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Los videojuegos son la perdición de Clavijo: fase estancada

El presidente del Gobierno de Canarias ha ido sorteando los obstáculos aparecidos tras la ruptura del pacto con el PSOE, a finales de 2016, hasta su lesión en los deportes electrónicos
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el banco azul del Parlamento. / ANDRÉS GUTIÉRREZ
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el banco azul del Parlamento. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

La novena legislatura canaria agoniza. El Gobierno autonómico deambula como una pandilla de zombis, con una oposición que recula por miedo a morir de éxito. Desde que el 23 de diciembre de 2016, víspera de la Nochebuena, Fernando Clavijo (CC) entregó el finiquito a los cuatro consejeros del PSOE (la vicepresidenta, Patricia Hernández, y tres más), la inestabilidad ha ido en aumento mientras la desconfianza se afianzaba frente al banco azul del Parlamento. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo ha sacado provecho de su cómoda minoría (18 de 60 escaños) ante la pereza de una mayoría dispersa. Si en estos casi dos años no han sido capaces (el PSOE, el PP, Podemos, NC y tal vez ASG) de materializar una alternativa, menos lo van a hacer a meses de las elecciones. Toca diferenciarse y remarcar las señas de identidad. Pero ha ocurrido algo que condicionará el devenir en el sendero hacia las urnas. Por primera vez, una victoria numérica produce efectos prácticos: una proposición no de ley (PNL) impulsada por Nueva Canarias y apoyada por cinco de los seis grupos -solo votó en contra CC-PNC- ha obligado a Clavijo a repensar el “proyecto educativo piloto sobre el uso responsable de los videojuegos” y la liga de deportes electrónicos en horario extraescolar al objeto de buscar “un consenso político y social para conocer en profundidad las motivaciones y las ventajas para el alumnado y las familias”. El mandatario admite que ha “faltado diálogo”, aunque advierte: “Mirar para otro lado es un error”.  En el fondo subyace el temor -confesado- a que le corrijan la Ley Canaria de Educación no Universitaria para prohibir las consolas en los pupitres. Lo demás han sido pataditas en las canillas, intercambio de cromos en ayuntamientos, pedorretas y petardos de fogueo. Nada con el empuje suficiente como para desalojar a Clavijo del despacho. ¡Ni con una grúa! Sentado en un sillón de masajes sobre ruedas, se ha estado moviendo con asombrosa placidez. Tras desvincularse de los socialistas, pactó los presupuestos de 2018 con el PP (junto a ASG) y ya acaricia los de 2019 de la mano de Pablo Casado. No hubo acuerdo para formar una coalición con el Partido Popular. En realidad, tampoco había voluntad. Si hay que repartir, siempre se queda con las porciones más  generosas y con la guinda del pastel. ¿Quién se acuerda de que el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) fue la gota que rebosó el vaso de las tormentas políticas en las desavenencias con el PSOE? En eso, le ha ido igualmente bien. “El programa con el que me presenté a la investidura es de absoluta vigencia y validez”, se jactaba. “Ha sido el mejor año económico para Canarias en los últimos 15, creciendo por encima de la media de España. Y queremos seguir en esta línea”. El Fdcan distribuirá 1.600 millones en una década. “Hemos intentado hacer las cosas de manera distinta, con ilusión, y para obtener resultados diferentes”, afirma. Reconoce que en ocasiones no ha sabido explicarse de modo que lo comprendan y que debería haber alargado las horas para el entendimiento. El reloj es de cuerda, pero le funciona. El tiempo beneficia sus intereses, de momento.   

Por muy bajo que esté el techo, Fernando Clavijo no se rompe la cabeza. Los chichones le fastidian menos que los moratones. “Ángel Víctor Torres ha podemizado el PSOE”, clama. “Somos de izquierdas y Coalición Canaria es un partido puramente conservador”, responde el aludido. “Dice lo mismo que el PP. Se suma al mensaje catastrófico y arriesga el futuro de Canarias”. Arrastrando los pies también se avanza. El 21 de junio de 2017, la Cámara aprobó la controvertida Ley del Suelo. La apoyaron en su totalidad CC-PNC, el PP y ASG. El PSOE la rechazó parcialmente, después del ninguneo. Clavijo enarboló su emblema y escondió el mástil de la bandera de la reforma electoral que el “bloque del cambio” ondeó desde el principio. La defensa numantina de la triple paridad que ejercieron CC-PNC y ASG alumbró el parto de los montes. El texto que redactó la comisión de estudio llegó al Congreso, donde se incorporó a la tramitación del nuevo Estatuto de Autonomía, y volverá al Legislativo regional para la cuadratura del círculo. 

El relevo de Mariate Lorenzo en la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes abrió el camino al tercer Gabinete de Clavijo en dos años. Los adversarios le hicieron un favor al encargarse de la labor de desgaste y le proporcionaron un pretexto para mandarla con la música a otra parte: a la oficina de representación en Madrid. 

En marzo de 2017, CC-PNC se abstuvo en una moción de NC consecuencia de una interpelación a José Manuel Baltar sobre el “deterioro” de la Sanidad pública. En el Barrio de la Salud no se han enterado. El retraso diagnóstico cronifica la enfermedad.

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