La portada de ayer de DIARIO DE AVISOS, en la que informábamos que empresarios de la provincia de Las Palmas toman el control del agua en Tenerife, ha provocado un movimiento de las placas tectónicas en el empresariado tinerfeño tras el gol, por toda la escuadra, anotado por las compañías Domingo Alonso, Satocan y Grupo Martinón, que han adquirido el 45% de Canaragua en su estrategia de diversificar negocios y consolidar su presencia en sectores clave de futuro, como la energía, la sostenibilidad y el agua.
La operación, como señalábamos ayer, ha provocado malestar e indignación en amplios sectores de las patronales tinerfeñas, que consideran que se trata de una “intromisión inadmisible en la gestión de un bien esencial”. Pero, claro, también cabe preguntarse qué pintan los empresarios de Tenerife y dónde están los cargos públicos relevantes de la Isla, muchos de los cuales se envuelven día sí y día también en la bandera del aspa blanca sobre el fondo azul para lanzar sus discursos.
Es más, ¿el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife no conocían una operación de este calado? Las fuentes consultadas por este periódico aseguran es “prácticamente imposible” que no estuvieran al tanto. Estamos ante una acción que no es moco de pavo. Primero, porque Canaragua no es una empresa cualquiera: presta servicio en más de 30 municipios de Canarias y garantiza el suministro y tratamiento de agua a más de un millón y medio de personas. Y segundo, porque este desembarco supone la toma de posiciones económicas y estratégicas de empresarios de Las Palmas en un territorio que históricamente ha defendido su autonomía a la hora de gestionar sus recursos esenciales. Ya les adelantamos que seguiremos informando…






