El Real Madrid baja de la nube al Iberostar Tenerife

El conjunto blanco no da opción a la sorpresa a los aurinegros, que únicamente logran competir hasta el segundo cuarto de un encuentro que quedó decidido tras el paso por los vestuarios
Othelo Hunter anota pese a estar rodeado de jugadores del Iberostar. ACB Media
Othelo Hunter anota pese a estar rodeado de jugadores del Iberostar. ACB Media

Llegaba el Iberostar Tenerife a Madrid como líder de la Liga Endesa y Txus Vidorreta ya había advertido en la previa no solo del potencial blanco, sino también de la situación en la que aparecía en el encuentro el Real Madrid, necesitado de un triunfo ante su público después de haber perdido de forma contundente ante el FC Barcelona en el Palau Blaugrana. Los de Pablo Laso no dieron opción a la sorpresa (86-59), basando su victoria en el dominio del rebote (45 por 24) además de en su demoledora capacidad realizadora. Si a eso se le suma el gran partido firmado por Luka Doncic, primero en el curso en el que pasa de los 20 puntos de valoración, el resultado solo podía ser el que se dio a mediodía de ayer.

Sin Anthony Randolph, por decisión técnica, ni Rudy Fernández, con gripe, los de la capital de España volvieron a dejar claro que si bien la Liga Endesa es la mejor de Europa, no lo es, ni mucho menos, por la igualdad existente en la zona alta de la clasificación, la de los aspirantes al título, porque ahí sigue, y no tiene pinta de que pueda variar en breve, el duopolio de los clubes futboleros (dejando fuera al Real Betis, claro).

Quince minutos logró resistir el Iberostar Tenerife en feudo madridista. Los locales salieron decididos a ahogar en defensa a su contrincante, cerrando sus líneas de pase y siendo muy activos en este aspecto, pero el Canarias era capaz de encontrar el camino al aro a pesar de todo (14-15), generando algunas dudas en los jugadores blancos gracias al acierto exterior de Aaron Doornekamp. Pero un momento de desconexión, prácticamente un minuto, sirvió para que el Madrid, más allá de tener cinco puntos de ventaja (20-15), empeorara las sensaciones tinerfeñas considerablemente. El aspecto físico era para los locales, el acierto de cara al aro, también.

Arrolla

Con esos ingredientes era complicado mantener el partido igualado, algo que acabó de evidenciarse en la segunda manga. La primera ventaja importante (39-30) abrió la posibilidad de que los jugadores de Pablo Laso, derrotados por FC Barcelona y CSKA Moscú la pasada semana, hicieran sangre y no dejaron pasar la oportunidad. 13 tantos anotados, 11 pérdidas de balón y un rebote ofensivo cogido por ocho de su rival fueron algunos de los factores que comenzaron a decantar la balanza del lado madrileño de manera definitiva. El Iberostar Tenerife trataba de agarrarse al partido, pero, sencillamente, como reconocería posteriormente en rueda de prensa Txus Vidorreta, el Real Madrid pasaba por encima de los aurinegros, que trataban de capear el temporal de la mejor forma posible, algo que no era posible.

A modo de puntilla metafórica, Sergio Llull anotaba su ya casi habitual triple sobre la bocina para terminar de desmoralizar a su oponente, justo cuando se llegaba al tiempo de descanso en Madrid (46-32).

La única opción para poder revertir la situación para los insulares pasaba porque los madridistas bajaran el nivel defensivo, porque el ofensivo, por una cuestión de talento, es casi imposible a menos que se sea el FC Barcelona, pero eso tampoco llegaría. Además, algunos buenos lanzamientos exteriores, en buenas posiciones, no encontrarían el aro, como dos intentos casi consecutivos de Will Hanley, poniendo las cosas aún más difíciles debido a la exigencia física a la que los de Pablo Laso someten a todos sus contrincantes. De esa forma, las diferencias comenzarían a estabilizarse alrededor de los 20 puntos (54-36, min 25). La ambición, y el hambre, madridista quedaría evidenciada más tarde, con un parcial de 5-0 para el insalvable 59-36. Los locales volaban sobre la pista, para alegría de su exigente público, que se había acercado hasta el Barclaycard Center movido por la curiosidad de ver a aquel CB Canarias líder de la competición.

A falta del último cuarto, al que el duelo llegaba con 66-46 en el marcador, ahora sí, el Real Madrid relajaría algo su asfixiante presión defensiva y permitiría, aunque no demasiado, algún respiro a su rival. Pero, pese a esa pequeña relajación, aparecerían jugadores como Andrés Nocioni o Jaycee Carroll, tratando de aprovechar los minutos y balones de los que disponían en un día como ayer. El argentino, además, se recreaba poniendo un tapón marca de la casa a Ferrán Bassas cuando este se disponía a dejar una bandeja, colocando la guinda del pastel para sus aficionados.

Carroll, con siete puntos consecutivos (79-53) volvía a dejar el electrónico muy a favor de su equipo, con un Canarias esperando a que acabara cuanto antes el compromiso, pensando ya en su próximo encuentro en competición europea. Petit Niang, que ayer volvió a tener ocasión de mostrarse en Liga Endesa, logró los últimos seis tantos de los visitantes, creciendo, poco a poco, en la competición y siendo una de las conclusiones positivas en el día de ayer.

Los aurinegros sumaban la segunda derrota en Liga Endesa en su casillero, en esta ocasión sin poder ser competitivos, a la espera de recibir el próximo domingo al Montakit Fuenlabrada para luego comenzar una serie de encuentros a domicilio ante algunos de los mejores equipos de la ACB.

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