Las enfermedades cardiovasculares afectan a un 26,5 % de la población en España. Entre los factores de riesgo que tienen un impacto negativo en este órgano están el colesterol elevado, la presión arterial alta, la diabetes o el sedentarismo. En el Día Mundial del Corazón (29 de septiembre), la profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Gemma Chiva-Blanch recuerda la importancia de cuidar este órgano vital mediante una alimentación saludable.
“Si bien muchos alimentos aportan beneficios para el corazón, también hay otros que, consumidos en exceso, pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”, explica. La experta en nutrición destaca diez alimentos perjudiciales para el corazón, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de una dieta equilibrada.
Los alimentos a evitar para cuidar tu corazón
1. Carnes procesadas: embutidos, salchichas, frankfurts, beicon y otras carnes procesadas contienen altos niveles de grasas saturadas, sodio y algunos aditivos que pueden aumentar el colesterol, la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de infarto.
2. Carnes rojas: a pesar de ser una fuente de proteínas y hierro, el consumo excesivo de carne roja, especialmente las variedades grasas, se asocia con un mayor riesgo de enfermedades del corazón a causa de su alto contenido en grasas saturadas.
3. Alimentos fritos: las patatas fritas, los buñuelos, los alimentos rebozados y otros alimentos fritos, sobre todo los que están fritos con aceites industriales, son ricos en grasas trans y pueden elevar el colesterol LDL (“malo”). Además, a menudo van acompañados de un alto contenido en sal o azúcar y contienen muchas calorías, por lo que pueden aumentar el riesgo de obesidad, elevar la presión arterial y causar problemas cardíacos.
4. Bebidas azucaradas: refrescos, zumos envasados, bebidas energéticas y otras bebidas con alto contenido de azúcar añadido contribuyen al aumento de peso, la diabetes y otros factores de riesgo para las enfermedades del corazón.
5. Productos de bollería industrial: galletas, pasteles, helados, bombones, bollería industrial y otros productos similares suelen contener grasas trans, azúcar añadido y calorías vacías, que, del mismo modo que los alimentos fritos, pueden afectar negativamente a la salud del corazón.
6. Cereales azucarados: muchos cereales para el desayuno, especialmente los dirigidos al consumo infantil, contienen altos niveles de azúcar añadido. Opta por cereales integrales con bajo contenido en azúcar y añade fruta fresca o frutos secos para obtener un desayuno saludable y nutritivo.
7. Pasta, sopas y cremas envasadas: muchas sopas y cremas envasadas contienen altos niveles de sodio, que pueden aumentar la presión arterial y el riesgo de problemas cardíacos.
8. Salsas comerciales: algunas salsas comerciales, como el kétchup y la mayonesa, o las salsas para ensaladas pueden contener altos niveles de azúcar, sodio y grasas poco saludables, que pueden afectar la salud del corazón si se consumen en exceso.
9. Aperitivos salados: patatas chips, galletas saladas, pretzels y otros aperitivos salados como los frutos secos salados y fritos suelen ser ricos en sodio y grasas poco saludables, que pueden elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
10. Alcohol en exceso: si bien un máximo de una bebida alcohólica al día podría ser cardioprotectora, el consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial, debilitar el músculo cardíaco y contribuir a otros problemas de salud que afectan el corazón.
La profesora recuerda que la moderación y el equilibrio son clave para una alimentación saludable. “Se puede disfrutar de estos alimentos de manera ocasional y en porciones pequeñas, siempre que se priorice una dieta rica en alimentos frescos (frutas, verduras, frutos secos, legumbres), cereales integrales y poco procesados, y fuentes de proteína magra, como el pescado o las aves de corral sin piel y las legumbres”, remarca.
¿Qué provoca el envejecimiento del corazón?
Salvador Macip, catedrático de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y experto en genética molecular, también destaca que el corazón es especialmente sensible a las malas dietas y a la falta de ejercicio. “Si comemos demasiada grasa, especialmente la que proviene de animales terrestres, y llevamos vidas sedentarias, la salud del corazón se resiente, y los cambios que se ven en el corazón se corresponden a los de un envejecimiento acelerado. No tener la presión arterial controlada también actúa en este sentido”, advierte.
El corazón es básicamente músculo, y el músculo es uno de los tejidos donde más visibles son los cambios en el envejecimiento. Para retrasar el envejecimiento, Macip remarca la importancia de mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente. “En un futuro, es posible que tengamos fármacos que puedan retardar la degeneración del corazón debida a la edad, pero todavía se tienen que hacer muchas pruebas”, dice.
A pesar de que la genética también tiene un papel en la salud cardiovascular, hoy en día es difícil calcular qué porcentaje es genético y cuál depende del entorno, porque ambas dimensiones tienen una influencia importante. “No sabemos todavía cómo medir exactamente el riesgo a largo plazo de tener problemas cardiovasculares; por lo tanto, lo mejor que podemos hacer todos es intentar llevar una vida lo más saludable posible”, concluye Macip.