“Cualquiera se puede reír con nosotros, pero no de nosotros”

Pedro Molina viene de caminar; lleva un aplicativo en su móvil que consulta y comprueba que ha recorrido casi siete kilómetros

ZENAIDO HERNÁNDEZ Santa Cruz de Tenerife

Nos vemos en la Cooperativa La Candelaria, frente a la ermita de San Benito que está abierta y en unos días rebosará de fervor popular con la romería y las ofrendas al patrono electo de las gentes del campo, que lo es de Europa. Pedro Molina viene de caminar; lleva un aplicativo en su móvil que consulta y comprueba que ha recorrido casi siete kilómetros. Saluda a sus compañeros en la administración y en el supermercado, también a los clientes que aguardan ante la caja. Lo acaban de reelegir presidente de la Cooperativa. Consulta con Santiago Cacho, secretario de la entidad, algunos temas que requieren pronta respuesta y se interesa por los preparativos de la exposición de ganado que se va a celebrar dentro del programa de San Benito. “El próximo 2 de julio se cumplen 40 años de la primera exposición de ganado que hicimos dentro de Fiestas. Yo presidía entonces el club juvenil San Benito y junto a Miguel Mena Torres decidimos recuperar la cita, que gozó de gran arraigo; se estuvo haciendo a lo largo de más de dos siglos y medio, hasta 1954, y siempre en el marco de las Fiestas del Cristo. La última vez fue en la cancha de Anchieta. Desde entonces no hemos dejado de celebrarla”.

Foto SERGIO MÉNDEZ

-Eran unos chiquillos…

“Y también unos atrevidos. Nos podían las ganas de hacer cosas; queríamos cambiar el mundo, y ahora agradecemos que el mundo no nos haya cambiado. Entonces era menor de edad y nos superaba lo que estaba pasando a nuestro lado. Era también presidente de la Asociación de Vecinos Tenesoya, del Camino San Lázaro, y Santiago Cacho estaba de vicepresidente. De ahí salió la idea de presentarnos a las elecciones y a veces me pregunto qué pasó en mí y en otros para que diéramos esos pasos. Total que un buen día me veo reunido y hablando con el presidente del Cabildo Rafael Clavijo; me gustaría saber qué le decía yo a aquel señor”.

-¿Y así llego al Ayuntamiento?

“La primera lucha social que llevábamos en esa época fue por el Plan Urbanístico Comarcal, que decíamos de Rubens Henríquez. Debatimos su alcance en la coordinadora, que agrupaba a 34 asociaciones vecinales: San Matías, La Cuesta, Geneto, Valle Tabares… Nos reunimos en la sede de La Ratona gentes como Domingo Cubas y se diseñó una estrategia de la que quedan por ahí algunas pintadas: ¡Plan de barrios, ya! Se puso en marcha un programa bajo el título Progreso y Desarrollo, que contemplaba entre otras acciones poner agua de abasto en las casas del municipio. Cuesta pensar que hace solo 38 años no había red de agua en las casas que están a 200 metros de la Universidad, en el Camino del Medio, en San Bartolomé…”.

-¿Concejal con Pedro González?

“Entré como concejal a mitad de legislatura; iba en el puesto seis y me incorporé cuando dimitió Rafael Núñez. Formamos un equipo y en los primeros años ya estaba por el Ayuntamiento. Vivíamos con ilusión el día a día de la política municipal. Cada mañana saludaba a Rosa Alemán, la secretaria del alcalde, con un ‘buenos días, doña Rosa’, y me contestaba: “Buenos días, don Clave’. El presupuesto del Ayuntamiento en 1979 era de 400 millones de pesetas para todo el año y en el 83 llegó a los 700 millones, unos 40 millones de euros. Trabajábamos con ilusión y se acometían las obras que demandaban los vecinos. En materia de aguas, el Ayuntamiento ponía el material y los vecinos la mano de obra. El concejal Pedro Félix González pedía prestados los camiones a su padre y llevaba la tubería a los barrios, donde los vecinos abrían las zanjas y se colocaban los tubos. Ese era el progreso y el desarrollo”.

-¡Demasiados cambios!

“Muchos. Entonces el interés estaba en quitar los baches para poder circular. Ahora, las asociaciones de vecinos, al tener carreteras y calles con firme liso, piden a los Ayuntamientos que pongan obstáculos, que coloquen algún realce en la calzada y discos de limitación de velocidad, para que los coches no se lleven a nadie por delante. Hoy estamos en un punto de partida distinto, y no sé si es mejor o peor”.

-Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor.

