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Tibieza del Estado y del Gobierno de Canarias frente a Marruecos

La nula respuesta desde las autoridades españolas y canarias ante la política de hechos consumados sobre las aguas saharauis del vecino continental, que además plantó a Dastis y Clavijo en Gran Canaria, dispara las críticas

Basta un somero repaso de lo acaecido desde que España optó por renunciar al Sahara Occidental para que no resulte una sorpresa que Madrid no responda con firmeza ante la política de hechos consumados que caracteriza a Marruecos a la hora de trabajar por sus intereses en esta parte del Océano Atlántico. Pero ello no ha impedido la oleada de críticas que ha despertado tanta tibieza (término incluso generoso) en la reacción de las autoridades, tanto estatales como canarias, tras lo sucedido en las dos últimas semanas.

Todo se reactivó el pasado jueves día 6, cuando medios como DIARIO DE AVISOS se significaron a la hora de informar sobre la decisión de Marruecos, cuyo Gobierno impulsó dos iniciativas legislativas para asumir la soberanía de las aguas territoriales del Sahara Occidental. Unas aguas a las que no tiene derecho si se tiene en cuenta tanto lo dispuesto por Naciones Unidas, que solo otorga a Rabat la administración del territorio continental, como por distintas sentencias emanadas desde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Por si fuera poco esta decisión unilateral, que afecta directamente a temas tan sensibles como la mediana entre Canarias y Marruecos o la futura explotación de los minerales estratégicos descubiertos en los montes submarinos al sur del Archipiélago, la diplomacia marroquí optó por dar plantón a la cumbre celebrada días después en Las Palmas de Gran Canaria a cuenta del aniversario de Casa África. A pesar de la presencia en el acto del ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, y del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, la embajadora del vecino continental, Karima Benyaich, excusó sumarse al medio centenar de sus iguales que representaban a otros tantos paises africanos. Su disculpa, basada en lo reciente de su nombramiento, no pasa de tal dado que no se trataba de la firma de tratado alguno ni, en definitiva, de un acto donde resultara imprescindible que se hubieran cumplimentado aspectos formales como, por ejemplo, la entrega de credenciales en Madrid.

Como bien resaltó el presidente del Partido Nacionalista Canario, Juan Manuel García Ramos, que Dastis quisiera restar importancia calificando como “ajuste técnico” la ofensiva de Marruecos para hacerse con las aguas en litigio, son la mejor expresión de que Madrid no está por la labor de plantar cara a un vecino, a veces tan incómodo, siempre imprescindible en aras de la estabilidad.

No son pocos los que, como el profesor de Derecho ´Constitucional de la Universidad de La Laguna, Fernando Ríos, recordaron de inmediato que España sigue sin atender las reiteradas reclamaciones efectuadas desde el Archipiélago para que, de una vez, inste a Marruecos para negociar una mediana entre ambos territorios, a pesar de lo necesario de la misma aunque solo sea por imperativos relacionados con la seguridad jurídica que tanto reclaman las empresas con intereses en estas aguas, que no son pocas.

Desde un primer momento, fuerzas como Nueva Canarias exigieron en las Cortes Generales una respuesta adecuada por parte del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy. Al menos, el propio Dastis tendrá que dar las explicaciones ya solicitadas en el Senado por la senadora de NC María José López Santana.

Pero el ramillete de críticas y denuncias no ha dejado de crecer desde que este periódico puso el altavoz sobre la iniciativa marroquí. La diputada grancanaria de Unidos Podemos Meri Pita presentó una enmienda al proyecto del nuevo Estatuto de Autonomía que persigue, dentro del límite competencial actual, aumentar la presencia de las autoridades canarias en los asuntos internacionales que, como el que nos ocupa, le afectan directamente.

Por su parte, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales (NC), denunció el pasado viernes que el decreto de Marruecos que delimita su frontera marítima frente a Canarias e incorpora el mar del Sahara Occidental a sus aguas territoriales “distorsiona los acuerdos internacionales”, mientras que Sí se puede fue más allá al exigir a los gobiernos español y canario “acciones contundentes e inequívocas” de rechazo.

Mientras tanto, desde el Frente Polisario llega el clamor de quienes sufren, directamente, lo que viven como un expolio injusto de su país.

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