la laguna

La oposición ensaya la censura en La Laguna acorralando al alcalde Díaz (CC) en el pleno

El debate sobre el estado del municipio desemboca en la aprobación de una propuesta de moción en la que se suspende la gestión de CC y PSOE y se pide un “gobierno nuevo y estable”
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

La mayoría de los representantes de los ciudadanos de La Laguna volvieron ayer a demostrar el hartazgo que causa el equipo de gobierno conformado por Coalición Canaria y lo que queda del PSOE en la Ciudad de Los Adelantados. Se plasmó en la votación para admitir a consideración una propuesta durísima, de enorme calado político, en que la mayoría de los concejales laguneros suspendieron “la gestión de la Junta de Gobierno” y “la necesidad de un Gobierno, nuevo, estable, que administre los recursos públicos de forma diferente y suprimiendo el gasto superfluo”. Hasta 14 ediles apoyaron el texto, que se debatirá en el próximo pleno, mientras que otros 10, insólitamente, se abstuvieron. Vamos, como si no fuera a ellos (CC y PSOE) a quienes se suspende y se exige relevar, aunque sea a unos diez meses vista de las elecciones.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Al fin y al cabo, la votación del pleno extraordinario celebrado ayer en el Ayuntamiento de La Laguna no fue otra cosa más que un nuevo ensayo de la moción de censura, especialmente reactivada en las últimas semanas ante la insostenible situación del equipo de gobierno que comandan José Alberto Díaz (CC) y Mónica Martín (PSOE). Las críticas a su trabajo han llevado a un nivel tal que han logrado unir a fuerzas tan dispares como Unid@s se puede, Partido Popular, Ciudadanos y Por Tenerife-Nueva Canarias. Ciertamente, la situación de José Alberto Díaz no puede ser más pobre políticamente hablando, por cuanto está imputado (ahora investigado) en un juzgado por el caso Grúas, que investiga los indicios detectados sobre tres delitos de corrupción: prevaricación, malversación de fondos y tráfico de influencias. También ha sido denunciado por el caso prórrogas, donde se detecta un presunto modus operandi para prolongar contratos ya extinguidos sin respetar los cauces legales, como advirtió sin que fuera escuchada la Intervención Municipal, manejando por tan irregular procedimiento unos 46 millones de euros de las arcas públicas laguneras. Por si fuera poco, Díaz ya ha sido reprobado por el propio pleno municipal, pero el coalicionero ya advirtió ayer que piensa “seguir hasta que termine el mandato”.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Para ello, Coalición Canaria parece haber recurrido a un ardid clásico en su trayectoria: comprar los servicios de oponentes con cargos públicos. En esta ocasión, los elegidos son los concejales del Partido Popular, claves para la moción de censura. Al pleno de ayer faltaron dos: Susana Fernández y Orlando Padilla. Su ausencia despertó todo tipo de rumores en la sala de plenos (por cierto, suspenso en movilidad), pero el portavoz lagunero del PP salió al quite de los mismos. Primero, porque no dudó en su intervención pública en advertir de que “no toleraré intromisión alguna en mi grupo municipal, ni ofrecimientos de cargos”. Luego, ya en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, justificó la ausencia de Padilla en un viaje de última hora por un familiar enfermo y la de Fernández en cuestiones laborales incompatibles, la mayoría de ocasiones, con el horario de los plenos. Alarcó, siempre dispuesto a dejar las cosas claras: afirmó sin pestañear que “estoy plenamente convencido de que el grupo municipal lagunero es leal al PP”. Sea como fuere, en los corrillos se espera a los resultados de las primarias, que se deciden en el Congreso que celebran los populares este fin de semana en Madrid, para dar el OK definitivo a la moción de censura.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Debate

