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Origami, el Teide y cartas en francés: el innovador proyecto del profesor Adonay Bisshopp conecta Tenerife con Japón

El docente, que imparte clases en los colegios CEIP Machado y CEIP San Juan Perales, desarrolla con éxito un trabajo de correspondencia escolar con dos centros ubicados en el país asiático
Alumnas de Japón buscando Tacoronte en el mapa. Cedida

Salut Tokyo” surgió durante el verano, cuando Adonay Bisshopp, profesor de Educación Primaria en los colegios CEIP Machado y CEIP San Juan Perales, estaba de vacaciones en Japón. Mientras charlaba con una amiga, se le encendió la bombilla: “Me interesaría que mis alumnos y los estudiantes japoneses se escribieran en francés”, propuso. Aunque la idea les pareció extraña al principio, ambos reconocieron que era interesante. Y el resultado de este innovador proyecto de correspondencia escolar ha sido un rotundo éxito que trasciende los objetivos de aprendizaje lingüístico.

Bisshopp se describe a sí mismo como “un poco friki” y “enamorado” del país asiático, donde mantiene amistad con colegas que también se dedican a la enseñanza de idiomas. Y uno de sus propósitos era demostrar que “el francés es un idioma tan vehicular como el inglés”. En una conversación telefónica con DIARIO DE AVISOS, confiesa que se siente satisfecho con la experiencia: “Los alumnos han descubierto que este idioma también les permite comunicarse más allá de París”.

El profesor tinerfeño Adonay Bishop. DA
El profesor tinerfeño Adonay Bisshopp. DA

“En la enseñanza pública nunca le damos la importancia a lo que hacemos”

La respuesta de los maestros japoneses fue positiva. La Escuela Shirayuri, de Educación Primaria, y la universidad que lleva el mismo nombre, ambas ubicadas en Tokio, no dudaron en sumarse al proyecto. “En este caso quise usar el francés como lengua de comunicación con un destinatario que no fuera francófono ni hispanohablante y, al mismo tiempo, que el alumnado se acercara a la cultura nipona y mostrara la nuestra”.

Adonay Bisshopp celebra que un proyecto de estas características se haya creado en la enseñanza pública, pues considera que, a diferencia de los centros educativos concertados y privados, “nunca le damos importancia a lo que hacemos”.

Japón y Canarias tienen mucho que ver“, afirma el docente tinerfeño. “Son territorios insulares, volcánicos, con problemas de sobrepoblación, incertidumbre ante el cambio climático” y, por si esto fuera poco, “la diferencia entre el Monte Fuji y el Teide son 50 metros”, añade.

“Se lo han currado bastante”

Ver a niñas niponas escribiendo “Tacoronte” en la pizarra mientras sus compañeras tratan de localizarlo en un mapa resulta, cuando menos, curioso. Y en el caso de los alumnos de los centros tinerfeños, Bisshopp estaba seguro de que también les iba a gustar y se iban a implicar al máximo. De hecho -insiste-, “cuando les dije que íbamos a hacer un proyecto con un país secreto, muchos pidieron que fuera Japón”. Entre risas dice que “algo tendrán que ver los videojuegos y el mundo del manga”.

Enviar misivas a un destino tan lejano como el país asiático requiere una logística y una coordinación importantes. “Las primeras cartas las enviamos nosotros y un mes después recibimos las de ellos”, precisa el profesor de los colegios ubicados en Tacoronte y El Rosario. No obstante, antes las escanearon para asegurarse de que llegaran a sus destinatarios.

Los japoneses tuvieron la idea de hacer un vídeo de presentación para que los niños y niñas de ambos países se pusieran cara y voz. Ves a aquellas niñas, disciplinadas, saludando en japonés, francés y español.

Fotos del Teide y figuras de origami

Las cartas no han sido solo cartas. “Mis alumnos han mandado también fotos de la lucha canaria, el Teide… Y los de allá igual, que si el Monte Fuji, los festivales de verano y hasta fotos de ellos con trajes de la lucha kendo”, explica Adonay Bisshopp.

“Lo último fue esta semana, que desde allá nos mandaron cartas y un paquete con cuarenta figuras de origami que hicieron las propias alumnas, que tienen 10 años”, añade. “Los niños de aquí se quedaron alucinando”, asegura.

Adonay Bisshopp tiene en mente repetir el proyecto con el objetivo de apuntalar, más allá de la enseñanza del francés, algunos conceptos básicos “que hay que reforzar”. Y es que una idea como esta “da pie a irte por las ramas que tú quieras”.

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