Nadie quiere adoptar a Bety, la perra que cayó desde una ventana

Ha recuperado algo más de un kilo desde que llegara a Valle Colino tras ser salvada por vecinos de La Laguna después de caer por una ventana
Bety recupera peso muy lentamente gracias a los cuidados que recibe en Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez
Bety recupera peso muy lentamente gracias a los cuidados que recibe en Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez
Bety recupera peso muy lentamente gracias a los cuidados que recibe en Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez

A Bety no quieren adoptarla. La creencia de que es solo un perro de caza la aleja de las viviendas y pisos de particulares, no cazadores, que no tienen en cuenta que los podencos como Bety siguen siendo perros. No tan peluditos ni ‘monos’ como otros, pero igual de cariñosos y fieles.

Bety fue abandonada por su dueño original, un cazador de la zona alta de La Victoria, hace un mes en el Teide. No la quería. “Es un perro de mierda que no sirve para nada”. Tras vagar por un paraje como Las Cañadas, donde apenas tenía bocado que echarse a la boca, fue encontrada por una vecina de la calle Heraclio Sánchez de La Laguna. El miércoles pasado, 10 de mayo, la podenco salió por la ventana del segundo piso y cayó, siendo salvada por ciudadanos que la cogieron al vuelo amortiguando su caída con una manta. Hoy se encuentra en el Albergue Comarcal Valle Colino, pesando a penas 15 kilos 200 gramos cuando lo normal para un podenco sano de su tamaño serían 25 kilos. “Cuando llegó se quería comer hasta el plato”, nos cuentan en el albergue. Solo ha subido algo más de un kilo de peso y podría decirse que es todo hueso y piel. La imagen de Bety impresiona. Es muy triste pero contrasta con su curiosidad y su comportamiento. “Es muy buena”. Se deja acariciar pero todavía se le nota asustada.

Bety socializa con otros canes de Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez
Bety socializa con otros canes de Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez

Adriana Naranjo, directora de Valle Colino, relata que finalmente la trasladarán a una protectora de animales de la Federación Canaria de Asociaciones Protectoras de Animales y Plantas (FECAPAP), donde estará hasta el fin de sus días con todos los cuidados que necesita, si es que no la adoptan antes. De momento está compartiendo espacio con otros dos perros con los que se lleva muy bien, está muy tranquila y cogiendo peso poco a poco.

Bety recupera peso muy lentamente gracias a los cuidados que recibe en Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez
Bety recupera peso muy lentamente gracias a los cuidados que recibe en Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez

Labor de concienciación

Actualmente Valle Colino acoge a 58 gatos y 250 perros, con la alegría de que las adopciones en este primer trimestre de 2017 han aumentado con respecto al del año anterior. En 2016, de aproximadamente 2.500 animales 1.546 tuvieron una segunda oportunidad. La situación no deja de ser complicada pero desde el albergue y la FECAPAP intentan concienciar desde edades escolares la empatía y el respeto. “Con el dinero que obtenemos de las donaciones, que es el que es, damos charlas en los centros escolares de Tenerife. Los niños cada vez están más implicados. A veces nos sorprenden porque comentan que no hay que utilizar a los animales por su piel o para la experimentación. Hace años no tenían tanta información. Vemos que lo están captando y esperamos que de adultos recuerden estas charlas”, cuenta Adriana.

Faltan refugios en Tenerife

Este albergue es el único que tiene una recogida efectiva de animales en Tenerife y se encuentran habitualmente con el problema de residentes en el norte y sur de la isla que, tras encontrarse un perro o no poder ya cuidar al suyo, no encuentran refugios en su zona para dejarlos. “En el norte no hay ningún centro y en el sur o bien tienen un horario, o están llenos o simplemente son imposibles de encontrar”.

Bety socializa con otros canes de Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez
Bety socializa con otros canes de Valle Colino como parte de la terapia de recuperación | FOTO: SERGIO Méndez

A esto hay que sumarle que algunos municipios de la isla no tienen convenios de recogida de animales ni refugios. “Es una ley de obligado cumplimiento de los Ayuntamientos. Se tienen que hacer cargo y responder por los animales abandonados, pero a veces nos llaman personas diciendo que la Policía Local les dice que dejen al perro donde se lo encontraron porque no hay dónde llevarlo”, afirma Naranjo.

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