En cuanto al pleno extraordinario, arrancó con la intervención del portavoz de Unid@s se puede, Rubens Ascanio, un orador metódico, sin grandes estridencias en la forma pero que no se corta con lo sustancial. En su papel, Ascanio revisó, punto por punto, sus críticas a la gestión de Díaz, “marcada por el bloqueo” de un alcalde “en clara rebeldía a los acuerdos plenarios”, dado que, detalló, apenas ha cumplido el 2% de las mociones acordadas en pleno. Fue duro Ascanio, enumerando las cuitas judiciales del alcalde ya descritas, pero también afeando el enorme gasto en propaganda del Ayuntamiento (tema recurrente ayer entre los grupos de la oposición), el abuso con el personal de confianza (que el equipo de gobierno acapara para sí cuando debe repartir entre todos los representantes de los laguneros) y la deriva de los escándalos, con la presencia del concejal de los mensajes de WhatssApp de corte machista, Zebenzuí González, como votante fiel de Díaz, “que nunca se levanta en los actos de protesta, que pleno a pleno, realizamos como rechazo a su presencia en el pleno”, atinó Ascanio en su crítica a Díaz.

Luis Yeray Gutiérrez, a la izquierda, acompañado de Zebenzuí González y Yeray Rodríguez, entre otros. DA

Tras un meritorio repaso al estado del municipio, el líder de Unid@s se puede tuvo réplica, sorprendentemente, en la figura de Antonio Pérez Godiño, en vez del alcalde, tantas veces interpelado. No estuvo fino Godiño. Si a semejante ristra de críticas solo se le ocurre mentar a Irán y el chalé de Pablo Iglesias, realmente mal va el asunto argumental en Coalición Canaria. para colmo, anunció que el Ayuntamiento pretende dar “máxima publicidad” a todos y cada uno de las actuaciones municipales, sin recabar que, dada la cercanía de los comicios, incluso podrían incurrir en un delito electoral. Mejor, dentro de su atonía habitual, estuvo Mónica Martín (PSOE), quien fue a lo seguro, desgranando lo que entiende como logros de su gestión. Tampoco es una oradora que despierte pasiones, no.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Quien sí deslumbró fue Teresa Berástegui. A pesar de su juventud, ayer era sencillo adivinar que estamos ante una futura alcaldesa. Su discurso fue demoledor, pero su puño de acero iba envuelto en un guante de seda, con un hablar pausado y sereno, apenas mirando el papel en busca de alguna cifra, como si hubiera nacido para intervenir en público. Además de su conocida denuncia sobre el extraordinario gasto en publicidad del Ayuntamiento (más de 1,4 millones de euros), fue fiel a Ciudadanos detallando la tremenda carga fiscal con que CC y PSOE han machacado a los laguneros en los años de la crisis “para luego derrocharlo en enchufados”. Su remate fue tremendo, preguntándose si La Laguna era ahora más segura, limpia o eficiente, para responderse a sí misma con las conocidas carencias de la Policía Local, las plagas de ratas en Tejina y el abandono de los vecinos de Las Chumberas o El Cardonal.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Con un estilo diametralmente distinto, Javier Abreu estuvo ácido y mordiente. “¡Gobierna con un machista!”, espetó al alcalde a cuenta de Zebenzuí. De Díaz llegó a decir que “solo sabe ir a procesiones a hacerse la foto”, y sostuvo que hasta en CC no saben qué hacer con él. “La Laguna necesita un gobierno sin imputados; si quiere a La Laguna, dimita”.
En cuanto a Antonio Alarcó, y más allá de las cuestiones sobre supuestas ofertas a sus compañeros de filas por parte de CC, habló con su corrección habitual, pero sin medias tintas. “Hay quien se cree que esto es eterno, pero sin alternancia no hay democracia”. Más claro imposible.

Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero
Imagen del pleno del Ayuntamiento de La Laguna / Fran Pallero

Dejamos para el final a Santiago Pérez, a quien Díaz quiso provocar con sonrisas irónicas durante su intervención. Pérez coincidió con todos los demás en el penúltimo escándalo, el del gasto en propaganda, pero también fue tajante sobre la presión fiscal, detallando que los laguneros pagan casi 150 euros más cada uno desde que empezó la crisis, pero ese dinero se utiliza para pagar las deudas que dejaron Fernando Clavijo y Ana Oramas.

En cuanto al alcalde, finalmente, intervino, pero se limitó a leer un escrito que, obviamente, escribió otro, dado que fue incapaz de entonar correctamente. Por lo que se le entendió, su defensa sigue siendo quejarse de todo lo que le critican desde la oposición.

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