Con las manos entrelazadas y una cara de circunstancias, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunciaba el 14 de marzo de 2020 el estado de alarma “para hacer frente al coronavirus”. Dos meses antes, en enero, la prensa nacional e internacional se hacía eco del primer positivo de COVID-19 en el país, el de un turista alemán en La Gomera.
Curiosamente, el segundo caso también se produjo en Canarias, en Tenerife, donde un cliente del hotel H10 Costa Adeje Palace se infectó del “virus chino”, obligando a confinar el establecimiento hotelero en la noche del 23 de febrero con 893 huéspedes y una quincena de empleados que trabajaba a esa hora.
Sara Fariña Coello, oyente habitual del programa matutino de Atlántico Radio, Good Morning Canarias, que presentan Gara García y Willy García, recordó este miércoles aquellos días de cuarentena en el hotel ubicado en el municipio sureño, donde se hospedó con su familia. Aquella noche de domingo se levantó para ir al baño y vio cómo deslizaban una cartulina por debajo de la puerta de la habitación: “Ponía que no podíamos salir”. Y entre esas cuatro paredes pasaron las siguientes 24 horas. El martes, por suerte, pudieron ir a desayunar.
“Vi cómo deslizaban una cartulina por debajo de la puerta que ponía que no podíamos salir de la habitación; el hotel estaba confinado”
Las inmediaciones del establecimiento hotelero se instaló un gran despliegue policial y los alrededores se llenaron de periodistas y cámaras de televisión venidos de todo el mundo. De puertas para dentro, se producía una especie de batalla continua, minuto a minuto, hora tras hora, para salir de aquella pesadilla, tal y como contaba a DIARIO DE AVISOS una de las empleadas.
Fariña Coello comenta que el hospital de campaña que se montó en las instalaciones se parecía al de la película de E.T.: “Nos hacían pruebas y, la verdad, nunca tendré palabras en mi vida para agradecer el trabajo que hicieron los trabajadores del hotel para que todos estuviésemos bien”.
“Siempre faltaba uno”
Pese al calvario que se estaba viviendo dentro del H10, la huésped recuerda una anécdota graciosa: “Siempre faltaba uno a la hora de hacerse el test y resulta que era uno que no quería que se supiese que estaba allí porque no estaba con quien tenía que estar”.
El confinamiento del establecimiento situado en Adeje duró hasta el 10 de marzo, cuando el último grupo de 274 huéspedes que quedaba alojado vio como por fin se abrían las puertas: “Al cuarto día, a los canarios nos hicieron un test. A los que dimos negativo, a las 00.00 horas, el gerente nos sacó de la habitación, nos metió en el ascensor y ‘callejeamos’ hasta llegar al almacén, que es como un garaje, donde había una jueza con un mono de plástico con una orden judicial para que nos confináramos en casa“.
Sara Fariña Coello indica que a los dos días, el 14 de marzo, Pedro Sánchez decretó el estado de alarma en España: “Madre mía, qué recuerdos, lo tengo todo documentado porque fue una vivencia única“.
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