
J. J. H.
Dos ardillas morunas alimentándose de higos en una tunera, un caracol a contraluz descendiendo por el borde de una hoja de agave, una avutarda hubara empezando a cortejar o una araña camuflada en el interior de una flor. Esas son las últimas imágenes captadas por la cámara de José Juan Hernández, profesional especializado en fotografía de naturaleza residente en Los Cristianos, que han sido premiadas en diferentes concursos internacionales.
En lo que va de año, ocho imágenes captadas en Canarias, entre ellas las reseñadas (dos de las cuales aparecen en este reportaje), han sido distinguidas en varias convocatorias de prestigio, entre ellas la de la Royal Society de Londres, la Nature Best Photography de Estados Unidos y la Golden Turtle de Rusia. En los cuatro años dedicados profesionalmente a esta actividad, a los que hay que sumar casi 30 más como aficionado, ya acumula una veintena de reconocimientos en los certámenes más valorados del sector.
Hernández, de 49 años, que descubrió su vocación con los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, se siente orgulloso ahora de “dar a conocer al mundo la biodiversidad que atesoran las Islas Canarias y de generar conciencia local sobre la importancia de proteger a los animales, las plantas y sus ecosistemas”, comenta.

De las más de 60.000 fotos que ha realizado (entre su primera etapa de diapositivas y las digitales de los últimos años), reconoce que no sabría elegir la imagen que le resultó más difícil captar, aquella que le llevó días o incluso semanas hasta cazar su presa. “Más que una imagen, yo destacaría todo el proceso: observar si el animal se comporta de la forma que tú quieres plasmar, elegir el sitio adecuado para montar el escondite y, si todo va bien, empezar con las sesiones fotográficas, que pueden durar semanas”, afirma.
Preguntado por los paisajes del sur de la Isla, su hábitat natural, destaca toda la zona de toba pumítica, tanto de costa como de interior, además de los ecosistemas de cardones y tabaibas como el malpaís de Rasca o de Güímar, “pero para el fotógrafo de aves, sin duda, las charcas son un sitio clave porque hasta allí van a parar las aves del norte de Europa para alimentarse”.
En la actualidad, José Juan Hernández recorre las Islas con una exposición monográfica sobre la laurisilva y sueña en el futuro con hacer una muestra con sus mejores creaciones además de un libro de gran formato.
Su mirada apunta alto, siempre a través del objetivo, pero tiene los pies en el suelo. “Hay que ser realista, es muy difícil vivir de esto, es un trabajo que no se valora económicamente. Si consigues vender una imagen no compensa los gastos ni el tiempo empleado. Además, han desaparecido la mayoría de revistas especializadas donde podías enviar tus reportajes”.