Pequeños gnomos, árboles de fantasía, casitas de hadas y diminutos dragos y flores dan vida al peculiar jardín mágico que, por tercer año consecutivo, ha confeccionado la asociación de vecinos El Pescador, de San Andrés.
Una iniciativa dirigida a los más pequeños que, en esta ocasión, viene acompañada de novedades, entre ellas que varias de las figuras que conforman este edén de ensueño se iluminen de noche, aprovechando la energía solar que obtienen durante el día.
El jardín mágico, que se encuentra ubicado en un pequeño terreno junto al puente que lleva hasta Taganana, aporta no solo alegría a quien lo contempla, sino también ilusión a este pueblo del litoral santacrucero, gracias al centenar de figuras que pueblan de fantasía un solar que, hasta entonces, servía como vertedero de basura.
Marcos Cova, representante de la asociación vecinal El Pescador, es el que se encarga cada año de elaborar y diseñar este pequeño mundo en miniatura, que se inaugurará mañana y permanecerá abierto al público hasta el próximo noviembre, cuando los mágicos habitantes den paso al portal de belén que después ocupará este enclave.
“Este año, contamos con muchas figuras, además de la gran novedad que hemos introducido, ya que el jardín será diferente según se visite de día o de noche gracias a la iluminación añadida. Un atractivo más para los numerosos visitantes, que en su mayoría son niños porque se encuentra ubicado justo en el camino que lleva el colegio”, relató ayer Cova.

Robos
Este vecino de San Andrés, que lleva varias semanas ultimando cada pequeño detalle que conforma este original jardín mágico, labor que realiza junto a otro compañero, comenta que “muchas de las figuras que pueblan este huerto son obras de coleccionista, como los árboles, por lo que cuestan muy caras. Un gasto al que se añade el musgo y el resto de la decoración de esta iniciativa”.
Por ello, apuntó, “el mayor temor que tenemos es que nos vuelva a pasar lo que ya ocurrió en el año 2023, cuando nos robaron muchas figuras en el anterior jardín, que ciframos en unos 200 euros de pérdida. Confiamos en que, en esta ocasión, no vuelva a ocurrir y los vecinos ya están alertados para que vigilen el espacio, sobre todo de noche. Aun así, estoy emocionado”.