“Así es. La vida antigua la añora mucha gente, pero nadie la vive, y hay que decir que no está prohibida. Puedes instalarte en una casa con piso de tierra, sin agua y sin luz y cocinar con leña, pero nadie lo hace. Eso nos viene a decir que muy bueno no es. Hoy tenemos otra forma de vida, otras alternativas. Debemos plantarnos por seguridad, comer más fresco y con productos más cercanos. Las políticas agrarias son importantes, pero las educativas lo son más. Nuestra mayor carencia es la educación en el consumo. Se debe enseñar a aprender y no a retener. Hoy los alumnos, si recuerdan lo que dice el profesor y lo plasman en el examen, sacan matrícula de honor. Hay que enseñarlos a pensar, a ser críticos y diferenciar”.

-¿Le tocó vivir la huelga de hambre lagunera?

“La mayor parte de los concejales nos pronunciamos en contra de la decisión del gobernador civil Jesús Rebollo de mantener el vertedero en Montaña del Aire. Estuve entre los 14 que del 7 al 13 de mayo de 1982 nos declaramos en huelga de hambre. Seis días y siete noches de reivindicación, con el apoyo de los vecinos”.

-¿Ya entonces era ganadero?

“Lo soy desde que nací: hijo y nieto de ganaderos, como hoy lo es Pedro, mi hijo. Comencé ayudando a mis padres como fuerza de trabajo y a los nueve tuve que dejar de ir al colegio en el día para hacerlo en horario nocturno. Hice hasta cuarto de bachillerato, en el Cabrera Pinto primero, y luego en el Viera y Clavijo. No pude seguir porque las necesidades en la casa nos superaban y con 15 años y unos meses me puse a trabajar. Por la mañana atendía a las vacas y a las tres de la tarde entraba en la Cafetería Fiesta, en lo bajo del Orfeón La Paz, de don Manuel Govea, palmero de El Paso, que fue la primera persona que sin ser de mi familia confió en mí hasta el punto de que ya con 16 años me planteó llevar el negocio los dos, constituyendo una sociedad. Atendía al público hasta las 11 de la noche y me gustaba poner música; se disfrutaba de un ambiente muy sano. Pero lo mío era crear mi propia empresa, trabajar es lo que he hecho toda la vida”.

Foto SERGIO MÉNDEZ

-¿Qué música le acompañaba?

“Pues de todo tipo, pero había un tema que ya entonces me gustaba mucho y que ponía una y otra vez: Coplas del payador perseguido, de Cafrune: Si me dicen señor/ agradezco el homenaje. / Mas soy gaucho entre el gauchaje. / Y no soy nadie entre los sabios. / Y son para mí los agravios, / que le hagan al paisaje…”.

-¿Hecho para el trabajo?

“Digamos que sí, pero lo que he hecho siempre ha representado una oportunidad y nunca una obligación. He trabajado disfrutando en cada momento. Así fue cuando entré en el Ayuntamiento, y
siempre en cada una de las actividades que la vida me ha presentado”.

-¿Dejó la política municipal?

“Cuando finalizó la legislatura me planteé que tenía que organizar mi vida. No tenía estudios y tenía mis vacas. Había que afrontar el futuro y surge entonces la convocatoria de una plaza de jardinero en el Hospital Universitario. Era para un mes, y la saco; luego me hacen un contrato más largo y así estuve 11 años, siempre combinando ese trabajo con el de mi granja”.

-¿Ya era miembro de la Cooperativa La Candelaria?

“La Cooperativa nació en 1951 y a ella pertenecía mi familia. He sido ganadero desde que nací y nunca lo he dejado. He dispuesto de fincas de pastos y de cereales, tanto propias como arrendadas, en La Laguna y en Tacoronte. En 1993 me presenté a las elecciones de la Cooperativa y fui elegido presidente. Llevo 24 años en el cargo, para el que acabo de ser reelegido. Las cosas desde entonces me han ido llevando de una actividad a la otra. Nada se planificó sino que se han presentado propuestas, objetivos, mes, y las hemos ido sacando adelante. Tengo que agradecer el apoyo que he recibido de mucha gente. Llevo 23 años en Cajasiete, desde que Pedro Modesto Campos, Orestes Arteaga, Aníbal Reyes y otros confiaron en mí, en calidad de interventor. Soy el único miembro que queda en el Consejo y he estado con los tres presidentes: Pedro Modesto, Jerónimo Monje y Fernando Berge. La Caja ha sido muy importante para todos; nos ha ayudado a formarnos. Es como alguien que ayuda pero no lo dice; es el equivalente a una gallina comparada con un salmón. La gallina pone un huevo y lo cacarea, se lo dice a todo el mundo, mientras que el salmón desova miles de huevos y se muere sin decir nada. La Caja viene a ser el salmón”.

