La era de la automatización también ha llegado a las gasolineras. La aparición de las denominadas estaciones de servicio fantasma pone en peligro más de 3.500 empleos en las Islas, y más de 30.000 en toda España.
Se trata de un nuevo modelo de negocio que obedece a la idea europea de liberalizar la actividad económica y que consiste en la instalación de surtidores de combustible automatizados, sin personal a cargo, donde el cliente se sirve la gasolina y paga a través de un cajero (con tarjeta bancaria o billetes). En la actualidad, ya existen algunas gasolineras en las que de manera permanente o solo en horario nocturno el usuario tiene que dispensarse él mismo el carburante, pero el pago lo hace en caja.
Aunque el Gobierno canario aún no ha recibido ninguna solicitud de empresas que quieran instalar gasolineras de este tipo, han saltado todas las alarmas puesto que en el territorio peninsular ya hay más de medio millar. En este sentido, el director general de Industria del Gobierno de Canarias, Erasmo García, explicó que el Ejecutivo tiene bastante avanzado el decreto 94 que presentarán la próxima semana al sector. La norma, según explicó, “mejora” la normativa que ya están aplicando en Andalucía, Baleares, Murcia, Comunidad Valenciana, Navarra, Aragón y Castilla La Mancha, donde se obliga a que en cada estación de servicio haya contratada al menos una persona por turno. “Canarias va en la misma línea ya que no estamos porque se destruya empleo y sobre todo apostamos por la seguridad”. García aseguró que la próxima semana dará a conocer el decreto al sector, para que lo antes posible pueda aplicarse. Los argumentos de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife para solicitar una regulación clara del sector están relacionadas, explicó el presidente de la institución, José Luis García, con “la seguridad de la instalación, la protección de los derechos de los consumidores y la defensa del empleo”. García calificó de “tibio” el decreto actual y pidió al Cabildo de Tenerife un posicionamiento, tal y como ha hecho en Gran Canaria, donde la Corporación insular rechazó por unanimidad la instalación de gasolineras fantasma en la Isla.
Este tipo de gasolineras también son conocidas como estaciones de bajo coste, ya que al no necesitar empleados, lo más normal es que el precio del carburante también baje. En este sentido, el presidente de la Federación de Empresas del Metal y Nuevas Tecnologías de Santa Cruz de Tenerife (Femete), Alberto Villalobos, explicó que, desde el punto de vista del consumidor es “más cómodo” una gasolinera de este tipo porque, al final, el carburante es más barato, pero se pregunto: “¿Y si el cajero se queda con la tarjeta?, ¿Si no hay combustible? o, lo peor, ¿si hay algún derrame?”. Villalobos aseguró que “los consumidores deben tener una persona a la que dirigirse para solucionar cualquier posible problema, incidente o conflicto, porque en caso contrario se estará causando otro perjuicio a sus derechos y una falta de responsabilidad por parte de la compañía que opera”. Además, explicó que las personas con algún tipo de discapacidad que quieran repostar no tendrán las mismas posibilidades siendo un “claro perjuicio, por no hablar de sus derechos”. A todo esto, continuó el presidente de la patronal, “hay que unir el hecho de que Canarias no está para perder más empleo”. De hecho, aseguró que la apertura de este modelo de negocio lleva al cierre de entre dos y tres gasolineras convencionales.
Para José Luis Martín es “muy preocupante” el daño que la introducción de estaciones fantasma en Canarias puede generar sobre el empleo en el sector. “Estas estaciones funcionan sin costes de personal, lo que mejora su rentabilidad respecto al modelo que defendemos en las Islas que sí cuenta con personal contratado”, explicó. El presidente de la Cámara advirtió de que “si llegan estas estaciones al Archipiélago, los empresarios ya instalados pueden verse obligados a reducir sus costes de personal para poder competir”.
[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]“Una grave amenaza para la seguridad, el empleo y los derechos”
“Este tipo de gasolineras constituyen una grave amenaza para la seguridad, los derechos de los consumidores, así como para la creación y mantenimiento de puestos de trabajo”. Así de contundente se pronunció el presidente de Femete quien señaló que las gasolineras necesitan la presencia de personal debidamente formado y entrenado para actuar en caso de emergencia, al tratarse de productos inflamables y potencialmente peligrosos, a pesar de que los avances tecnológicos reduzcan los riesgos”.[/su_note]