economía

Canarias se fija en el mercado peninsular para recuperar el verano

Las cifras de turistas empiezan a frenarse los dos primeros meses del año por la mejora de la situación en los destinos competidores
playa
playa
EUROPAPRESS

Parece que todas las previsiones se están cumpliendo. Y es que todo apunta a que las magnificas cifras de llegada de turistas con las que Canarias cerró el año pasado no se van a repetir. Los casi 16 millones de visitantes que recibieron las Islas en 2017 fueron en su mayoría turistas prestados (más del 50%, según estimaciones del BBVA), debido a la situación de inestabilidad política de destinos competidores como Egipto, Túnez o Turquía. Ahora que estos destinos empiezan a recuperarse, todo parece indicar que las reservas de paquetes vacacionales disminuirán este verano. Y es que a la euforia de estos buenos datos hay que añadir en los próximos años la llegada de una realidad: la competencia feroz de estos mercados competidores en precio y la situación en la que quedará Reino Unido, nuestro principal mercado, tras el brexit.

Inglaterra y Alemania, por este orden, son los dos principales mercados de las Islas. Si en el Mediterráneo destinos como Túnez, Turquía y Egipto, e incluso Grecia, comienzan a recuperarse y competir con Canarias en precios, el mercado alemán, muy arraigado en estos destinos, comenzará a resentirse. El turista británico, a su vez, podría bajar tras la quiebra de la aerolínea Monarch y en función de cómo queda el país tras el brexit.

Bajo este panorama, a Canarias no le queda otra que fijarse en el mercado nacional, más recuperado de la crisis, pero menos proclive al gasto en destino. Según los últimos datos del INE, Canarias recibió en los dos primeros meses de este año 2,36 millones de turistas extranjeros, casi la misma cifra que en 2017 (759 menos, el 0,03%). De ningún modo pueden valorarse como unas cifras de alarma, ya que las Islas siguen siendo la comunidad autónoma más visitada de España y también la que consiguió mayores ingresos, con una ventaja de medio millón de turistas y 900 millones de euros sobre la segunda más demandada, Cataluña. No obstante, estos datos sí ponen sobre la mesa lo que los empresarios, especialmente los de Gran Canaria, llevan avisando durante meses. Y es que “hay un fin de ciclo tras haber tocado techo”. El director de Comunicación de Lopesan, Francisco Moreno, advirtió durante la celebración de Fitur, en enero de este año, que el Archipiélago continúa con los mismo problemas que padece desde 2010: “Una planta obsoleta y un bloqueo administrativo” a las inversiones. Esto significa que los nuevos competidores, tras la Primavera Árabe, entrarán en el mercado con fuerza y precios competitivos, con los que “nosotros no podremos competir”.

Desde la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife también se lleva advirtiendo durante meses de la necesidad de diversificar el mercado yendo hacia otros destinos, como fórmula para paliar los posibles descensos de visitantes de los mercados habituales, así como ampliar la oferta turística.

En cambio, el lado positivo es que Canarias ha incrementado sus conexiones aéreas, con casi medio centenar de nuevas rutas nacionales e internacionales en el comienzo de la temporada de invierno, repartidas entre los aeropuertos de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote y La Palma. Y también que hasta febrero las reservas hacia Canarias para este verano superan las 150.000 plazas, el 7,8% más que en el mismo periodo de 2017. La mayoría de las aerolíneas aumentan su capacidad regular y a esto se suma que también crece la operativa chárter para atender la demanda. El economista Carlos Rodríguez Braun, que esta semana estuvo en Tenerife para participar en un coloquio de Diálogos por el desarrollo, señaló que esta situación “es obvia” y que los empresarios “ya la conocen y se están poniendo las pilas”. “Los empresarios saben que una situación como la vivida en el último año -apuntó, no es permanente y seguro que llevan tiempo preparandose para este y los próximos años”. No obstante, Rodríguez Braun advirtió de que es “muy peligroso” que las autoridades políticas “metan piedras” en la actividad empresarial y se refirió, especialmente, a los impuestos y la excesiva regulación. De hecho, insistió en que “es muy peligroso” que las autoridades “ se metan a decidir cuántos hoteles debe haber en una u otra isla”.

TE PUEDE INTERESAR