La Guerra Fría (desde la II Guerra Mundial hasta la desintegración de la URSS, en 1991) se caracterizó por el pánico a un conflicto nuclear entre EE.UU. y la Unión Soviética de posibles consecuencias apocalípticas. Eso se diluyó bastante desde principios de los 90, aunque los países continuaron con buena parte de esas armas, pese a los tratados para ir desmantelándolas, aparte de que se fueron sumando más potencias con esa capacidad destructiva o de disuasión. Sin embargo, y como constata un reciente documento del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dependiente del Ministerio de Defensa, la situación es bien distinta casi 35 años después y el planeta asiste desde hace tiempo a un nuevo panorama nuclear que preocupa a los expertos hasta el punto de usar sin ambages la palabra “inquietud”. Por supuesto, lo de Israel e Irán estos días, con EE.UU. sin disimular su postura, resulta palmario.
De hecho, el término “inquietud” encabeza las intervenciones de algunos de los siete expertos españoles que han elaborado sendos informes para la colección Cuaderno de Estrategia del IEEE, que el pasado jueves, y en el contexto de las celebraciones por el Día de las Fuerzas Armadas, explicó en el hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria y, por la noche, en Santa Cruz de Tenerife (Círculo XII de Enero) el tinerfeño Luis Pérez Gil, coordinador del trabajo, profesor de la Universidad de La Laguna, teniente reservista voluntario y analista del IEEE.
Tal y como detalló, este documento monográfico forma parte del plan de investigación anual aprobado por el director del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) y analiza cuestiones clave en un contexto que se presenta como de “creciente deterioro en el sistema internacional”. Su relevancia e interés radica en que el último Cuaderno de Estrategia se redactó en 2019 y, en estos años, la situación global ha cambiado y, en general, empeorado mucho desde la perspectiva de la estabilidad y el panorama armamentístico a esta escala. De hecho, estos expertos consideran imprescindible reexaminar la cuestión nuclear y militar “a la luz de los acontecimientos mundiales que se han producido en los últimos 5 años”.
Por eso, y bajo la coordinación de Pérez Gil, el IEEE constituyó un grupo de trabajo de académicos, militares y diplomáticos presidido por el profesor Vicente Garrido Rebolledo. Unos especialistas que han estudiado, reflexionado y actualizado la situación de las armas nucleares en el planeta y constatado la creciente “complejidad y conflictividad” reinante, situación “caracterizada por una renovada lucha entre las grandes potencias por la supremacía y la influencia en todos los ámbitos del poder mundial”.
Un giro reforzado desde 2019
Esta nueva era, agudizada en el último lustro, lleva a estos expertos a reelaborar la teoría del conflicto en el mundo de la posguerra fría y a reafirmar un “progresivo abandono de los Tratados de Desarme”. Además, se analiza la guerra en Ucrania, la situación en Oriente Medio y el “rápido incremento del arsenal nuclear chino en la región asiática”. Entre las advertencias, destaca la cercanía de una crisis nuclear, “panorama que hemos visto recientemente en el enésimo enfrentamiento entre India y Pakistán”. Tanto que, según las conclusiones de este trabajo, se sostiene que existe “una renovada preeminencia de las armas nucleares en las relaciones entre grandes potencias -mencionan específicamente a Estados Unidos, Rusia y China, no a Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel ni Corea del Norte-, al surgir nuevas teorías sobre la aplicación de la disuasión nuclear” y la “dificultad para disuadir en conflictos de alta intensidad”.
Como explicó el experto tinerfeño en sus ponencias, una de las claves más inquietantes es que “no se puede perder de vista que una intervención directa o un error de cálculo pueden llevar aparejado consecuencias funestas, tanto para el que sufra el ataque como para terceros países que, en principio, nada tendrían que ver con un conflicto dado”, riesgo que pone el foco en España (que carece de estas armas) y, por ende, Canarias, y más con su situación geoestratégica.
El origen marcador de Japón en 1945
Aparte de analizar las armas nucleares, estos siete trabajos abordan las actuales estrategias de disuasión y las doctrinas de empleo de ese armamento, pero lo más novedoso es que desarrolla una teoría sobre el dominio mundial por parte de las citadas grandes potencias. En este sentido, se recalca el gran poder que otorga la posesión de armamento atómico por su ilimitada capacidad destructiva, “como dramáticamente pusieron de manifiesto los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945” en Japón, lo que supuso el colofón a la II Guerra Mundial tras la consiguiente rendición del imperio nipón. “Mirando hacia el futuro -se afirma en el Cuaderno-, su empleo masivo en un conflicto entre dos o más grandes potencias podría originar daños de proporciones catastróficas, equivalentes a una gran catástrofe natural”.
Durante la Guerra Fría, ese terrible precedente resultó fundamental en los complejos equilibrios entre EE.UU. y la URSS, si bien se vivieron momentos muy cercanos al holocausto nuclear, como la crisis de los misiles en Cuba (en 1962), o los momentos en los que fallaron algunos sistemas y se estuvo cerca de la guerra por entender una parte que estaba siendo atacada por la otra, sobre todo a principios de los años 80, cuando Reagan desarrolló el programa de defensa Guerra de las Galaxias y algún funcionario soviético tuvo en su mano interpretar bien o mal ese error, evitando finalmente una respuesta.
Sin embargo, y como se afirma en estos trabajos del Ministerio de Defensa, esas nociones durante casi medio siglo “parecieron quedar olvidadas durante la globalización”. Eso sí, los especialistas remarcan que la guerra en Ucrania tras la invasión de la Rusia de Putin “supone un recordatorio sobre su existencia y su poder para amenazar a países y regiones enteras. Desafortunadamente, surgirán nuevas crisis y conflictos que darán oportunidad para verificar la vigencia de estas tesis”.
Ante este nuevo panorama, este monográfico trata de “establecer reglas para analizar los conflictos, entender la toma de decisiones durante las crisis y adoptar medidas mediante la negociación permanente para evitar las guerras y el riesgo de un choque nuclear. Por eso, la publicación merece una lectura detenida, porque en ellos no sólo se vuelcan datos, sino las opiniones fundamentadas y razonadas de los expertos que han contribuido al debate, en el que aportan su conocimiento para explicar la realidad y, lo que es más meritorio, generar propuestas válidas para los procesos de toma de decisiones en pos de un mundo mejor. Ese debe ser el compromiso de los científicos y políticos”, subrayan.
El último precedente, desde este mismo jueves entre Israel e Irán
Que la situación global nuclear entró hace años en otro paradigma lo evidenció, de nuevo, el pasado jueves el presidente de EE.UU., Donald Trump, al anticipar el ataque de Israel contra Irán, confirmado horas después con los drones lanzados por Netanyahu y los constantes contraataques mutuos. Y es que el argumento que esgrimió fue la tenencia de bombas nucleares por parte de Irán, tal y como recordó el viernes para avisarles de que, sin acuerdo nuclear, la espiral “irá a más”.