Ni el más pesimista aficionado blanquiazul se podía imaginar allá por el mes de agosto, que recién iniciada la segunda vuelta de LaLiga 1/2/3, el CD Tenerife ocupara la decimosegunda posición, alejado en trece puntos del ascenso directo, en ocho del play off, y lo más preocupante a solo tres del descenso.
La temporada pasada, nadie lo esperaba, el CD Tenerife se metió en los play off y luchó por subir a LaLiga Santander hasta el último suspiro, con una plantilla inferior a la que Alfonso Serrano, director deportivo, confeccionó este último verano con la llegada de jugadores con nombre y pedigrí, pero que salvo raras excepciones, no han respondido a las expectativas.
La realidad del CD Tenerife, con Martí o sin Martí, es eludir un descenso que está a la vuelta de la esquina. Los números del representativo en las últimas jornadas son de un equipo que aspira a escapar de la quema, ya que le cuesta dios y ayuda ganar un partido: 7 en 24 jornadas. Sumando de uno en uno en la mayoría de los encuentros parece una quimera pensar en ascender, pero dentro del pesimismo generalizado que recorre el entorno blanquiazul, la situación no es tan dramática si el objetivo es la salvación.
Y es que hay tres puestos de descenso que parecen tener dueño: Lorca, Sevilla Atlético y Córdoba. El cuarto es el que ocupa en la actualidad el Almería, que cuenta con tres puntos menos que los tinerfeños. Además, por si fuera poco, hay hasta ocho equipos implicados en la permanencia.
A día de hoy, y como están las cosas, la destitución de Martí no supondría un revulsivo, ya que salvar el puesto de descenso que queda está muy barato, a no ser que el CD Tenerife caiga en barrena. El sufrido aficionado blanquiazul se tendrá que acostumbrar en lo que resta de curso a ver ganar a su equipo cuando toque, y esperar a la próxima temporada para arrancar de cero y con ilusiones renovadas.
Los días para destituir a Martí ya pasaron estando el ascenso tan caro y la permanencia tan barata.
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