Bajo un calor más tolerable que el día anterior, Candelaria vivió ayer una jornada vibrante desde muy temprano, con la plaza de la Patrona de Canarias llena de visitantes, locales y peregrinos que no querían perderse la cita. El acto principal del día, la eucaristía, supone el epicentro de los programados el esperado 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen.
La Villa Mariana disfrutó con otra jornada marcada por la fe y la tradición, con una gran presencia de peregrinos, que colmaron las rutas principales establecidas por el municipio para llegar a la basílica y cumplir así sus promesas con familiares y amigos. Desde tempranas horas, grupos organizados por parroquias comenzaron a llegar al santuario. Hubo quienes, incluso y como muestra de agradecimiento y devoción, hicieron el recorrido descalzos hasta los pies de La Morenita.
La jornada arrancó a las 8:00 de la mañana con la recepción de los tambores y una emotiva ofrenda por parte de la Asociación Cultural de La Guanchería, de Los Realejos, un reconocimiento que se ha mantenido durante 25 años. Luego, a las 11:42, tuvo lugar uno de los actos principales: la tradicional parada militar, evento solemne que contó con la participación del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, el representante de su Majestad el Rey, Julio Salom Herrera, varios alcaldes y ediles de Tenerife y la comitiva del Cabildo de Tenerife, encabezada por su presidenta, Rosa Dávila, así como el vicepresidente, Lope Afonso.
Uno de los invitados más especiales a la ceremonia fue el alcalde del municipio peruano de Puno, Javier Ponce, junto al embajador de Perú en España, Luis Ibérico Núñez. Se trata de una localidad de 100.000 habitantes, al sur del país andino, que firmó recientemente un hermanamiento con Candelaria.
El día grande de las celebraciones en honor a la Patrona de Canarias se concentró en la solemne misa, oficiada por el obispo Bernardo Álvarez. Durante más de una hora y media, dedicó sus palabras a reflexionar sobre la advocación de Candelaria, la festividad de la Asunción de la Virgen y el importante papel de María como intercesora ante Dios en la tradición cristiana.
Tras la misa, se llevó a cabo la procesión solemne con la Sagrada Imagen de la Virgen alrededor de la plaza de la Patrona. En su recorrido, estuvo acompañada por la escuadra de gastadores y batidores, con uniforme de época. Al concluir el paso procesional, la imagen fue ubicada junto con las autoridades en la puerta principal de la Basílica, momento en el que se ofreció una brillante sesión de fuegos artificiales, que iluminó el cielo de Candelaria.
Para cerrar el acto, la banda de música Las Candelas volvió a interpretar el himno de Canarias y el himno español, y el obispo Bernardo Álvarez despidió a las autoridades presentes, dando por concluido este solemne y emotivo día de veneración a La Morenita, que volvió a atraer a miles de canarios en una cita ineludible para muchos.
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