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La reforma electoral, avalada con la “autoexclusión” de CC-PNC y ASG

Dos diputadas de Podemos se abstienen en la votación del dictamen de la ponencia de la comisión de estudio, que ahora va al Congreso como propuesta en el marco de la tramitación del nuevo Estatuto
Sesión plenaria del Parlamento de Canarias, que ayer avaló el dictamen de la ponencia de la comisión de estudio sobre el sistema electoral. Flickr Parlamento de Canarias
Sesión plenaria del Parlamento de Canarias, que ayer avaló el dictamen de la ponencia de la comisión de estudio sobre el sistema electoral. Flickr Parlamento de Canarias
Sesión plenaria del Parlamento de Canarias, que ayer avaló el dictamen de la ponencia de la comisión de estudio sobre el sistema electoral. Flickr Parlamento de Canarias

No hay más cera que la que arde. El pleno del Parlamento de Canarias aprobó ayer, con el rechazo de CC-PNC y ASG, el dictamen de la comisión de estudio sobre el sistema electoral. Como no salen las cuentas para que las conclusiones se plasmen en una ley autonómica específica, el texto se incorporará a la tramitación, en las Cortes, del nuevo Estatuto con esta propuesta: una Cámara de 70 escaños mediante siete circunscripciones insulares y una regional de nueve representantes, con unas barreras que pasan del 30% al 15% en el ámbito insular y del 6% al 4% en el cómputo global.

Aparte de la consabida posición de los mencionados grupos, la votación registró dos abstenciones en las filas de Podemos: Concepción Monzón y Natividad Arnaiz. Estas dos diputadas ya habían expresado públicamente sus discrepancias en enero, junto a la parlamentaria en el Congreso Carmen Valido y el consejero en el Cabildo de Fuerteventura Andrés Briansó. “Esta no es la reforma que quieren la mayoría social ni Podemos”, arguyeron.

El guión se cumplió sin alteraciones argumentales, aunque el final queda abierto. El PSOE, el PP, Nueva Canarias y el grueso de Podemos convalidaron el consenso de mínimos, mientras que CC-PNC y ASG defendieron sus respectivos votos particulares. José Miguel Ruano y Casimiro Curbelo predicaron en el desierto. Uno reivindicó la “construcción de Canarias como un solo pueblo que se asienta en su marco natural, la isla, desde abajo hacia arriba, desde la isla a la nacionalidad”. El portavoz de Agrupación Socialista Gomera renunció al veto con el que amagó la semana pasada, pero no a sus razones: “Es una vergüenza que se apoye una reforma electoral cara que no interesa a los canarios, sino a los políticos”.

Ruano insistió en la idea fuerza de que para la sociedad canaria “resulta inaceptable” elevar el número de diputados a 70. “Nos piden que seamos austeros, que optimicemos recursos y que seamos eficaces. No es comprensible que de una sola tacada se incrementen el 15% los escaños de este hemiciclo”. En relación a la lista autonómica, reiteró que establece “un modelo de dos legitimidades en la elección, lo que conlleva a la existencia de facto de diputados de primera y de segunda”. En esa línea, rebatió la “falsedad” de que las reglas vigentes favorecen a CC: “En las nueve convocatorias electorales, ningún partido o coalición electoral ha logrado en Canarias la mayoría absoluta, lo que ha obligado a pactos. De esas, cuatro las ganó el PSOE y cinco, CC, porque son formaciones políticas con fuerte implantación territorial en el Archipiélago y trabajan en cada una de las islas”.

Curbelo no se bajó de la palmera: “Esta modificación resta voz a las islas no capitalinas en un afán por sumar nueve diputados en una lista regional y amortiguar la fuerza de los partidos emergentes [fundamentalmente, Ciudadanos]. “Hoy se ha roto el pacto social y la unidad al echar por tierra el equilibrio acordado en 1983. Los que fundaron Canarias querían una autonomía conquistada y no otorgada”.

Entre los promotores de la iniciativa, el PSOE lamentó la “autoexclusión” de CC del “clamor ciudadano”. La portavoz del Grupo Socialista, Dolores Corujo, apuntó que el sistema actual genera “desapego” y que la lista regional contribuirá a superar la “excesiva focalización” de la realidad insular. En los pasillos, el secretario general, Ángel Víctor Torres, comentó que “la imagen de diputados aplaudiendo de pie y otros votando en contra debe hacer pensar a los votantes de Coalición Canaria”.

Australia Navarro (PP) tachó de “extravagante y peculiar” la fórmula que se ha venido aplicando, caracterizada por la “desigualdad”, que propicia fenómenos como que “el valor de un voto en una isla no capitalina sea 17 veces mayor que en una isla capitalina”.

Noemí Santana (Podemos) aseveró que un sistema “no es democrático cuando un partido [ASG] suma tres diputados con 5.000 votos, y otro [Cs] está fuera con 50.000. “Si alguien tiene miedo es quien pierde los privilegios”, espetó. Desde NC, Luis Campos ensalzó la “cultura democrática y la capacidad de diálogo” del 80% de los votantes de Canarias.

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