La falta de trabajadores en la construcción en Canarias ha alcanzado niveles tan alarmantes que las principales patronales del sector han anunciado una medida inédita: traerán operarios cualificados desde países latinoamericanos como Chile y Perú. La decisión responde a una situación que, según denuncian las empresas, es insostenible: altos índices de absentismo, falta de relevo generacional y una escasa disposición de los jóvenes isleños a integrarse en el sector.
El anuncio fue realizado este miércoles por los representantes de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), quienes afirmaron que ya están en marcha los primeros contactos con empresas de intermediación laboral en América Latina para canalizar la llegada de trabajadores especializados. El objetivo es claro: mantener la actividad del sector en un momento en el que hay miles de obras en curso, fondos europeos que ejecutar y una cartera de proyectos públicos y privados que no pueden permitirse demoras.
Según Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco, “nos encontramos ante una situación límite. Tenemos proyectos que se paralizan porque no hay albañiles, encofradores o gruistas suficientes. Y lo peor es que no se vislumbra un relevo local. Estamos formando gente, sí, pero la mayoría no termina los cursos, o no se presentan a trabajar”.
Una crisis laboral que pone en jaque el futuro de la construcción: falta de trabajadores en la construcción en Canarias
El problema no es nuevo, pero se ha agudizado desde la pandemia. En los últimos tres años, el absentismo laboral en el sector ha aumentado de forma preocupante, alcanzando cuotas de entre el 25 % y el 40 % en algunas islas, según cifras internas de las patronales. A esto se suma una tasa de desempleo juvenil elevada, pero con escaso interés por parte de ese colectivo en emplearse en el sector, al que muchos consideran “duro, mal pagado o sin futuro”, según refleja un reciente informe del Observatorio Canario del Empleo (OBECAN).
Frente a esta paradoja —alta demanda de empleo en Canarias en el sector y escasa disponibilidad real— las empresas han decidido mirar fuera. “Chile y Perú cuentan con trabajadores bien formados, con experiencia en grandes infraestructuras y muchas ganas de trabajar en Europa. Tenemos ya modelos de colaboración con otros países de América Latina que han funcionado, como en el sector agrícola. Ahora lo aplicaremos a la construcción”, explicaron desde Fepeco.
La llegada de mano de obra extranjera se producirá, previsiblemente, a partir del último trimestre del año. Los trabajadores latinoamericanos serán contratados bajo el paraguas de convenios específicos de migración circular, lo que implicará contratos temporales, alojamiento digno y formación en prevención de riesgos laborales adaptada al marco normativo español. Varios sindicatos ya han pedido “máxima vigilancia” para evitar situaciones de abuso o explotación laboral, como ha ocurrido en otros sectores con trabajadores extranjeros.
El Gobierno de Canarias, por su parte, reconoce el problema estructural. La consejera de Empleo, Elena Máñez, admitió recientemente que “la construcción necesita un plan urgente de recualificación y dignificación del empleo”, y aseguró que se están impulsando medidas para facilitar la inserción laboral, especialmente entre jóvenes y parados de larga duración.
No obstante, desde el sector privado se insiste en que “ya no hay tiempo”. La falta de mano de obra amenaza con bloquear proyectos estratégicos como viviendas públicas, instalaciones turísticas, mejoras de carreteras e infraestructuras energéticas. Y todo ello en un momento clave en el que los fondos europeos Next Generation deben ejecutarse en plazos muy ajustados para no perder financiación.
La falta de trabajadores en Canarias en la construcción en Canarias pone sobre la mesa un dilema de gran calado: ¿cómo es posible que haya tantos desempleados en las islas y, al mismo tiempo, sectores enteros que no encuentran personal? La respuesta, según los expertos, no es sencilla. Hay una desconexión entre el sistema formativo y las necesidades reales del mercado laboral, un estigma hacia los empleos manuales y un déficit de políticas activas de empleo eficaces.
La llegada de trabajadores de Chile y Perú puede ser una solución provisional para Canarias, pero deja en evidencia una fragilidad profunda en el modelo productivo del archipiélago. Mientras tanto, los andamios siguen esperando manos dispuestas a levantar el futuro de Canarias.