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El viaje a América de la calima

La investigadora del Instituto de Enfermedades Tropicales Cristina González participa en un estudio de la NASA sobre los efectos de las tormentas de polvo del desierto de África en Estados Unidos a su paso por Canarias
CALIMA CANARIAS NASA TENERIFE ESTUDIO
CALIMA CANARIAS NASA TENERIFE ESTUDIO
Imagen tomada por satélite en la que se observa uno de los episodio de tormentas de polvo en suspensión procedentes del Sáhara a su paso por Canarias. / NASA

Canarias cuenta con un sinfín de talento investigador e innovador. Un ejemplo de los numerosos profesionales que a diario se dedican a indagar sobre cuestiones científicas, para así mejorar la salud y el bienestar de las personas, es Cristina González. Esta joven bióloga, natural de Icod de los Vinos, es una de las investigadoras del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de la Universidad de La Laguna (ULL). Cristina González comenzó hace años a investigar los efectos de la calima. Junto a su compañera de Facultad Nuria Teigell se interesó, por primera vez en las Islas, a través de su tesis doctoral, en los microorganismos que se hallan en el polvo del desierto en suspensión, lo que conocemos en el Archipiélago como calima. Aunque existen numerosos estudios que han analizado este fenómeno meteorológico, muy frecuente en Canarias debido a la proximidad del Sahara, esta investigación se centró en un ámbito desconocido hasta el momento, el aspecto más biológico, y su vinculación con virus o bacterias. Ese primer estudio ha posibilitado que esta científica colabore con la NASA en la actualidad. Asimismo, desde 2016, el Instituto de Enfermedades Tropicales -dirigido por Basilio Valladares- lleva a cabo otro proyecto incluido en el Plan Nacional, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. En ambos casos la calima es el centro de la investigación. En el primero se localiza en Estados Unidos, mientras que en el segundo el territorio analizado es Tenerife. Así lo revela a DIARIO DE AVISOS la propia González, en una entrevista concedida en los laboratorios del Instituto.

Cristina González, en la imagen, trabaja en las muestras tomadas para las investigaciones que tiene en marcha sobre los efectos de la calima. / FRAN PALLERO

A raíz de la tesis que elaboró hace unos años y los contactos establecidos también durante su formación en Estados Unidos, surgió la posibilidad de entrar a formar parte del mencionado proyecto de la NASA. Esta participación supone la primera colaboración de este centro de investigación de la Universidad tinerfeña con la agencia de Estados Unidos. La iniciativa, de la que González es la única investigadora que no es norteamericana, quiere ahondar en los efectos de las tormentas de polvo del desierto y los microorganismos que se localizan en el ambiente, en los ecosistemas de ese país. Para ello el proyecto estudia dos vertientes. Por un lado, se documenta, en la costa oeste, la afección procedente de la calima de los desiertos de China, mientras que, en la costa este, se estudia la llegada de las tormentas del Sahara a través de Canarias. En esa parte es donde se sitúa la colaboración de la tinerfeña, ya que esta investigadora trabaja sobre las características de la calima procedente del Sahara, tanto en su origen, como a su paso por las Islas. Se da la circunstancia de que este polvo en suspensión contiene una gran cantidad de nutrientes, como así se ha puesto de actualidad en los últimos días a colación de que este elemento es una de las fuentes de alimentación de las conocidas como microalgas.

Esta primera fase del proyecto se ha centrado más en la planificación y objetivos del proyecto, para luego continuar, en una segunda fase, los trabajos de campo, la captación de muestras y su estudio. Asimismo, a lo largo de 2017 el equipo multidisciplinar se ha reunido en varias ocasiones en Norteamérica y ahora cada uno de los miembros redacta su memoria. “Queremos estudiar cómo es la calima desde que sale del desierto hasta que llega a Estados Unidos”, puntualiza González. “También pretendemos ver si esos microorganismos llegan viables, y compararlo con la situación en Canarias”, añade.

El objetivo final es poder analizar si la calima provoca algún cambio en los ecosistemas. De esta manera se puede ver, también, si esos microorganismos contienen patógenos, como virus o bacterias, y pueden tener alguna afección sobre la población (más de 300 millones de habitantes). “A largo plazo, el fin sería poder contribuir a tomar medidas de prevención ante fenómenos de calima, tanto en el ámbito sanitario, como en la agricultura y la ganadería”.

Tenerife colabora con la NASA para conocer el impacto de la calima en la salud de la población de EE.UU.
Se trata de la primera vez que el Instituto realiza un trabajo en colaboración con la agencia estadounidense. / FRAN PALLERO

Un fin más o menos similar es el que se busca con el proyecto llevado a cabo con fondos nacionales. Esta iniciativa se suscribió el pasado año y se prolongará hasta 2018. En este caso, la idea es estudiar el aire en las zonas urbanas de Tenerife y en el ámbito de Izaña -donde la atmósfera está más limpia- para poder ver los efectos que este polvo del desierto puedan tener en ambos espacios. Comparando las dos muestras se pretende poder determinar cuáles son los microorganismos que se podrían vincular con los episodios de calima, ya sean porque este clima los hace multiplicarse o porque se trasladan en el aire con estas tormentas. “El objetivo es aportar información sobre la biodiversidad que hay en la atmósfera, a nivel de microorganismos, y ver, desde el punto de vista de la salud, en qué nos afectan”.

La experta recuerda que en investigaciones previas se ha concluido que la calima no solo transporta microorganismos, como hongos y bacterias desde su origen, sino que también hace proliferar los elementos ya existentes, como pueden ser algunos virus. De esos análisis, el único paso que quedó pendiente fue establecer la viabilidad de estos y su posible contagio. Ahora, debido a la incorporación de instrumental más avanzado, se podrá dar un paso más para poder conocer los efectos de este polvo en la salud de los canarios.

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