Unos 2.500 niños, niñas, adolescentes y adultos salieron ayer a las calles de Santa Cruz de Tenerife para reclamar a las administraciones y a la sociedad en general que se cumplan los derechos de los menores con discapacidad. La cuarta Caminata por la igualdad de los niños y las niñas organizada por Queremos Movernos partió desde la Plaza Weyler y descendió por la Calle Castillo hasta llegar al Cabildo con un claro tono reivindicativo y bien argumentado.
Entonando gritos para reclamar “igualdad”, la comitiva visibilizó el incumplimiento de los derechos de los menores con discapacidad que, pese los avances, siguen sin tener garantizados la totalidad de sus derechos. Además, se exigió que se les permita vivir en una Isla en la que puedan ser felices, jugar, pasear, ir al cine, hacer deporte o estudiar sin quedarse fuera o perder oportunidades precisamente por su discapacidad. “Tenemos derechos que se deben respetar, como tener una educación y formación” o “poder participar en las actividades de ocio y deportivas” como los demás.
En el manifiesto leído al final, los participantes en la marcha abogaron por un cambio en la sociedad. Exigieron “una igualdad efectiva” y recordaron que tener discapacidad no significa que deban quedarse a un lado, por lo que reclamanm a las administraciones que “pongan los medios necesarios y cumplan lo que dicen las leyes para que no hayan diferencias”. Con discapacidad, “algunas cosas se hacen de otra manera, pero pueden hacerse” si cuentan con los medios necesarios, se insisitó.
Respecto a su derecho a la educación y formación, exigen al Gobierno de Canarias que “ponga todos los medios necesarios, tanto humanos como materiales, para que podamos concluiir nuestros estudios”. En este sentido, abogan por “acudir a centros ordinarios”, pero, para ello, “deben eliminar todas las barreras” con las que se topan, erradicar escalones y “poner rampas y ascensores” para que los niños en silla de ruedas puedan estudiar cerca de sus casas.
También exigieron intérpretes de lengua de signos al servicio del alumnado sordo, “todos los días y a todas horas”, denunciando que “solo van unas horas a la semana y, así, es imposible progresar”. Además, pidieron a la consejería que “debe entender, comprender y respetar” que los nños y niñas con discapacidad intelectual “vamos más lentos en el aprendizaje” o que los alumnos ciegos “deben tener cubiertas sus necesidades”.
Asimismo, demandaron el derecho a participar en actividades de ocio o deportivas y recordaron a las administraciones que los parques infantiles, los talleres de Navidad y los campamentos de verano “deben ser inclusivas para todos los niños y niñas”. Sin embargo, tristemente, sufren exclusión y discriminación en muchas ocasiones y solo podemos ser espectadores porque nos olvidan”. Del mismo modo, subrayaron que quieren “hacer deporte, ir al cine, bañarnos en la playa, jugar en un parque o inscribirnos en un campamento”, como cualquier otro. “Queremos vivir como los demás y ser felices sin desconsuelos y sin exclusión, que se escuche nuestra voz y se nos apoye”.