Fue en el año 1984 cuando, por una necesidad concreta, como mejorar la calidad de los vinos del municipio, se decidió poner en marcha el concurso de vinos Villa de La Orotava. En esa primera edición, las catas se celebraron en el antiguo cuartel de San Agustín, un 28 de junio, en el marco de la Infraoctava del Corpus Christi.
La fecha elegida para llevar a cabo esta cita, que se ha convertido en un referente para los bodegueros de la Isla, es lo único que se mantiene, ya que el concurso ha evolucionado y mucho. Un ejemplo es que, en 2006, adquirió carácter insular; ha aumentado el número de bodegas participantes; cuenta con la participación de hombres y mujeres del subsector y reconoce la práctica de la técnica del cordón trenzado, habilidad que otorga identidad y ayuda a conservar el paisaje y el patrimonio agrícola de la comarca y para la que el ayuntamiento ha solicitado su declaración como Bien de Interés Cultural. Asimismo, se han generado otras categorías específicas de premios, como tintos elaborados solo con la variedad prioritaria en Canarias, el listán negro.
Todos estos aspectos han sido recogidos en una publicación con motivo del 40 aniversario del concurso, editado por el Liceo de Taoro y presentado ayer, en el que también se recogen todas las bodegas y las personas premiadas durante este tiempo y que complementa la publicada hace 10 años bajo el título de La viña y el vino en el Valle de La Orotava.
En esta nueva obra, Enrique Luis Bravo, enólogo y director del concurso, hace un repaso por la historia y la evolución del certamen; el geógrafo Miguel Francisco Febles Ramírez describe la agricultura del Valle; mientras que el gestor técnico de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de La Orotava, Pablo Torres, hace referencia al cordón trenzado como saber inmaterial.
A esto se añade un artículo conjunto de los dos primeros sobre la evolución de la vendimia en las últimas décadas y, por primera vez, se contó con la colaboración de la Universidad Europea de Canarias, ya que el alumnado de Publicidad ha participado con sus propuestas de cartel bajo la tutela de la profesora Carolina Hernández Reyes. Las ganadoras de este año fueron: Natalia Gómez Saénz, en el apartado de cartel, y Lucia Rouco, en el logotipo.