Era previsible e inevitable que a José Miguel Barragán le preguntaran ayer acerca del pacto entre CC y el PSOE. “A partir del lunes habrá noticias”, contestó el secretario general de Coalición Canaria en la rueda de prensa convocada para presentar los proyectos de desarrollo con fondos del IGTE. “Este no es el lugar más indicado para hablar de eso”, zanjó el viceconsejero de Presidencia.
La semana que termina fue un hervidero de intrigas, nerviosismo, “prontos” y “calentones”. Con estas últimas palabras, las entrecomilladas, se refirió el jefe del Ejecutivo regional, Fernando Clavijo, a las “desafortunadas” declaraciones de Carlos Alonso (CC) sobre el PSOE. “La razón por la que no se marcha del pacto de gobierno es para que algunos cobren un sueldo a final de mes”, espetó el presidente del Cabildo de Tenerife al denunciar el atasco en las obras de las carreteras de la Isla. La reacción de los socialistas no tardaría en llegar. El secretario de Organización, Julio Cruz, emitió un comunicado en el que se rehusaba reunir a la mesa de seguimiento, el jueves o el viernes, por “falta de avances” en las conversaciones. “No se dan las condiciones mínimas necesarias”, argumentaba. Coalición respondió con una firme defensa del acuerdo para “el crecimiento y el progreso económico y social de Canarias 2015-2019”.
En medio de la tirantez, el presidente del PP canario, Asier Antona, sugirió en el DIARIO un entendimiento con el PSOE para proporcionar estabilidad institucional. “Hay que avanzar en el diálogo con el PP”, completó Cruz.
“¡Basta ya de tantos insultos y crispación!”, clama Román Rodríguez. El líder de Nueva Canarias invoca la moción de censura: “Si hubiera diputados suficientes, la apoyaríamos”.
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