guía de isora

Las Fuentes de Guía se resiste al abandono

El Cabildo ha invertido un millón de euros en la pista de acceso al caserío que se encuentra a mil metros de altitud y que desde los años setenta está despoblado
El muro de hormigíon en la curva del barranco de Los Morales, vital para la seguridad / DA

El caserío de Las Fuentes, en Guía de Isora, es un espacio fundamental en el patrimonio histórico isorano, junto a la montaña de Tejina, situado a 1.000 metros de altura, y que fue el lugar habitado más alto del municipio hasta los años setenta, aunque todavía hay una persona que reside en su entorno, en donde las pequeñas fincas agrarias y explotaciones de viñedos mantienen con vida la zona, a pesar de las dificultades para llegar hasta ahí, tal y como ha venido denunciando la activa Asociación Los Manantiales de Las Fuentes, que cuenta con 100 socios, de ellos 50 regantes.

Después de una larga lucha, el año pasado se logró la intervención del Cabildo ante “la urgente necesidad de restablecer la circulación por la vía” afirma Félix, de la asociación, que considera que la declaración en 2015 de Las Fuentes como BIC (bien de Interés Cultural, en categoría de etnográfico) ha servido para las mejoras de la pista al menos de cara al turismo de senderismo, de lo que se aprovecharán los propietarios de fincas de lo que en su día fue el granero de Guía de Isora.

Este caserío constituye un conjunto etnográfico de gran interés patrimonial, en entre los barrancos de Guaria y Cuéscaro. En este enclave se ubican diversas estructuras relacionadas con usos y aprovechamientos característicos de la vida campesina como atarjeas, aljibes, depósitos, lagares, hornos, caminos, bancales, cuevas artificiales y eras, entre otras.

La crisis de la agricultura de secano, la dificultad de las comunicaciones y la lejanía han logrado que Las Fuentes esté hoy prácticamente deshabitado, aunque cuenta con 33 casas censadas. La emigración primero y el atractivo del turismo como generador de trabajo después, hicieron que a partir de la década de los setenta, cuando aún vivían allí casi un centenar de vecinos, que Las Fuentes quedará abandonada. Sin embargo, quedan vestigios importantes de las muy originales y complejas técnicas agrícolas que supieron crear los habitantes del lugar, como la construcción de nateros -diminutos bancales cuyo fin es aprovechar las aguas de la lluvia- o las huertas de jable, piedra volcánica que además de provocar, por su color blanco, intensos contrastes en el paisaje, regula la humedad del suelo y permite que las cosechas progresen en las situaciones más adversas. Con la pista, Las Fuentes volverá otra vez a la vida.

El Cabildo ha invertido un millón de euros en la mejora de la pista de acceso al caserío y se espera que en breve esté concluida. La pavimentación y mejora de la pista de acceso al caserío Las Fuentes beneficiará a unas diez hectáreas de cultivo, principalmente dedicadas a la viña y la papa, ubicadas en uno de los enclaves más singulares, representativos y mejor conservados del paisaje de medianías de la zona meridional de la Isla.

Desde la Asociación de Manantiales de Las Fuentes se agradece, sobre todo, la construcción de un gran muro de hormigón en la curva del barranco Los Morales, uno de los mayores peligros que representaba la vía de acceso y también la implicación de Bruno Domínguez, concejal de Servicios Municipales, para arreglar y adecentar la capilla de San José de la Montaña, aunque la imagen del santo se encuentra en Tejina de Guía, en contra de la voluntad de los fuenteros, que ayer suspendieron la visita de la asociación de agricultores de Fuente Nueva (Arico) debido a la climatología. Fuente Nueva es otro caserío que, sin agua ni luz y casi sin carretera, lucha por su supervivencia.

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