los efectos del temporal

El suroeste de la Isla celebra el paso de la borrasca como una bendición

Después de más de un año sin precipitaciones, la comarca ve por fin caer la lluvia; El Médano y San Isidro, en Granadilla, y Güímar, puntos con mayor número de incidencias, aunque ninguna grave
En El Médano, en la costa de Granadilla, el temporal se dejó sentir y retiró parte de la arena de la playa. BERFEX.AT

Llovió hasta en Vilaflor. La borrasca que entró a primera hora de ayer por las islas más occidentales trajo, por fin, el agua que anhelaba toda la comarca del suroeste, desde el Valle de Güímar hasta Santiago del Teide, gravemente afectada por la sequía y donde no caía una gota del cielo desde hacía más de un año.

En Vilaflor, el municipio tinerfeño con mayores problemas para conseguir agua debido a su altitud, cuya población sufrió entre julio de 2017 y enero de este año restricciones nocturnas, poco faltó para que el campanario de la iglesia de San Pedro Apóstol festejara la buena nueva. Su primer teniente de alcalde y concejal de Aguas, Luciano Marrero, era ayer un hombre feliz. “Ha sido una lluvia tranquila, de la que va calando en la tierra, la llevábamos esperando desde hacía meses, aunque todavía hace falta más agua”, manifestó anoche a este periódico el edil, que destacó “alguna racha de viento, pero dentro de lo normal”.

Granadilla de Abona y Arico fueron los municipios del Sur en los que la lluvia se dejó sentir con mayor intensidad, especialmente en el primero, si bien las incidencias registradas no fueron graves. El alcalde granadillero, José Domingo Regalado, informó de que se atendieron a lo largo del día medio centenar de alertas, la mayoría en San Isidro y, sobre todo, en El Médano, donde las incidencias más significativas tuvieron lugar en el entorno de la plaza central de este núcleo costero y en la de Magallanes a causa de la gran cantidad de agua acumulada. El mar también retiró parte de la arena de la playa y en la entrada de la TF-64, por la que se accede a El Médano, se amontonaron varias piedras. Regalado confirmó la activación desde primera hora del Plan de Emergencias Municipal y la participación de 35 personas en el dispositivo desplegado. “Todas las incidencias atendidas han sido por lluvia, ninguna por viento”, señaló.

La alcaldesa de Arico, Elena Fumero, se mostró encantada con la lluvia. “Ha sido un agua serenita que ha venido muy bien para la agricultura y para nuestro paisaje de tabaibas, que es una planta muy agradecida”, indicó. Tampoco en Arico se produjeron incidencias importantes más allá de algún problema en la carretera que conecta Arico Viejo con la autopista cuando llovía con mayor fuerza y los desagües no daban abasto.

En San Miguel de Abona se registraron algunas dificultades con las rejillas de varios pluviales en la zona de costa. “Tendría que llover así un par de días más”, comentó su alcalde, Arturo González, que destacó que la intensidad del viento fue menor de la que pronosticaban los meteorólogos.

En El Médano, en la costa de Granadilla, el temporal se dejó sentir y retiró parte de la arena de la playa. | DA

Pequeños desprendimientos y neblina fueron las consecuencias más visibles del temporal en Arona y Adeje, que movilizaron preventivamente sus operativos. “Ha llovido casi todo el día, pero ni el agua ni el viento han sido como para asustarse”, relató una fuente consultada en el Ayuntamiento adejero. En Guía de Isora, la concejal de Seguridad Ciudadana, María de los Ángeles González, apuntó desprendimientos leves en la vía de Tejina, aunque subrayó la normalidad que vivió su municipio “a pesar de que ha llovido bastante”. Además de un rescate en Masca, el alcalde de Santiago del Teide, Emilio Navarro, incidió en los desprendimientos de la TF-82 (carretera de Icod), algo que, días atrás, ya avisó que ocurriría.

Por último, en Fasnia y el Valle de Güímar, lo más reseñable fueron las 24 incidencias contabilizadas por el Ayuntamiento güimarero por problemas con arquetas, caída de vallas y algunas rocas en la carretera general, según explicó su alcaldesa,Carmen Luisa Castro. “Nos esperábamos más, sobre todo con el viento”, apostilló.

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