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La XXIII Clásica Tenerife se luce en Las Cañadas del Teide y el oeste de la Isla

En la salida de ayer, se guardó un minuto de silencio por la DANA y sus víctimas; el centenar de coches llevó un crespón negro de luto
XXIII Clásica Tenerife. | Sergio Méndez

La vigésimo tercera edición de la Clásica Tenerife, el mayor rally de regularidad de esta categoría de las que se celebran en España, se puso en marcha a las 09:30 de ayer en el santacrucero parque García Sanabria, después de guardar un respetuoso minuto de silencio por las víctimas de las inundaciones en la Península. Por este drama, todos los coches llevaron un crespón negro en señal de luto, sin ninguna baja de bandera ni presencia de autoridades por la tragedia.

La salida, ante cientos de curiosos y aficionados al motor, comenzó con la puesta en marcha de media docena de grandes deportivos modernos (Ferrari, McLaren y Lamborghini) en la categoría de Tributo. Poco después, salían los auténticos protagonistas de la competición de la regularidad, los coches matriculados entre los años 40 y 70 del siglo XX, auténticas joyas del automovilismo canario, sobresaliendo marcas como Jaguar, Mercedes, Triumph, Alfa Romeo, Austin y este año los BMW, en un amplio abanico que recoge la presencia nada menos que de 89 modelos diferentes dentro de las 25 marcas participantes.

La primera etapa de esta XXII edición transcurrió con normalidad gracias a un excelente clima y salió de Santa Cruz rumbo a Machado, por El Tablero, para coger luego la carretera de El Portillo y atravesar Las Cañadas para bajar por Chío hasta Los Acantilados de Los Gigantes, donde se hizo la primera parada. Desde ahí se partió al Norte, con pasos por Santiago del Teide, Garachico e Icod para llegar al Puerto de la Cruz a través de la TF-5.

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