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El Olimpo canarista

Kostas Vasileiadis es el último nombre que se suma a la lista de griegos que defendieron los colores aurinegros; su rendimiento, en la mayoría de casos, ha sido excelente

La relación entre el CB Canarias y los deportistas griegos suma un nuevo capítulo con la llegada al equipo de Kostas Vasileiadis. Jugadores, y entrenadores, de carácter, los helenos siempre se han destacado por ser sumamente competitivos y pasionales sobre el parqué y, en el caso de los aurinegros, la apuesta por ellos siempre ha resultado ser ganadora.

El primero de ellos fue Fotis Lampropoulos. Fotis es el jugador griego que más temporadas ha competido en España siendo en 2011 cuando aterrizó en el CB Canarias de la mano de Alejandro Martínez. Con la elástica aurinegra consiguió ascender a Liga Endesa tras ser campeón de la LEB y de la Copa Príncipe, dejando muy buen recuerdo en la afición tinerfeña por su entrega en todo momento.

Tras jugar en ACB, hizo las maletas y ahora se encuentra jugando con el Boca Júniors, de la máxima división argentina, donde el Griego, que es como lo llaman, es su gran referente e ídolo bostero.

2014 vería el aterrizaje en Tenerife de dos jugadores griegos: Mihalis Tsairelis y Lazaros Papadopoulos. En el caso del primero nunca se adaptó a la Isla ni al club. Interior con muchas cualidades, dispuso de pocos minutos, algo que acabó por contrariarlo, hasta que el Olympiakos se fijó en él y, tras pagar 100.000 euros, lo llevó de regreso a su país. Tsairelis, que sigue jugando en la actualidad en las filas del Aris de Salónica, fue un ejemplo de no adaptación, especialmente porque él nunca se mostró demasiado dispuesto a ella. Pasó por Tenerife sin pena ni gloria.

El polo opuesto fue Lazaros Papadopoulos. Ganador de casi todo con su selección y los clubes en los que militó, incluyendo un oro en el Eurobasket de Belgrado, en 2005; una plata en el Mundial de Japón de 2006, donde España fue campeona, y dos Euroligas, con Panathinaikos y Olympiakos, se distinguió como un jugador cercano y, sobre todo, honesto.
Tras debutar ante el Zaragoza, partido en el que metió 15 puntos y cogió cuatro rebotes, reconoció que sus rodillas le decían basta y que lo mejor era continuar por caminos distintos.

Permaneció unos días en la Isla, ya que quería conocer la misma y practicar apnea en sus mares, y no pidió pago alguno al club más allá de los billetes de avión y la estancia.

Las lesiones obligaron a su retirada y, actualmente, posee una academia en su país, además de haber desarrollado una aplicación móvil para que los jóvenes jugadores puedan darse a conocer al gran público así como a agentes y clubes de baloncesto.

La pasada campaña otro pívot fue el encargado de mantener vivo el vínculo CB Canarias-Grecia. Georgios Bogris ya había jugado en Liga Endesa en Andorra y Bilbao y Tenerife sería su tercera experiencia en la competición. En la primera, no había llegado a adaptarse del todo al Principado, pero sus buenas actuaciones lo llevaron a firmar con los hombres de negro. Su acuerdo era por dos cursos, de los que solo cumplió uno porque el Iberostar Tenerife tocó a su puerta y él no dudó en abrirla.

Más allá de las estadísticas y los números, Bogris se convirtió en uno de los hombres fuertes del vestuario canarista. Carismático y siempre bromista, tuvo actuaciones de mucho nivel pero, sobre todo, fue siempre competitivo. En el equipo de Txus Vidorreta fue pieza clave dentro de la mejor temporada del CB Canarias en toda su historia, quizás el mejor ejemplo para demostrar su importancia. Su tiro de media distancia acabó siendo letal.
Jamás ocultó su intención de firmar por un equipo de Euroliga y, si era de su país, mejor. Pese a que muchos lo vincularon con el Valencia BC, al que iría de la mano de Vidorreta, acabó en el Olympiakos aunque, curiosamente, es seguidor del Panathinaikos. Obviamente, en Atenas está teniendo menos protagonismo que en Tenerife, pero sigue siendo un jugador fiable. Y de equipo.

Presente y futuro
Fotis Katsikaris apareció en Tenerife hace solo algunos días y, en dos partidos, revirtió la situación de los tinerfeños. Pese a que los resultados no eran del todo malos, la clave estaba en poder reilusionar a plantilla y afición y, a tenor de los visto, va por el buen camino.

Cauto a la hora de hacer sus primeros análisis pero sabiendo dar una dosis de autoestima públicamente a sus jugadores, Katsikaris ha contado con todos desde el primer día y ha conseguido meter en dinámica a hombres como Rosco Allen, mientras ha mejorado las prestaciones de Rodrigo San Miguel o Nico Richotti.

Conocedor de la necesidad de tener un especialista en el tiro exterior, se decantó por Kostas Vasileiadis, jugador de su entera confianza, para reforzar su vestuario. Más allá de ser un especialista en el lanzamiento exterior, Vasileiadis es un tirador con carácter, al que no le tiembla el pulso si, tras fallar cinco lanzamientos, le llega el balón en buena posición, porque lo intentará por sexta vez.

Capaz de jugar como escolta o alero, Katsikaris cree que sumará desde el primer día, por lo que ante el FC Barcelona, el próximo domingo en el Palau, puede convertirse en el sexto griego que haya vestido la elástica canarista a lo largo de toda su historia y, mayoritariamente, de manera brillante.

Georgios Bogris
Apolo. Su carisma iba más allá de la cancha. Jugó solo una temporada en la isla (2016/2016), pero dejó huella. Clave dentro del vestuario, en la pista era duro y sumamente competitivo y su papel iba más allá de las estadísticas. Muchos lo siguen echando de menos en el Santiago Martín.

Kostas Vasileiadis
Hércules. Al igual que el héroe, hijo de Zeus (Katsikaris), Vasileiadis está acostumbrado a afrontar los retos más complicados. Nunca le puede la presión, con la que, incluso, disfruta.

Fotis Lampropoulos
Ares. Dio guerra vestido de aurinegro entre 2011 y 2015. Competitivo y siempre buscando la canasta rival, Fotis logró ganar la Copa del Príncipe y formó parte de la histórica plantilla que ascendió a la Liga Endesa. Ahora es el ídolo de la afición del Boca Júniors, donde sigue compitiendo.

M. Tsairelis
Hermes. Como la deidad, de los mensajeros y los viajeros, Tsairelis nunca se adaptó a la isla, regresando a su país en diciembre de 2014 después de disponer de muy pocos minutos.

Fotis Katsikaris
Zeus. padre de los dioses y responsable de que la ilusión haya regresado al Canarias. Parece haber dado con la tecla del cambio en solo dos encuentros, consiguiendo generar un ambiente de confianza a su alrededor cuando peor parecían ir las cosas. Ahora, con el fichaje de Vasileiadis (Hércules), tiene a uno de sus jugadores de confianza.

L. Papadopoulos
Dioniso. Jugó solo un partido como aurinegro antes de reconocer que, por sus problemas físicos, no podía seguir. Afable y muy cercano, pese a haber ganado todo en su carrera deportiva, dejó muy buen recuerdo en el club.

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