Numerosos vecinos y deportistas participaron ayer en el recorrido de La Antorcha, en Arico, que este año cumplió sus bodas de plata y que, por tal motivo, incluyó la inauguración de la escultura de un pebetero en la Punta de Abona, punto de partida de una marcha cuyo objetivo es unir a todos los barrios del municipio.
Bajo el eslogan Por la unidad de Arico y la solidaridad entre sus gentes, colectivos vecinales y clubes deportivos portaron la antorcha a través de diferentes grupos que se fueron relevando hasta completar los 27 kilómetros de distancia, entre la Punta de Abona y la Iglesia de San Juan Bautista, en la Villa de Arico, tras pasar por los núcleos de El Porís, Arico Viejo, Arico Nuevo, Teguedite, El Río y La Cisnera.
Con esta prueba, y con la lectura del pregón del pasado viernes, se iniciaron las fiestas patronales en honor a la Virgen de Abona, patrona de la comarca y alcaldesa perpetua de Arico.
Los artífices de La Antorcha son Moisés Plasencia y Trinidad Fumero; él era, en 1993, animador sociocultural, y ella, presidenta de una asociación juvenil.
Plasencia manifestó a este periódico que la idea surgió para intentar generar un “sentimiento de pertenencia” al municipio de Arico, afectado por la extensión (es el segundo mayor de Tenerife) y la dispersión, con distancias que alcanzan los 20 kilómetros entre un barrio y otro.
“Entendí que la simbología de una antorcha, que representa el espíritu deportivo y la pureza del fuego, era el elemento que nos podría unir a todos, en un momento donde estábamos fomentando la creación de asociaciones entre los barrios”, recordó Plasencia.