiler hace que vivir solo sea una utopía

La subida del precio de los alquileres en el sur de Tenerife es una evidencia que puede comprobarse en portales como Idealista, donde el piso más económico ayer se encontraba en Las Galletas, un estudio de 34 metros cuadraros, de una habitación, a 650 euros al mes, gastos a parte. Si se busca un inmueble con más de una habitación el precio sube. En la misma zona, un piso de 68 metros cuadrados, con dos habitaciones, sale 785 euros, todo incluido. La evidencia es clara: compartir se está convirtiendo en la única alternativa para poder sufragar los gastos.

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