Juan Carlos Fresnadillo (Tenerife, 1967) lleva tres años residiendo en Los Ángeles, la segunda metrópolis de Estados Unidos. “Un monstruo de ciudad que cada vez me gusta más”, dice. Tras el verano comenzará el rodaje allí de su nueva película, Haunted, adaptación de la novela gótica de Henry James Otra vuelta de tuerca. Antes se ha venido unos días a la Isla: TEA acoge su primera exposición como fotógrafo (Limbo, abierta al público hasta el 11 de septiembre).
-Ha dicho el comisario de esta muestra, David Olivera, que usted en realidad es fotógrafo antes que cineasta.
“Lo que es cierto es que la practico desde muy joven y que siento la fotografía como una manera de buscar historias. Me gustan las instantáneas narrativas, con personajes y situaciones en movimiento, en las que cada uno de los elementos presentes intente contar algo. Una historia enigmática, misteriosa, pero básicamente centrada en lo narrativo. El ser fotógrafo y ser cineasta, al menos en mi caso, son las diferentes caras de una misma moneda”.
-Son 27 imágenes tomadas en 13 ciudades de cinco países. ¿Hay algún mensaje unitario en ellas?
“Son paisajes y personajes que están en un lugar sombrío, en el sentido más existencial, y en transición. En todos los casos se plantea un misterio, un enigma, en el que esos personajes transitan hacia un lugar más luminoso. Están entre dos mundos, en una especie de limbo, como indica el título”.
-Ya son tres años viviendo en Los Ángeles. ¿En qué proyecto cinematográfico anda ahora?
“Trabajar en la industria americana implica estar en muchos frentes a la vez, y eso es lo que he hecho en este tiempo. Ahora mismo estoy compaginando cine y televisión. Lo último que he hecho, que se empieza a emitir en septiembre, es una serie que se llama Falling Water, sobre el mundo de los sueños y cómo estos están invadiendo la realidad. He sido director del episodio piloto y productor ejecutivo de la serie. La televisión me está permitiendo indagar en un formato que vive una época dorada, con contenidos más interesantes y adultos. En tanto que el cine se está decantando por productos de entretenimiento y gran espectáculo. Combinar la televisión entre película y película creo que es una buena manera de indagar en contenidos especiales”.
-Y su próximo largometraje, ¿cuál será?
“Estamos a punto de comenzar la preproducción, con la idea rodar tras el verano, de una adaptación moderna de la novela Otra vuelta de tuerca, escrita por Henry James. Es un proyecto interesante y, además, con un muy buen estudio detrás, de los que cuida todo lo que hace. Es una película con la que llevo tiempo metido y estoy encantado”.
-Siempre se ha movido en el género de suspense.
“No sé por qué, pero es donde me gusta trabajar. Me atraen los personajes en la penumbra. Y la circunstancia en la que los abordo tiene que ver con su decisión o no de salir de esa situación. Un poco lo que me pasa con las fotos. Me gusta lo extraordinario, lo sobrenatural”.
-¿Cómo es la vida en una ciudad como Los Ángeles?
“La meteorología es muy parecida a la de las Islas, así que tengo la sensación de estar en una Canarias más salvaje. Evidentemente, son dos mundos diferentes: esto es una islita y aquello un monstruo de ciudad. Pero estar en Los Ángeles tan cerca del mar, después de los años que viví en Madrid, me hace conectar con mi tiempo, con el tiempo que pasé en Tenerife de joven. Llevo tres años allí y cada vez me gusta más. Es un lugar muy estimulante e inspirador; vives rodeado de una energía creativa muy contagiosa”.
-Y Hollywood, ¿qué tal?
“Es una ciudad muy dura, donde mucha gente muy buena está compitiendo por los mejores proyectos. Esta profesión es inestable y compleja, y puedo asegurar que todo ese glamur hollywoodiense que tiene la gente en la cabeza es secundario, incluso efímero. Los que vivimos allí estamos trabajando permanentemente”.
-Exilio voluntario el suyo.
“Completamente. Tenía la sensación de que los espacios que podía abordar en España estaban muy limitados y me marché con el propósito de abrir nuevos horizontes. Todas las películas que he hecho han tenido esa vocación viajera, un espíritu internacional, y me parecía que era el momento de darle rienda suelta a eso e instalarme donde creo que hay que hay que estar para hacer las mejores películas posibles”.
-¿Qué tiene la industria estadounidense que no le pueda dar la española o europea?
“La posibilidad de trabajar en proyectos desafiantes, con una producción grande. La gran industria está allí, y los mejores guiones y creadores también”.
-¿Qué le parece el papel protagonista que está jugando Canarias como plató de cine?
“Fantástico. Genera un beneficio económico indudable en muchos sectores y representa un lujo enorme para los jóvenes cineastas de las Islas, ya que pueden ser testigos directos de producciones del más alto nivel”.
-¿Tiene algún proyecto de futuro en mente que pase por volver a trabajar en las Islas?
“Varios de los proyectos que he estado explorando estaban pensados para venir a rodar al Archipiélago, con lo cual creo que, tarde o temprano, acabaré volviendo a trabajar aquí. Me encantaría poder repetir esa experiencia. Solo es cuestión de tiempo”.