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Y la Virgen volvió a aparecer en la playa de Chimisay

La representación del hallazgo de la imagen, uno de los actos centrales de las fiestas de Candelaria, que se realiza desde hace más de dos siglos, congrega a miles de personas
Numeroso público asistió ayer a la representación del hallazgo de la Virgen por los Guanches de Candelaria, una ceremonia que cuenta con más de dos siglos de antigüedad. Fotos: Sergio Méndez

Numerosos vecinos, turistas y peregrinos llegados desde todos los puntos de Tenerife asistieron ayer en la plaza de la Patrona de Canarias a una de las ceremonias ancestrales más arraigadas en la población insular, la representación del hallazgo de la Virgen en la playa de Chimisay (hoy El Socorro), cuyo origen se remonta 250 años atrás.

Numeroso público asistió ayer a la representación del hallazgo de la Virgen por los Guanches de Candelaria, una ceremonia que cuenta con más de dos siglos de antigüedad. Fotos: Sergio Méndez

El colectivo Los Guanches de Candelaria, que en esta edición celebra los 10 años de la concesión de la Medalla de Oro de la Villa, volvió a emocionar a los presentes y a los espectadores de La 2 de Televisión Española en Canarias, que siguieron la retransmisión en directo, con la teatralización del descubrimiento por dos pastores guanches de la imagen de una mujer con un niño en brazos sobre una roca, cuando se disponían a llevar al ganado hasta la orilla del mar.

Prohibida entonces cualquier conversación con una mujer en un lugar desierto, los pastores hacen señas para que se aparte, pero ella permanece inmóvil sin responder a sus requerimientos.

Uno de ellos trata entonces de lanzarle una piedra y su brazo se queda yerto. El otro intenta herirla con su tabona (cuchillo), aunque, ante su asombro, se hiere a sí mismo.

Extrañados, huyen del lugar y cuentan los hechos al mencey de Güímar, Acaymo, mostrando sus brazos rígidos como prueba. El mencey, acompañado de parte de su pueblo, decide bajar de Chinguaro a Chimisay para comprobar lo que le contaban, quedando asombrado de la majestuosidad de la imagen. Pese a intentar comunicarse, no responde. Decide entonces trasladarla a su cueva de Chinguaro y cuando los dos pastores que la encontraron se disponen a cargarla, nada más tocarla quedan sanados de sus heridas, cuenta el relato popular.

Chaxiraxi

Llenos de júbilo por el hallazgo y el milagro presenciado, los guanches saltan entonces con sus lanzas y hacen sonar los bucios en honor a la imagen que llamarán Chaxiraxi, y que permanecerá en Chinguaro hasta la conquista de la isla de Tenerife, cuando se traslada a la cueva de Achbinico, en Candelaria.

Tras el denominado Pleito de los Naturales, que duró varios años, los guanches cristianizados mantienen desde 1601 el derecho a portear a la Virgen, privilegio que han mantenido hasta ahora y del que emana la enorme devoción que Tenerife siente por Candelaria, por Chaxiraxi.

La representación del hallazgo contó con la narración de José Luis de Madariaga, que puso la voz al guion elaborado por el cronista oficial de la Villa, Octavio Rodríguez, basado en el relato sobre la aparición de la Virgen de fray Alonso de Espinosa, publicado a finales del siglo XVI, concretamente en 1594.

Una de las novedades de este año impulsadas por el Ayuntamiento es la edición en inglés del programa de la ceremonia guanche, para que los turistas que visiten la Villa de Candelaria tengan conocimiento de los hechos que se reflejan en la representación.

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