Prieto, Álvarez y Castro, los artífices del control del fuego

Los técnicos de la Unidad Insular de Medio Ambiente, que perdieron a uno de sus jefes de comarca, han logrado mantener la serenidad y adoptar las decisiones acertadas para conseguir frenar las llamas
CARLOS ACIEGO
El fuego es un animal vivo, que respira y se mueve alimentado por el viento y las altas temperaturas. / CARLOS ACIEGO

Casi un centenar de horas luchando, sofocando llamas. Tras el arduo trabajo de ejecución en el terreno para apagar el fuego, se encuentra la estrategia establecida por la dirección técnica para lograr el control y la extinción de un fuego que ha asolado durante cuatro largos días a la isla de La Palma. Un trabajo técnico que ha permitido su acotamiento y que ha estado en manos de Francisco Prieto Prieto, Elena Castro Pérez y Estrella Álvarez Touchard Paz, todos ellos técnicos del Servicio de Medio Ambiente del Cabildo palmero.

Han tomado las decisiones adecuadas para frenar un incendio muy virulento, en un contexto muy complejo desde el punto de vista de la orografía del terreno y con unas condiciones climatológicas muy adversas, con temperaturas que han llegado a superar los 40 grados y con el viento en contra en muchos momentos, a lo que se ha sumado una humedad relativa -la mayor parte del tiempo- por debajo del 20%.

Ni a Francisco ni a Elena ni a Estrella es habitual verles en un papel protagonista y solo ayer Paco Prieto, como Jefe de Servicio de la Unidad Insular de Medio Ambiente, se vio prácticamente forzado a contestar a algunas preguntas en la última comparecencia pública de las ofrecidas estos días por el presidente del Gobierno de Canarias para informar de la evolución del incendio. Paco respondió solo por petición expresa de los medios de comunicación, que requerían sus datos.

Paco, Elena y Estrella, con la climatología en contra y sometidos a una presión enorme, abatidos tras perder a uno de sus jefes de comarca, Francisco Santana, como consecuencia de este incendio, han seguido adelante y han sido capaces de mantener la serenidad y la entereza para adoptar las decisiones correctas y salvar vidas, terreno y propiedades privadas. Quien fuera su jefe años atrás, Miguel Ángel Morcuende, ingeniero técnico forestal como ellos y actualmente director insular de la Administración General del Estado en La Palma, comentaba que “técnicamente el trabajo ha sido muy bueno, las decisiones han sido acertadas. Son personas competentes y serias que han hecho un gran trabajo”. Francisco, Elena y Estrella han demostrado, una vez más, un enorme conocimiento del comportamiento del fuego en la masa forestal que cubre el 80% de la compleja orografía de la isla de La Palma.

Más allá de las decisiones, y sobre el terreno, en primera línea, una gran mayoría de hombres y algunas mujeres -las menos, porque esta sigue siendo una profesión eminentemente masculina-, efectivos terrestres y pilotos al frente de los medios aéreos que han combatido las llamas desde el aire y que ha venido demostrando a lo largo de los últimos días una enorme pericia.

La desesperación de los vecinos que temen por sus viviendas, sus opiniones más o menos sesgadas condicionados por el miedo y la impotencia, y sus quejas por una mala política de prevención en los montes, donde la actividad agroganadera ha sido muy limitada y donde el combustible de la masa vegetal reseca se amontona con escasas trochas, provocan en muchos casos una incomprensión que germina de la angustia y el temor a perderlo todo.

El fuego es un animal vivo, que respira. Adormecido unas veces en el subsuelo, bajo las piedras volcánicas, y otras veces hiperactivo y veloz, empujado por el viento y alimentado por las tórridas temperaturas. La Unidad Insular de Medio Ambiente ha demostrado una vez más, y pese a las limitaciones con las que cuenta mientras solicita aumento de plantilla y relevo generacional en algunos puestos de enorme riesgo en caso de incendio forestal, estar a la altura de las circunstancias. A esta hora siguen trabajando. La intervención de los 150 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y de los miembros de la Brigada de Intervención Forestal, así como de los trabajadores de la empresa pública Tragsa contratados algunos meses durante la campaña contra incendios del verano, apoyados por bomberos voluntarios, medios mecánicos aéreos y terrestres, han evitado que la afección de este incendio, en más de 4.000 hectáreas, se duplicara.

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La declaración del nivel 2 del incendio, clave para plantarle cara a tiempo

La decisión, adoptada por el presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, de solicitar la declaración de nivel 2 para el incendio que se declaró apenas cinco horas antes en el barrio de Jedey, ha sido clave a la hora de marcar una intervención rápida. El tiempo de respuesta es vital en este tipo de siniestro y desde el Cabildo de La Palma, también gracias al asesoramiento técnico y por la experiencia acumulada durante décadas, se es consciente de que sin un apoyo aéreo táctico, que se sume a los helicópteros con los que se cuenta en la Isla en su base del aeropuerto y en el BRIF de Puntagorda, así como el respaldo y la suma de fuerzas con el personal de Medio Ambiente, no se puede afrontar con garantías un incendio como el que la Isla ha vivido estos días, el que más medios ha recibido en toda la historia de llamas y miedo que acumula el territorio. Se han sumado 12 medios aéreos, 300 efectivos en tierra y una estrategia táctica acertada.

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