Suenan con fuerza las alarmas en el centro neurálgico del CD Tenerife. La pronta eliminación copera ante el Cádiz de Álvaro Cervera, y la errática marcha de la competición liguera, en la que se han cosechado tres empates y una derrota, han provocado la primera crisis de la temporada.
El duelo de mañana sábado, ante el Reus, 17.00 horas, puede ser determinante para el club blanquiazul. Una nueva derrota podría llevar a pensar al presidente de la entidad, Miguel Concepción, que Joseba Etxeberria no es el entrenador idóneo para el equipo, y que no estuvo acertado cuando lo renovó la pasada temporada, cuando había dudas sobre lo que el vasco podía aportar al plantel.
Por contra, una victoria ante el conjunto catalán serviría de revulsivo y, quizás, podría ser el inicio de la reacción tinerfeñista. Lo que está claro es que el del Reus no es un partido más. Es el partido que todo lo puede cambiar, para bien o para mal.
No es verdad que el de Elgóibar tenga un ultimátum por parte del presidente, pero sí existe el convencimiento de que con Etxeberria no se tendrá tanta paciencia como la que se tuvo con José Luis Martí. La afición clama por presenciar y disfrutar de un inicio de competición ilusionante, acorde al presupuesto que maneja la entidad, el séptimo de la categoría con 8,3 millones de euros. Y en las últimas campañas, todos los comienzos han sido realmente catastróficos, y el barco no ha logrado tomar el camino correcto hasta después del mes de diciembre.
Eso no pasará este año. Así lo piensa el presidente Miguel Concepción, a quien no le temblará el pulso si tiene que destituir a Etxeberria, al que se le valora su implicación en el club, pero al que se le ha visto que ha perdido parte de la esencia que tenía cuando llegó a la Isla.
Ya hubo dudas en la dirección deportiva y en el sillón presidencial acerca de la conveniencia de renovar al míster. De hecho este proceso se alargó mucho más de lo esperado, precisamente por esas dudas. Finalmente, se apostó por mantener al histórico jugador del Athletic de Bilbao, confiando en que esta medida, apoyada por mantener la columna vertebral del equipo, servirían para tener un arranque liguero ilusionante.
Pero ha sido todo lo contrario, con la diferencia de que en esta ocasión la paciencia no es infinita. El encuentro ante el Reus Deportivo puede ser el partido que todo lo cambie, para bien o para mal.
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