En el ámbito de la colombofilia, reconocido como deporte alado, las palomas mensajeras participan cada temporada en pruebas de distinta dificultad, desde velocidad hasta gran fondo, dentro de un calendario regulado por la Federación Colombófila Internacional.
Una de estas competiciones en 2024 incluyó una suelta desde Sagres, en el sur de Portugal, con destino a Tenerife, en la que una paloma conocida como Estrella protagonizó un episodio singular.
Estrella, identificada con la anilla Esp. 207173-22, pertenece al colombófilo Pedro Fernando Rodríguez Pérez, residente en Valle Tabares, La Laguna. Esta paloma fue encestada el 10 de julio de 2024 junto con otras aves de Tenerife, La Palma, La Gomera y Gran Canaria, y trasladada al punto de suelta.
El 14 de julio se llevó a cabo la competición, pero durante el periodo estipulado para la recepción de participantes, Estrella no regresó a su palomar.
Una reaparición inesperada
El 4 de septiembre, casi dos meses después, Estrella fue encontrada por su dueño en el tablero de entrada al palomar. Aunque regresó con vida, presentaba signos de haber enfrentado dificultades importantes. De las diez plumas primarias de su ala izquierda, siete estaban en proceso de crecimiento, lo que indicaba que habían sido arrancadas, dificultando su capacidad para volar.
Rodríguez consultó con otros colombófilos, quienes coincidieron en que la paloma pudo haber estado retenida y que, al liberarse, logró regresar a su hogar desde el sur de Portugal hasta Tenerife, una distancia aproximada de 1.170 kilómetros.
La colombofilia es una disciplina que requiere un entrenamiento riguroso y una relación técnica entre el ave y su preparador. Las palomas mensajeras, seleccionadas por sus capacidades anatómicas y fisiológicas, participan en competiciones homologadas donde se evalúan su resistencia, orientación y habilidades de vuelo.