-¿De todos los cambios que se han producido, cual ha sido el más sobresaliente?

“Para mí está en la dignificación del sector, en la autoestima que se había perdido. Se ve claramente en la liga infantil de arrastre, en las 28 niñas y niños que participan, que tienen 13 y 15 años. Van todos los días al colegio y tienen sus vacas que cuidan. Son hijos de ganaderos y nada los diferencia de sus compañeros. Van a la moda; se tiñen los pelos de colores, si la ropa les queda pequeña van enseñando el ombligo, llevan piercing o tatuaje. Es importante que los ganaderos nos vemos a nosotros mismos con ese criterio de normalidad, porque solo así los demás nos verán de esa manera”.

-¿Ha quedado atrás el cliché del mago?

“Yo dirigía que está superado, porque mago, por definición, es persona inteligente, de filosofía inmensa, que piensa lo que dice y nunca dice lo que piensa. Nosotros nos hemos desarrollado en esa forma de vivir y entendemos que los animales merecen respeto y nosotros también. Nos enseñaron a querer y entender a los animales, y por igual hacernos entender. No somos un modelo de vida a imitar por los demás, pero sí a respetar. Al paso del tiempo, ante algunos movimientos no hemos intentado que se nos tenga miedo sino que se nos tenga en cuenta. Cualquiera se puede reír con nosotros, pero no de nosotros; nos podemos reír todos juntos. Eso lo tenemos grabado a fuego”.

-¿Productores de comida…?

“La nuestra es una actividad insustituible. Los alimentos se producen en la tierra y se reproducen en el mar y no hay ningún sustituto. Hay máquinas que transforman un grano de trigo y puede ofrecer en la mesa 200 formas diferentes, pero siempre parte del grano de trigo. Una cabra nos da lo que el hombre no fue capaz de comer, transforma la hierba en proteína animal. La evolución nos ha llevado a fomentar la agricultura y la ganadería. El hombre vio que no era capaz de consumir la leche que la cabra le daba en invierno y primavera y comprobó que si la convertía en un extracto seco, en queso, podía aprovecharla en otoño e invierno”.

-¿Cómo hacer frente a la competencia del exterior?

“No quiero caer en el retrato fácil de un mundo de buenos y de malos. El mundo es el que es, y cada uno intenta defenderse. El importador entiende que tiene un espacio que defiende y quiere que nadie se lo toque; nosotros creemos que tenemos derecho a sobrevivir y luchamos por eso. El consumidor elige lo que quiere y puede, o coge aquello de lo que lo han convencido. Nuestro discurso puede que sea igual que el que hemos venido diciendo durante 20 años. Las cosas no han cambiado mucho. En estas décadas hemos recibido ayuda de muchas personas y otro montón no nos ha hecho ni caso. De estos últimos no nos acordamos de su nombre y de los que nos han ayudado no los olvidaremos nunca. Continuaremos defendiendo que consumir lo próximo es consumir fresco y de mayor calidad. Consumir lo de aquí es capitalizar este territorio y comprar lo de fuera es descapitalizar estas islas. El mensaje cambiará cuando cambien las cosas”.

-La crisis ha tocado en el sector.

“Como en todas partes. En Canarias se han cerrado 15.000 empresas por la crisis económica y de ellas 10 son cooperativas. Hay que pensar que no siempre será por una mala gestión. La crisis llega a la cooperativa por la repercusión que ella misma tiene en sus socios. Si hay un acuerdo con un socio que vende una mercancía con un pagaré a dos meses y la crisis le afecta, no puede hacer frente y la cooperativa lo padece. Si el problema afecta a varios, la cooperativa cae en picado. No hemos tenido la suerte que acompaña a los bancos, pero a nosotros no nos han quitado nada. Hemos vendido la fábrica de piensos a una sociedad, creada por los mismos ganaderos y sigue teniendo la misma función social, igual que cuando era propiedad de la Cooperativa. El sector está tan protegido ahora como lo estaba antes. Tenemos nuestra fábrica de quesos, en La Orotava, con la marca Teisol. Otras entidades lácteas han cerrado dado que era imposible mantenerse ante la competencia con los productos que vienen de fuera, elaborados con leche en polvo. Hazme un favor: cuando llegues a tu casa abre la nevera y mira a ver si lo que has comprado como yogur llevan ese nombre. Verás que dicen un nombre y un apellido: desnatado, etc. No usan leche fresca sino leche en polvo. Nadie puede competir con eso. No se concibe que un perro caliente cueste dos euros y un pollo entero lo promocionen en el centro comercial a un euro”.

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