Reaparece el espíritu de Cho Vito

Una sentencia de la Justicia europea obliga al Estado a devolver el dinero invertido en el paseo, al considerar que se vulneraron los derechos humanos de los vecinos del poblado y los desalojados podrían recibir 10 millones de euros en indemnizaciones
Chovito es hoy un paso peatonal sin vida / ANDRÉS GUTIÉRREZ
Cho Vito es hoy un paso peatonal sin vida / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Casi cuatro años después de que las palas mecánicas terminaran por derribar la última de las ocho casas que en noviembre de 2012 aún quedaban en pie en Cho Vito, el espíritu de este poblado de la costa de Candelaria se mantiene vivo, aunque sus ventanas ya no reciban la brisa marina de Las Caletillas.

Ya lo advertía Tomás González, el líder indiscutible de la resistencia -fue multado por la empresa encargada del derribo por impedir el paso de las palas- de aquel enclave costero que se convirtió en una bandera contra la Ley de Costas, que ahora han modificado. “Somos un referente en esta lucha y vamos a pasear el espíritu de Cho Vito por todas las islas”, comenta Tomás González, aunque sabe que las viviendas y la historia que se cayeron con ellas aquel 16 de noviembre “ya no son reparables”, pero al menos le satisface que el tiempo ponga a cada uno en su sitio, acordándose que todavía hoy ocho de los afectados -demostraron no tener otra morada- siguen esperando por las viviendas sociales que les prometió el Ayuntamiento justo encima de Cho Vito.

Tomás González se refiere así, mientras paseamos por lo que fue su hábitat natural durante tanto tiempo, a la sentencia de la sala segunda del Tribunal Europeo de Justicia que este mes condenó a España a devolver a la Unión Europea el importe el paseo marítimo que sustituyó al poblado de Cho Vito, obra que concluyó en el año 2014, tras 24 meses de tiempo de ejecución y 923.913,81 euros de inversión (costó algo más).

La sentencia es rotunda a favor de los afectados de Cho Vito, al considerar que la investigación realizada por la Comisión Europea de Medio Ambiente y la Comisión de Derechos Humanos concluyó que hubo falta de rigor y arbitrariedad en la aplicación de la Ley de Costas en Cho Vito, así como el uso indebido de los fondos europeos para el desarrollo regional por parte de las autoridades españolas en la realización de un paseo.

La Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo le recuerda al Gobierno español además que incumple, reiteradamente, el abono de la indemnización a las partes demandantes”, así como la condena por incumplimiento de las obligaciones de un estado miembro a las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

El Parlamento Europeo inició en 2008 una vulneración de los derechos humanos sobre la aplicación de la Ley de Costas, debido a las denuncias recibidas al respecto, entre ellas la propia de Tomás González. De hecho, en 2013 se publicó un estudio en el que se solicitaba a las autoridades medioambientales españolas que corrigieran la ley, para evitar posibles sentencias condenatorias. Tomás González lo tiene claro, “la sentencia apoya nuestra reivindicación y estamos trabajando para recurrir de manera individual, pero también colectiva, para recuperar nuestro patrimonio”, añadiendo que “estarán ahí las 31 viviendas, porque la propiedad no distingue si es primera o segunda vivienda”, insistió. Una indemnización que según él podría alcanzar los 10 millones de euros. La construcción del paseo marítimo de Cho Vito, para lo que fue necesaria la desaparición de las 31 casas que allí existían, fue anunciada en el BOE del 14 de mayo de 2005 por la Dirección General de Costas, que informó de esa forma de la puesta a información pública del proyecto, aunque el proyecto no pudo realizarse hasta el derribo total del poblado finalizado en noviembre de 2012.
Teniendo en cuenta que la licitación de la obra costó 1.149.664 euros y que la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia incluye intereses y cuantías diarias por demora, la cifra que deberá devolver el Estado ronda el millón y medio de euros, casi diez veces menos de lo que cobrarían los 31 damnificados por el derribo como indemnización. Cho Vito, como el Cid, gana después de muerto.

 

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Un paseo sin accesibilidad

Resulta curioso, pero el paseo peatonal que se realizó en Cho Vito, tras caer las 31 viviendas del poblado, no está adaptado para las personas de movilidad reducida, pese a costar casi un millón de euros que ahora tendrá que devolver el Estado español a la Unión Europea. Un paseo que, dos años después de concluido, presenta grietas en el amplio piso de madera del que está realizado

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