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María León: “La comedia me aporta carcajada, gimnasio y cansancio; el drama me expande el alma”

La actriz sevillana ha sido una de las protagonistas de las Jornadas del Oficio Cinematográfico, celebradas en el marco del 23º Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria
María León ha visitado el 23º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. / Tony Hernández

Por Benjamín Reyes / María León (Sevilla, 1984) ha visitado el 23º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, donde ha participado en las cuartas Jornadas del Oficio Cinematográfico. Aprovechamos la coyuntura para entrevistar a una intérprete que alterna con solvencia comedia y drama. En su filmografía podemos encontrar una comedia mainstream como Los Japón, una rara avis como La piedad o el formar parte del elenco de Cerrar los ojos, el regreso al cine de Víctor Erice. Esta semana estrena la serie El caso Asunta en Netflix.

-¿Por qué ha participado en las Jornadas del Oficio Cinematográfico?
“Vine sin pensármelo. Para disfrutar de mis compañeros y de todo el público. Hay que hablar de la importancia de la cultura. La cultura es un refugio que alimenta”.

-¿Qué película le hizo decir: “Voy a ser actriz de cine”?
“Creo que Princesas, de Aranoa, por el papel de Candela Peña. Estaba estudiando interpretación. Fue uno de los primeros estrenos de cine a los que fui. El trabajo de Candela me estremeció. Fue ver un personaje tan complejo y tan bien defendido. Eso fue lo que me hizo pensar: yo quiero estar ahí”.

María León, en las Jornadas del Oficio Cinematográfico de Las Palmas de Gran Canaria. / Marta Jordi Medina

-Su carrera empezó con la serie juvenil ‘SMS’, en 2006. ¿Qué recuerdos atesora de ella?
“Recuerdo que iba con mucha ilusión a trabajar con mis compañeros, como Mario Casas, Amaia Salamanca y María Castro. Por las mañanas, en maquillaje, se palpaba el buen ambiente y ya se veía quién se iba a dedicar a esto profesionalmente”.

-¿Existe el gen León?
“¿El gen León? Nunca me habían preguntado eso. Me gusta. Quiero pensar que sí”.

-El éxito en el cine le llegó con ‘La voz dormida’ (2008), de Benito Zambrano. ¿Qué representa esta película para usted? [ganó la Concha de Plata a la mejor actriz en San Sebastián y el Goya a la actriz revelación]
[Resopla] “Creo que fue donde hice el huequito para la raíz de mi carrera. Pasé cuatro meses de casting. Fue una apuesta que hice de corazón y todo lo que me ha devuelto ha sido grandioso. Disfruté tanto, que no entendía que me premiaran por disfrutar. El mayor premio de esa película ha sido la relación de amistad con Inma Cuesta”.

-¿Ve las películas en las que trabaja?
“No todas. Hay películas que no veo. Los actores tenemos mucha sensibilidad. Ponemos nuestro cuerpo y nuestra alma al servicio de los personajes. Intentamos defenderlos con todo el corazón y con toda la tripa. A veces hay cosas que interrumpen ese proceso. Para protegerme como actriz, cuando termino un trabajo me despido del personaje”.

-¿Cuál es el mensaje de ‘La piedad’ (2022)?
“El mensaje de La piedad es que el miedo mata. El miedo te automutila. Todos podemos llegar a ser nuestra propia cárcel. Tras esa apariencia estética, es una película con mucha alma. Eduardo Casanova es de las personas más sensibles que conozco”.

-¿Qué le aporta rodar comedias y qué rodar dramas?
“La comedia me aporta carcajada, gimnasio y cansancio muscular. Y el drama me aporta expansión del alma. De chica me ponía a llorar delante del espejo y me lo pasaba pipa”.

-¿De qué papel se siente más orgullosa?
“De casi todos. Aunque quiero destacar el de El hijo zurdo, porque es un papel que está alejado de mí. Fue un reto hacer un personaje tan de mi tierra, tan sevillano. Me siento muy orgullosa de ese trabajo”.

-¿Y del que menos?
“Mi papel en El autor. Le dije a Manuel Martín Cuenca: ‘¿Tú por qué no has cortado mi personaje?’. Mi personaje solo justifica la locura del protagonista”.

-Ha tenido la oportunidad de estar a las órdenes de Víctor Erice en ‘Cerrar los ojos’ (2023). ¿Su forma de rodar es diametralmente distinta al resto de directores con los que ha trabajado?
“Sí. Erice rueda como se rodaba antes del digital. No sabíamos lo que íbamos a rodar durante el día. Él no quiere que limiten su obra. El equipo se tuvo que adaptar a su forma de rodaje. La película se rodó en 16 mm. Erice es un autor que trabaja desde la intimidad del arte, no desde la infraestructura de la industria. Él no iba a rodar un plano que no sentía. Yo lo disfruté mucho. Sin embargo, Manolo Solo estuvo un poco perdido porque no le daba indicaciones”.

-¿Con qué proyecto está ‘engolosinada’ ahora?
“Pues voy a hacer una serie con Eduardo Casanova que se llama El silencio. Hago dos edades, de 20 y de 60 años. Estoy muy contenta”.

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