obituario

El campo tinerfeño llora la muerte de Pedro Molina

El gran valedor del sector primario falleció ayer a los 58 años, tras una ardua lucha contra el cáncer; a las 13.30 horas de hoy se oficiarán las honras fúnebres en la Concepción lagunera
La comitiva fúnebre, a su paso por las calles de La Laguna. / FOTO: Sergio Méndez

Ayer tarde falleció en La Laguna Pedro Molina Ramos, fiel defensor del sector ganadero en su municipio, en la Isla y en Canarias. Finalmente, no pudo superar una larga enfermedad, un cáncer de páncreas con el que convivió los últimos años de su vida en su Vega lagunera. Pedro Molina (58 años) deja viuda (Nena) y un hijo (Pedro), que estudia Económicas y seguirá con la cuadra que con tanto esfuerzo levantó su padre.

A su funeral, que se ha celebrado en la mañana de hoy en La Laguna, han acudido más de 2.000 personas, entre ellas, personalidades del mundo de la política como el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, y la diputada de CC en el Congreso de los Diputados, Ana Oramas.

Molina ingresó el viernes por la mañana en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), dado que su estado de salud había empeorado. Se marchó en silencio, casi pidiendo perdón por molestar un sábado y mientras en Tacoronte se suspendía el segundo concurso de siembra con sementeras y yuntas que lleva su nombre, y que se hace cada año para festejar San Antonio Abad, el patrón de los ganaderos, ese sector que tuvo en Pedro Molina a uno de sus más destacados defensores, desde muy temprana edad en su barrio natal de San Lázaro.

Su figura es irrepetible, como reconocen los múltiples amigos que sembró en su vida, pero deja un legado que será difícil de borrar, como aquella marcha verde que se inventó en los ochenta para defender la Vega lagunera del asfalto y el cemento. Y lo hizo con la inteligencia natural que da el conocimiento de la vida, esa filosofía que trasmitió Pedro Molina desde temprana edad hasta su muerte. La capilla ardiente se instaló anoche desde las diez en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, por la que desfilaron autoridades y políticos de toda la Isla y una infinidad de amigos. Pedro Molina fue distinguido en su día con el título de Hijo Predilecto de La Laguna, un expendiente de honores y distinciones que vino motivado por la entrega que realizó Molina hacia el mundo ganadero y agrícola durante toda su vida. Pedro Molina también fue nombrado recientemente Hijo Ilustre de la Isla de Tenerife.

Molina llevaba más de 40 años dedicado al sector ganadero y actualmente ostentaba el cargo de presidente de la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), de la Cooperativa La Candelaria, de la Federación Canaria de Arrastre de Ganado y de la Asociación de Criadores de la Raza Bovina Canaria.

Pedro Molina Ramos nació en 1959 en el barrio lagunero de San Lázaro, donde vivía actualmente. Hijo y nieto de ganaderos, aprendió de ellos no solo el manejo de los animales, sino algo más importante, la significación social de la figura del ganadero, facilitador de bienes para la sociedad y poseedor de un gran tesoro, la cultura tradicional ganadera.

Asimismo, Molina Ramos fue vicepresidente del Matadero Insular de Tenerife, secretario de la Asociación de Desarrollo Rural del área Metropolitana (Ademer), tesorero de la Federación de Desarrollo Rural de Tenerife (Federte), presidente de la Federación Canaria de Desarrollo Rural y miembro, como interventor, del Consejo de Administración de Caja Rural.

Además, desde 1992 participaba activamente en la mesa de negociación del Régimen Específico de Abastecimiento para Canarias (REA) como representante del sector ganadero.

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