Cuando empezó con el tratamiento de radioterapia, Susana López Heredia no conocía a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Menos aún, el servicio gratuito de transporte que presta, del que tiempo después se pudo beneficiar y con el que estará siempre muy agradecida. Se tenía que desplazar todos los días desde su casa, en la Cruz del Teide, en la Villa Arriba de La Orotava, al centro del municipio para coger la guagua en la estación, dado que ni su marido ni ella tienen coche.
Fue en el servicio de Oncología del Hospital Universitario de Canarias (HUC) donde se enteró de que la AECC contaba con esta prestación de carácter gratuito, no dudó en solicitarlo y, en apenas tres días, se lo concedieron.
Después de utilizar en un par de ocasiones el transporte público, sus idas y venidas al HUC habían cambiado por completo. Ya no era un trayecto obligatorio, con todo lo que eso suponía, sino que se había convertido en un paseo.
Susana pidió ir acompañada por su esposo, dado que lo necesitaba para afrontar mejor el tratamiento, y le dijeron que no había inconvenientes porque el micro no iba completo, pero le aclararon que siempre se priorizaba a los pacientes.
“Quedamos en la estación de guaguas con Jose y fue lo mejor que me ha pasado, porque me ha ayudado un montón. No solo en lo económico, sino en lo personal. Cogía cola, me sentía mal porque me dolía mucho la tripa, pero por suerte fue muy poco tiempo”, apunta.
Además, se podía levantar más tarde y eso hizo que fuera siempre más descansada a darse el tratamiento, un aspecto importante para mitigar los efectos más negativos.
“En el micro de AECC, no vas pensando en que te espera un tratamiento muy agresivo, sino en otras cosas. Jose y mi marido hablaban mucho de fútbol, me iba distrayendo, el tiempo se pasaba más rápido y, cuando llegaba al HUC, estaba más relajada. Y a la vuelta, ocurría lo mismo, se te olvida que te encuentras mal”, cuenta a este periódico.
Al hablar de Jose Antonio Dévora Pagés, el conductor y ordenanza, Susana esboza una sonrisa. Se reencontraron para el reportaje, pero él siempre pregunta en la asociación por ella y su esposo.
Pese a que utilizar este servicio para acudir a las sesiones de radio, quimio y también a consulta oncológica o a un escáner supone ventajas para el paciente, todavía hay muchos que no lo conocen, como ella en sus inicios. En su caso, en 28 días solo coincidió con una señora del Puerto de la Cruz. Contrariamente, la guagua de 18 plazas que sale desde el Sur está completa. Por eso, es importante que las personas que lo necesiten se pongan en contacto con la asociación, sean o no socios.
Es lo mismo que sostiene Yolanda Yanes Rodríguez, la trabajadora social de la Zona Norte, quien explica que la idea de implementar esta guagua surgió en el Sur de Tenerife con una compañera que empezó a recibir demanda de personas que debían trasladarse al hospital de La Candelaria para su tratamiento. En ese momento, cuando todavía no existía la gratuidad en el transporte público, hicieron un cálculo y a quienes vivían en el Norte y debían acudir a su sesión de lunes a viernes les suponía un gasto aproximado de unos 300 euros mensuales. “Si tenemos en cuenta que la pensión no contributiva asciende a 400 euros al mes, la persona tenía que elegir entre comer o darse el tratamiento”, afirma con dureza.
A ello se suman las colas que soportan en la autopista, la espera por la guagua de Titsa, que en muchos casos supera la hora y media porque, si viene llena, no para, y el trayecto que deben caminar hasta llegar al HUC, atravesando los cruces del tranvía, muchas veces en condiciones climáticas adversas. Una rutina que se repite tanto de ida como de vuelta.
Así surgió el servicio con Jose, quien, después de varios años en el sur, pasó a ser conductor del micro en el Norte, que abarca desde Buenavista a Tacoronte. En los cuatro años que lleva, ha trasladado a vecinos de todos estos municipios a excepción de Garachico; a veces, solo lo acompaña un paciente.
“Antes de la pandemia de COVID-19, viabajan más personas, pero, después, el número bajó”, precisa. Los motivos los desconoce.
A demanda y sin requisitos
El servicio es a demanda, no es fijo, quien lo necesita lo pide y tampoco es necesario ser socio de la AECC, algo que muchos temen porque implica pagar una cuota que no siempre pueden afrontar. Puede ocurrir que una persona lo requiera solo en un trayecto, ya que, para el otro, tiene un familiar que la lleve o la recoja. En cualquier caso, se establece un horario aproximado para los pacientes, tanto a la ida como a la vuelta. La hora exacta en la que reciben el tratamiento depende del centro hospitalario, aunque desde la Asociación se intenta contactar con el servicio de Oncología para facilitar estas cuestiones.
No es el único servicio que presta la AECC en su sede en el Norte de Tenerife, en el número 16 de la avenida Emilio Luque Moreno, en La Orotava. Allí cuentan con servicio de fisioterapia, logopedia y psicología.
Mientras los pacientes están en su tratamiento, él y su compañero del Sur realizan distintas tareas, como entregar o buscar material ortopédico a diferentes puntos de la Isla.
Durante todo este tiempo, tiene anécdotas de sobra, pero lo más importante es la relación que establece con la gente. Recuerda que, en una oportunidad, tras finalizar su jornada, lo invitaron a comer carne de cabra, y a una señora de Adeje “le cayó tan bien”, que le regaló dos camisas de cuadros en señal de agradecimiento porque siempre lo veía con la camiseta verde de la AECC. “Uno no está para recibir regalos, pero, si yo fuera un paciente, me gustaría que me trataran bien”, asegura.
“Nos sustentamos de los socios, los beneficiarios no pagan nada”
Yolanda Yanes asegura que hay personas que, al escuchar la palabra asociación, piensan que tienen que pagar una cuota o hacerse socios. Nada más lejos de la realidad en el caso de la AECC. Por eso, quiere dejar claro que los servicios que se ofrecen son totalmente gratuitos y nunca se dejan de prestar, incluso si no son viables económicamente.
“Nos sustentamos de los socios, los beneficiarios no tienen que pagar nada, solo valoramos con el servicio de ayuda a domicilio cuando nos piden respaldo económico”, subraya. En la sede de La Orotava, atienden a todos los usuarios de la zona Norte, desde Buenavista a Tacoronte. Si la cita es presencial, están los martes y jueves de 08.00 a 14.00 horas, mientras una consulta online pueden realizarla cualquier día de la semana en un horario más amplio.