icod de los vinos

Los ‘peques’ también calientan sus motores para las tablas de San Andrés

Icod de los Vinos se prepara para celebrar hoy y mañana una de sus tradiciones más arraigadas, el arrastre de las tablas de San Andrés y la apertura de las bodegas
El pequeño Isaac se arrastra en la tabla con su padre por la calle Tajaraste, en Icod de los Vinos. Fran Pallero

Iker y Rodrigo se tiraron por primera vez cuando tenían siete meses, dos menos que Jorge que se estrenó el lunes en la calle Tajaraste, donde vive su abuela. Con casi dos años y acompañados de sus progenitores, en los últimos días calentaron sus motores para vivir hoy y mañana con la misma devoción que ellos una de las tradiciones más arraigadas y populares de Icod de los Vinos, el arrastre de las tablas de San Andrés y la apertura de las bodegas.

Consiste en subirse a una tabla de madera, en su mayoría de tea y alisada con vela en la parte de abajo, en la que se sientan una o varias personas y se deslizan por las empinadas calles del municipio hasta frenar contra una enorme pila de neumáticos en desuso preparada para la ocasión. El olor que desprende la madera al frotar sobre el suelo es intenso e inconfundible y se entremezcla con el de las castañas asadas y el vino nuevo.

Muchos icodenses prueban y alisan su tabla un mes antes, algo que décadas atrás estaba prohibido y por ende, se corría el riesgo de que un guardia o policía la requisara hasta el día de San Andrés si descubría a algún vecino tirándose por vías en la que entonces circulaban coches.

En la misma vía también se deslizaron con gran soltura Victoria y Telma, de 7 y 6 años, Nayara de 8, Aurelio de 4 e Isaac, casi de la misma edad. La calle no tiene una gran pendiente y por eso resulta ideal para los más pequeños de la familia.

Una tradición que heredaron de sus madres y padres, quienes también la disfrutaron desde pequeños, y no quieren que se pierda, pese a que los tiempos han cambiado y las tablas también. En la actualidad, muchas son de metacrilato, un material que permite deslizarse con mayor facilidad y ganar velocidad.

Precauciones

No tienen miedo, ya que “San Andrés no es peligroso”, pero es conveniente tener en cuenta ciertas precauciones, aseguran. La primera de ellas es fabricar una buena tabla. La segunda, es saber conducirla, porque el mayor peligro es caerse al suelo, rasparse con el piche y golpearse. “Hay que sentarse, poner los dos pies en el chanfle -dos trozos de madera adicionales, uno delante y otro detrás para apoyar los pies y evitar salirse- y dirigir la dirección”, explica Jessica León, la mamá de Jorge. También hay que equiparse las manos con guantes y calzado cómodo para poder frenar. La tercera, y a modo de precaución, es no tirarse por una calle que no se conozca bien.

A Victoria y Telma tampoco les asusta la palabra peligro. Se lanzan solas desde los 4 años, igual que Nayara, que logra coger una velocidad que, por fortuna, frenan los neumáticos colocados al final de la calzada. Su tabla está repleta de pegatinas de Dora la Exploradora y Hello Kitty. De un lado es de tea y del otro, de metacrilato. Solo una vez “se cruzó sin permiso de sus padres y una tabla la atropelló, le salió sangre del labio y la tuvieron que llevar al médico”, cuenta emocionada.

La fiesta comienza hoy desde temprano con la tradicional fuga de San Andrés. Los alumnos no asisten a clases, las aulas de los centros educativos permanecen cerradas y la pasión por el arrastre comienza a primeras horas de la mañana.

Durante los dos días y hasta la madrugada, vecinos de todas las calles de la Ciudad del Drago se tiran cientos de veces, atraídos por la adrenalina que generan al hacerlo, que compensa el esfuerzo de subir cualquier pendiente, por más elevada que sea.

La tradición no tiene una fecha concreta. Se remonta a la calle San Antonio y no a la calle Hércules, como muchos creen, cuando se llevaban los toneles de madera para limpiarlos en la playa con agua salada y eliminar así los ácidos en su interior antes de volver a llenarlos con vino nuevo. Por eso el arrastre de las tablas coincide con la apertura de las bodegas.

Cada año cientos de turistas y curiosos se acercan al municipio para disfrutar de una costumbre única, que se ha ido adecuando a los tiempos pero a la que todavía hoy ningún icodense puede resistirse.

Calles cerradas

El Ayuntamiento desplegará hoy y mañana un dispositivo especial de seguridad y tráfico. Así, se cerrarán en su totalidad las calles Antonio González (El Plano), Hércules y San Antonio, mientras que lo estarán en algunos tramos El Durazno, El Sol, Los Reyes, El Calvario, San Agustín, y Heraclio Díaz Mesa. En lo que respecta a la seguridad, se contará con efectivos de la Policía Local, Guardia Civil, Policía Autonómica y Protección Civil, tres ambulancias de soporte básico y una avanzada.

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