Hace escasamente un par de semanas el Parlamento Europeo aprobó la revisión de la Directiva referente a eficiencia energética en edificios. Una normativa que busca reducir las emisiones de gases contaminantes y el consumo de energía en el parque residencial europeo. Se trata de una reducción progresiva, con una primera fecha clave en 2030, cuando todos los edificios de nueva construcción deben ser cero emisiones. Asimismo, los países tendrán que aplicar planes nacionales para reducir en ese mismo año el uso de la energía primaria en las viviendas en un 16% y en un 20-22% para 2035. Y una fecha objetivo, 2050, año en el que se debe lograr la descarbonización total, tanto en nueva construcción como en la existente.
En el caso de España queda mucho camino por recorrer porque contamos con uno de los parques inmobiliarios más obsoletos del continente. A nivel de construcción, casi la mitad de las viviendas se edificaron antes de 1980. Ello implica que están lejos de contar con las mejoras en aprovechamiento energético que existen actualmente. Y en consecuencia, tienen baja calificación en el gradual de eficiencia que mide las viviendas más y menos eficientes, desde la A a la G, respectivamente. Los datos lo demuestran, según el INE, el 81% de nuestros edificios tienen una calificación energética baja, entre la E y la G.
Para fomentar y avanzar en la rehabilitación energética del parque de viviendas español, BBVA cuenta con una red específica para atender las necesidades concretas de las comunidades de propietarios. Mark Eaves, director de Financiación de Comunidades de Propietarios de BBVA en España, afirma que el objetivo es “facilitar y acompañar para llevar a cabo las obras, que en en la gran mayoría de casos resultan complicadas de acometer dado que por su envergadura requieren de gran inversión”. Sin la financiación necesaria “esta transición sería mucho más lenta en tiempo y en muchos casos no sería posible” añade.
Además del objetivo de cumplir con la norma y contribuir así al objetivo de la descarbonización de la economía, existen muchas otras razones por las que es clave apostar por la rehabilitación de los edificios. Eaves destaca tres de ellas. “En primer lugar, el ahorro económico, ya que al generar un menor consumo energético, tenemos un menor coste económico. Por otro lado, la ganancia en confort en el hogar y en calidad de vida. Y por último, todas las medidas que se apliquen darán un mayor valor a nuestras viviendas”.
Ahora es el momento
El contexto actual es ideal para decidirse a reformar. Por un lado, están disponibles las ayudas de los Fondos Next Generation EU, que pueden alcanzar el 80% del coste de la reforma. Y por otro, se suman las deducciones fiscales en el IRPF que aplican a la rehabilitación, que pueden llegar hasta el 60% en función del ahorro energético que suponga. Así, “la factura de la obra puede verse cubierta en gran parte”, señala Eaves. Un ejemplo, una comunidad tipo de 8 vecinos que acometa actuaciones como aislamiento de la fachada y tejado, cambio de ventanas y cambio de la iluminación de las zonas comunes por LED, podría ahorrar más de un 30% de energía. Ello supone una subvención del 65%. Si se suma la deducción que podría aplicarse cada vecino en el IRPF, la inversión inicial necesaria podría estar cubierta en solo 3 años.

Implicaciones en los proyectos de rehabilitación
Aunque no todas las obras de rehabilitación son iguales, hay medidas básicas que aplican tanto a viviendas unifamiliares como a edificios de comunidades. Las más comunes son todas las relacionadas con el envolvente del edificio (aislamiento a través de puertas, ventanas, cubiertas,…), la mejora de la accesibilidad (ascensor, rampas, salvaescaleras), la renovación de la luminaria por LED, la instalación de puntos de recarga en parkings o la instalación de paneles solares fotovoltaicos.
Pero una diferencia importante en el caso de comunidades de propietarios respecto a las viviendas unifamiliares, es que los proyectos a acometer suelen ser integrales, es decir que suman múltiples soluciones. Mientras que las viviendas de particulares suelen ir implementando medidas poco a poco. La ejecución de la reforma integral resulta más compleja no solo por su dimensión, sino también por un factor muy importante, el consenso de todos los vecinos.
Para ello, la concienciación de cada individuo es fundamental. Es la gran palanca para lograr el objetivo común tanto de contribución a la sostenibilidad como del ahorro conjunto. En este sentido, es muy importante contar con el apoyo de todas las partes involucradas para facilitar ese paso adelante. “Desde BBVA nos ponemos a su disposición para poder llevar a cabo los diferentes proyectos, yendo de la mano de partners tanto del ámbito de la rehabilitación como de la Administración de Fincas, para que la labor del propietario o de la Comunidad de Vecinos sea la mínima imprescindible”, concluye Eaves.