Un hogar para los cetáceos

La Embajada de los Delfines, organización internacional que estudia el comportamiento de estos mamíferos y sus similitudes con el hombre, elige el sur de Tenerife para establecer su sede permanente
La Embajada de los Delfines lucha por la prohibición de la caza y la pesca de ballenas y delfines y el cierre de los acuarios o cualquier recinto que suponga su privación de libertad. DA
La Embajada de los Delfines lucha por la prohibición de la caza y la pesca de ballenas y delfines y el cierre de los acuarios o cualquier recinto que suponga su privación de libertad. DA

La Embajada de los Delfines, una organización no gubernamental internacional cuyas actividades buscan generar conciencia sobre un desarrollo sostenible del planeta inspirándose en el medio marino, ha elegido la isla de Tenerife para establecer su sede permanente. La institución, que cuenta por todo el mundo con más de medio centenar de embajadores de reconocido prestigio de los ámbitos de la ciencia, el arte, el activismo ecologista y hasta de la espiritualidad, se marca como objetivo la divulgación de un mensaje que defiende la relación armoniosa entre la naturaleza y el hombre. Con esa finalidad realizan estudios, promueven expediciones por los cinco continentes, editan publicaciones y producen documentales y creaciones musicales.

El pasado 24 de junio se celebró en las instalaciones de Puerto Colón, en Costa Adeje, el estreno de la capitalidad tinerfeña en un acto al que asistieron científicos, expedicionarios, músicos, artistas y fotógrafos de una docena de países. “El sur de la Isla reúne las mejores condiciones para establecer la sede de The Dolphin Embassy” -su nombre original-. “Para nosotros es el centro del mundo, un sitio único, con una naturaleza increíble y rodeado por un océano con cetáceos. Es la nueva Atlántida”, afirman Alexander y Nicole Gratovsky, los dos antropólogos fundadores de la organización. Y es que, precisamente, sus acciones se centran, sobre todo, en los delfines y las ballenas “porque representan la conciencia más antigua de nuestro planeta y porque su estilo de vida aporta información de una gran importancia para los humanos”, afirma la pareja franco-rusa que lleva más de 10 años estudiando el comportamiento de estos mamíferos.

“El contenido esencial de la vida de los delfines consiste en el juego, el entendimiento y el amor y su característica principal es su constante participación en lo que ocurre. Estos mismos factores representan los pilares de la felicidad de los humanos”, sostienen ambos. Por ese motivo, la organización propone prohibir la caza y la pesca de ballenas y delfines y el cierre de los acuarios o cualquier recinto que suponga su privación de libertad.

Sus estudios no se basan tanto en la rama de la biología, sino en la antropología. El proyecto nació en 2008 y desde entonces ha realizado numerosas acciones internacionales. En 2012 lideraron una expedición alrededor del mundo con el objetivo de investigar la relación entre el hombre y la naturaleza en las civilizaciones antiguas. Partieron el 21 de diciembre -desafiando las predicciones aztecas- desde el puerto de Los Gigantes y trazaron una ruta asociada a un número: el paralelo 30. La elección se debió a que en esas coordenadas, donde la Tierra es más ancha, al sur de Canarias, se asentaron a lo largo de la historia grandes centros de desarrollo de la humanidad: Marrakech, Jerusalén, El Cairo, Persépolis, Petra, Delhi… y porque en esa latitud se localizan los principales hábitats de delfines y ballenas, que son -no se cansan de repetir- “los portadores de la conciencia más antiguos del planeta”. En junio de 2014 la expedición regresó a la Isla cargada de información y de experiencias, incluidas las de convivencia espiritual. “Nadamos con los delfines, jugamos con los niños y meditamos con los monjes, para luego meditar con los niños, jugar con los delfines y nadar con los monjes”.

Nicole y Alexander Gratovsky. DA
Nicole y Alexander Gratovsky. DA

El próximo mes de septiembre la Embajada de los Delfines se propone abrir las instalaciones al público diariamente para divulgar sus conocimientos en forma de exposiciones, conferencias, documentales, incluso con cursos para guías marinos y monitores de embarcaciones para asesorarles sobre el comportamiento de los cetáceos y enseñarles cómo se debe actuar en determinadas situaciones.
“Falta información a los capitanes de embarcaciones y guías para no molestar a los cetáceos, y ese servicio lo vamos a ofrecer gratuitamente, porque nuestra prioridad es la divulgación”. Sostienen que en Canarias hay científicos “muy buenos y de mucho prestigio”, pero creen que sus estudios quedan muchas veces en un “coto cerrado”. Por eso ofrecen su sede, un amplio espacio multifuncional en Puerto Colón, para que “cualquier persona o institución pueda mostrar y compartir información de sus proyectos, ya sean estudios, fotografías o programas que contribuyan a preservar este auténtico acuario natural que disfrutamos en las Islas Canarias”.

A diferencia de lo que ocurre en otras partes del planeta, Alexander y Nicole Gratovsky consideran que las normas para los avistamientos en Tenerife son las adecuadas -“son estrictas y eso nos parece bien”- y califican de “correctas” las multas que se imponen en caso de que se infrinja la normativa.

Hoy, ninguno de los dos concibe su vida sin ese universo sumergido al que están entregados en cuerpo y alma, porque tienen claro que el mar, los océanos, son una gran fuente de bienestar para el ser humano. Y lo explican con un ejemplo: “Cualquier persona normal que vea la imagen de un delfín siente un brote de alegría”.

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