Vasili Popov, empresario y líder opositor ruso asilado en Finlandia, fue detenido hace una semana en el Puerto de la Cruz, en información captada por vías extraoficiales y adelantada por la prensa finesa.
El arresto de Popov se produjo casualmente, ya que no había noticia de que se encontrase en la Isla.
Fue en un control rutinario llevado a cabo en el marco de un operativo contra las bandas ambulantes de rumanos cuando, al chequear los documentos del ruso, saltó el aviso de la reclamación internacional, promulgada a instancias de Rusia por un presunto delito de estafa, en hechos que tuvieron lugar el pasado día 11. Sin embargo, la esposa de Popov asegura en la prensa de Finlandia que no hay causa abierta contra su marido que no tenga relación con su actividad política.
Popov, opositor a Vladimir Putin, huyó de su país a Finlandia en 2015, donde finalmente se le concedió asilo el pasado mes de febrero. Según su esposa, el ahora detenido se encontraba de vacaciones en Tenerife.
Aunque en principio se hizo cargo un juzgado orotavense, la Audiencia Nacional ya ha tomado las riendas del caso, por cuanto es el tribunal competente en España sobre extradiciones. Si el proceso se ha llevado por los mismos cauces de otras ocasiones, Popov ya habrá sido trasladado a Madrid.
Según los medios fineses aludidos, el Gobierno de Finlandia se ha interesado ya por el tema, presumiblemente para frenar la extradición de Popov. La oposición a Putin sufrió un serio revés en las últimas elecciones rusas, donde el partido del actual mandatario logró, de nuevo, una abultada victoria.
Sin embargo, es público y notorio que la represión política en el gigante euroasiático es notable, a tal punto que se sospecha incluso sobre asesinatos de opositores por orden del Gobierno de aquel país.
A este respecto, especial escándalo causó en la opinión pública mundial la muerte de figuras destacadas por su rechazo a Putin, como fue el caso de Boris Berezovski en 2013, hallado sin vida en su casa de Ascot (Inglaterra).
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