Cerca de dos meses después de que Juan Francisco Rosales Santana, de 59 años de edad, encontrase la muerte inopinadamente tras recibir al parecer un puñetazo cuando regresaba a casa en compañía de un amigo, los denodados trabajos llevados a cabo por los especialistas de la Policía Nacional en la provincia de Santa Cruz de Tenerife han conducido a la detención de un sospechoso en relación con estos hechos.
Dicha detención fue practicada el pasado lunes y se trata de un varón sobre el que no constan más datos acerca de su filiación y que anoche se encontraba en los calabozos de una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en la capital tinerfeña.
A priori, lo normal es que durante el día de hoy se proceda a su preceptiva puesta a disposición de la autoridad judicial, lo que permitirá conocer si finalmente se trata o no del presunto responsable de la referida muerte violenta.
La noticia adquiere especial relevancia por la considerable alarma social generada por este caso y porque desde un primer momento llamó la atención por la aparente ausencia de motivaciones previas y la falta de indicios que pudieran conducir hasta el o los autores del ataque que acabó con la vida de Fran, como así era conocido popularmente el fallecido, más allá de que su acompañante en la noche de autos relatase que, cuando se cruzaron con un grupo de personas y sin mediar palabra, la víctima sufriera tan funesta agresión.
Dicha alarma social y los datos ya reseñados motivaron a su vez que la familia de Fran apelase a la ciudadanía en una desesperada y conmovedora llamada de auxilio de la que se hizo eco DIARIO DE AVISOS.
Conocido y apreciado
Concretamente, fue su hermana, Elizabet, quien recordó que Fran era una figura muy conocida en Puerto de la Cruz, por cuanto durante años estuvo al frente de los negocios familiares ubicados en la calle La Hoya, como la popular tasca Simpson -también llamada “la taberna de Mou”- y La Cantina, un local en manos de la familia desde 1975. Quienes le conocieron coinciden en lo mismo: era una persona tranquila, querida, sin conflictos. Por eso, su muerte ha dejado esa estela de consternación y rabia entre sus seres queridos.
Todo pasó en la noche del pasado 16 de marzo, cuando Fran, que se encontraba en compañía de un amigo, Juan, con quien había compartido una copa en el City, una tasca habitual para ellos, salió del local y se dirigieron al coche de Fran para recoger las llaves e irse en taxi.
Fue en ese momento cuando, según el testimonio de su amigo, un individuo que estaba con grupo de jóvenes, aparentemente sin motivo, le golpeó con tal fuerza que acabó en el suelo y en estado crítico. Los servicios de emergencia llegaron rápidamente, pero Fran no logró recuperarse. Falleció dos días después en el hospital por muerte cerebral.
El ataque no se limitó solo a Fran. Su amigo también fue increpado, aunque, según relató, uno de los acompañantes del agresor intercedió para que no continuara la agresión.
Ahora, el trabajo policial comienza a arrojar luz sobre lo que pasó en tan terrible noche.







