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Los usuarios de la Residencia de Ofra denuncian el deterioro de la atención

Alertan de la disminución de la calidad y cantidad de las comidas, que no han renovado los colchones a pesar de los años y del déficit de personal médico, enfermero y de servicios que atiende el centro
Planta 1 donde se realizan trabajos de rehabilitación en varias habitaciones; los usuarios piden la total sustitución de los colchones y la compra de antiescaras para los encamados. | DA

La nueva Asociación de Residentes y Familiares de la Residencia de Mayores de Ofra ha denunciado a la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, a la Presidencia del Cabildo de Tenerife, a su Consejería de Acción Social y a la gerencia del IASS, las “lamentables condiciones” en las que se encuentra este centro sociosanitario que data de 1975 y que, además de sus evidentes desperfectos, hay un “deterioro de la calidad de la atención que afecta a la dignidad y seguridad de los usuarios del centro”. “La calidad de vida de los residentes es mala” lo que ha llevado a la Diputación del Común a interesarse por este tema.

Cabe recordar que en el centro sociosanitario pasó al primer plano a finales de octubre al registrarse un brote de salmonela que afectó a una veintena de usuarios y trabajadores, y en el que falleció una usuaria. Los inspectores de Sanidad realizaron una serie de recomendaciones en su informe como la aplicación de “nuevos protocolos de registro en las elaboraciones y en sus fases de refrigeración” con nuevos frigoríficos individualizados para frutas y verduras, carnes, fiambres, preelaborados, etc., se instó a realizar algunas obras de sustitución de equipamiento en la cocina o “el precinto de un frigorífico”, según informan los usuarios, que ya ha sido levantado.

Los representantes de los residentes denuncian que la calidad de las comidas ha descendido en los últimos años. “Se ha implementado una política de austeridad y escasez en los platos de menús, afectando en la cantidad y la calidad”, y reconocen que “no coincide el menú servido con el que es expuesto en tablón de anuncios”. Achacan esta situación a que desde la gerencia “no se dota económicamente al servicio de cocina y ha impuesto restricciones en la autorización de compras a proveedores”. El agua que consumen los usuarios es del grifo.

En relación al horario de la comida, los 14 residentes encamados en la cuarta planta del centro, así como otros usuarios con problemas de movilidad soportan, aseguran, 14 horas de ayuno entre la cena y el desayuno, siendo la espera de 12 a 13 horas para el resto, aún teniendo algunos diabéticos.

Denuncian una “repetida negligencia” por parte de la gerencia ante la “falta de personal médico y sanitario” a la hora de dispensar diariamente la medicación de los residentes en desayuno, almuerzo y cena. Afirman que no existe en la Residencia servicio de urgencias nocturno, teniendo que acudir directamente a llamadas al 1-1-2. Estiman que harían falta cuatro enfermeras para cubrir el déficit del servicio, así como un médico adjunto o especializado en geriatría.

Solo en la planta cuarta de hospitalización, el 50% de los trabajadores están de baja o de vacaciones “perjudicando severamente en la calidad asistencias a estos usuarios con alto requerimiento sanitario”. Se ha dado el hecho de que los trabajadores disponibles en un turno de fin de semana han sido sólo un enfermero y dos auxiliares de enfermería para atender a los 14 residentes ingresados en la planta de crónicos.

El centro carece de servicio de fisioterapia y médico rehabilitador, no solo para estos 14 usuarios crónicos, sino para al menos otros 34 residentes en situación de dependencia, así como al resto de usuarios del Centro con necesidades en rehabilitación, todo ello al no renovarse los servicios existentes. Serían necesarios dos fisios y un médico rehabilitador.

Los usuarios de Agora denuncian las pésimas condiciones de descanso. “No se han renovado los colchones a pesar de los años. La mayoría de los residentes duermen sobre colchonetas de color azul, con un buen estado visual aparente pero sin la rigidez y firmeza perdidas a lo largo de los años por alargar su vida útil”. Exigen la urgente sustitución de al menos 140 colchones para camas residenciales así como un número de colchones antiescaras para los residentes encamados de la planta cuarta de la residencia.

Tres intentos suicidio de residentes en el pasado mes de septiembre

La Asociación Agora de Residentes y Familiares denuncia que el pasado mes de septiembre se registraron tres intentos suicidio de usuarios, todos tuvieron que ser hospitalizados.

Alertan que se están produciendo continuos conflictos entre residentes, algunos aquejados de distintas patologías de salud mental. Para tratar de reducir esta situación creen necesario la contratación de un médico especialista en Psiquiatría.

Lamentan que hay una carencia de estrategias de reducción de restricciones, de atención libre de sujeciones y de gestión positiva y respetuosa de las situaciones conductuales de difícil gestión.

Además exigen que el personal de la empresa de seguridad vuelva a ser reasignado a estas labores y cesen del actual trabajo de recepción y consejería del centro. También tienen acceso a correos internos y datos sensibles de residentes y familias.

El edificio presenta una notable falta de mantenimiento. | DA

Grietas, problemas en agua caliente, electricidad y ascensores inutilizados

La Asociación Agora lamenta que la gerencia “no ha sabido o no ha querido” resolver los muchos problemas estructurales y de mantenimiento de un edificio que data de 1975, distribuido en seis plantas de altura escalonadas.

Denuncian el “estado calamitoso” del edificio donde existen grietas en techos, paredes y varios pilares de carga, con una evolución en su tamaño cada año, unos daños estructurales que requieren “su apuntalado” para asegurar el edificio.

Lamentan el abandono en los servicios de mantenimiento, con problemas en la instalación de agua caliente sanitaria aún teniendo los paneles solares abandonados, deficiencias en la fontanería general y en habitaciones, problemas en las instalaciones eléctricas de baja tensión, sin cuadros de protección individual en muchas o la inexistencia de alumbrado periférico.

Denuncian que la primera planta del centro hay un foco permanente de cucarachas, humedades, malos olores, que afectan a otros servicios comunes como cocina, planta dos, etc. En la última semana se ha procedido a adecentar diez habitaciones de la zona para trasladar usuarios de otro centro dependiente del IASS.

Asimismo, el centro cuenta con ocho ascensores con problemas continuos por su antigüedad y mal mantenimiento, permaneciendo la mitad fuera de servicio o con la ITV denegada por incidencias graves. Son usados por los residentes y trabajadores y para el traslado de comidas, residuos, basuras, ropa limpia y sucia.

Delata que el centro no tiene un plan de evacuación en caso de incendio en el Centro, careciendo de indicaciones, planes de evacuación, planos en puertas, banderines, flechas, luces de indicación de salidas a puerta de evacuación, etc. Denuncian que los residentes de la planta sexta “no tienen físicamente una salida o evacuación ante un siniestro”.

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