
El presidente de la Confederación Provincial de Empresarios (CEOE) de Santa Cruz de Tenerife siempre habla sin tapujos y, por eso, ha sido el primero que ha reconocido que la actual situación política no le gusta y que debido a la incertidumbre de los pactos el crecimiento económico de este año será menor de lo previsto. Admite que siempre que hay elecciones hay un paréntesis, pero añade “esto es ya un corchete”. También aboga en esta entrevista por un reparto más igual de los recursos de la financiación autonómica y no tan complejo y alaba la nueva Ley del Suelo, de la que dice simplificará y mejorará las gestiones urbanísticas manteniendo el control sobre las prácticas abusivas.
-¿Es verdad que la actual situación política está ralentizando tanto la economía?
“Sí, es verdad. Fuimos los primeros que nos aventuramos a decir que la paralización actual del Gobierno iba a ralentizar el crecimiento en el año 2016. Y, además, dimos cifras. Creceremos un 2,7% del PIB en lugar del 3% que era nuestra previsión antes de las elecciones. Pero voy más allá, y digo que si hay un nuevo escenario de elecciones, el crecimiento será del 2,4% en lugar del 2,7%”.
-¿En qué se basan?
“Bueno, el dato más objetivo que hay es que las expectativas de los consumidores y de los empresarios disminuyeron en enero de forma abrupta. Y esto, en relación a tres años de crecimiento continuo. Cuando la expectativa de los dos motores de la economía que es la inversión y el consumo se deterioran, necesariamente se va a deteriorar el crecimiento de la economía. Es verdad que no de una manera dramática, pero se notará. Y ya no hablo de la inversión pública, que por lógica disminuirá, sino de la privada que debido a la incertidumbre esperará a tomar decisiones, sobre todo, aquellas que tienen un largo periodo de amortización. Pero hay que ser conscientes de que hay una ralentización producto de la parálisis política”.
-Pero ¿no ocurre algo similar siempre que hay elecciones?
“Es verdad que siempre que hay elecciones hay un paréntesis, lo que pasa es que ahora es un corchete. Insisto que no tiene que ser traumático, ni producir una debacle económica, porque hay otros factores económicos que son positivos y que contrarrestan esta situación, como por ejemplo los precios del petróleo, los tipos de interés o el crédito. Esto hace que todavía nuestro crecimiento sea superior al de la media europea que está en torno al 1,5% más o menos, mientras nosotros estamos hablando, en el peor de los escenarios, de un 2,4%”.
-¿Iremos a nuevas elecciones?
“No soy experto en política, pero una cosa es lo que uno quiere y otra es lo que puede hacer. Es verdad que un pacto PP-PSOE y Ciudadanos sería el mejor escenario puesto que aglutinaría a la mayor parte de la sociedad, además de dar estabilidad económica, pero seguro que no es o que quieren estos partidos. Dicen que la política es el arte de lo posible, pues esto es lo posible. Y no sé si unas nuevas elecciones cambiarán mucho el panorama. Como le digo no soy experto en política”.
-Pues le pregunto por lo que sabe… ¿Qué opina de la propuesta de Podemos de regular, en el Parlamento, las contrataciones por la polémica de las camareras de piso?
“Es un disparate. Plantear esto es no entender como funcionan las cosas en la realidad. Hay un convenio que si no se cumple se denuncia. El
resto es abrir la puerta al intervencionismo”.
-Empresarios y Gobierno están continuamente pidiendo más dinero para Canarias; sin embargo, el Archipiélago es la región que menos aporta
al Estado…
“Mire, el mejor sistema de financiación autonómica es el más sencillo y el más transparente. ¿Y cuál es el más sencillo y más transparente? Que la financiación que va a las comunidades autónomas sea la misma per cápita y dejarnos de un sistema de financiación que nadie comprende, que es imposible de descifrar y que está lleno de fórmulas matemáticas que se contradicen, es decir, la financiación autonómica se está convirtiendo en uno de los grandes secretos de este país por incomprensible. Y a esto se une el esfuerzo que tiene que hacer cada comunidad autónoma por gestionar esos recursos bien. Con esto se evitarían muchas discusiones e interpretaciones”.
-¿La universidad es ahora una máquina de fabricar parados?
“Bueno, no diría tanto. Hay muchos factores que influyen en la educación. Lo que sí es cierto es que se tiene que estar muy atento a lo que demandan los empresarios, y si la sociedad es cambiante, la universidad también tiene que serlo. Tiene que estar más pegada al terreno de lo que necesita”.
-Por fin se avanza en minimizar la normativa urbanística. ¿Qué le parece la Ley del Suelo?
“Sí, por fin. Yo siempre he dicho que por cada ley nueva se deberían derogar al menos dos. Y en el caso de la Ley del Suelo se terminarán derogando cuatro. Por eso me gusta, porque es el camino para ir simplificando. Se trata de una ley que introduce una filosofía más ágil y más sencilla de protección al territorio. Da mayor protección al administrado y mayor exigencia a la administración”.
-Los detractores dicen que esto es abrir el melón a más libertad urbanística…
“Mire, la ley tiene más de 400 artículos que regulan e impiden las prácticas abusivas. Lo que no podía ocurrir era que en tu terreno no pudieras mover una piedra porque necesitabas autorizaciones para todo que, en el mejor de los casos, si te las daban, tardaban años”.