santa cruz

El edificio amarillo de Miraflores será historia en solo tres semanas

Ayer comenzaron los trabajos de demolición de un inmueble con más de 80 años de antigüedad, que será sustituido por viviendas
Demolición de las Casas Amarillas de Miraflores. FOTO: DA

Una pinza hidráulica inició ayer la demolición del casi histórico inmueble conocido por los chicharreros como la casa amarilla. Con más de 80 años de antigüedad (data de 1936), en cuanto la máquina tocó sus paredes, estas se deshicieron como si de arena se tratase. Durante tres semanas esta máquina que irriga agua a la vez que demuele, minimizando así la emisión de polvo, se encargará de reducir a escombros un inmueble que lleva décadas abandonado y en el que el último reducto de actividad fue el del bar La Granadina, que cerró hace unos meses tras el anuncio de que se iba a demoler el edificio.

Daltre Construcciones es la empresa que derriba, pero también construye. Lo primero lo hará durante dos meses, en los que, tras la demolición total, en la que se emplearán unas tres semanas, se procederá a la retirada de escombros, dejando la zona preparada para la siguiente construcción, que promete ser única en Santa Cruz. Según detalló Cecilio Hernández, el proyectista de la demolición y responsable de Seguridad y Salud de la empresa, el derribo se irá haciendo poco a poco, dado que, al ser un inmueble tan antiguo, se corre el riesgo de que el edificio caiga hacia la calle. Antes de comenzar el derribo, se hizo un análisis de todo el terreno circundante para ver qué tipo de terrenos había, puesto que la calle Miraflores tiene un desnivel importante y había que saber si el muro de contención ejecutado en su momento era suficiente para mantener la vía estable. “Hemos comprobado que no es así y hemos tenido que meter medios para que permanezca estable mientras la obra no se ejecute”, explicó Hernández.

La actuación dejará el solar a nivel de la calle Ramón y Cajal, con unos contrafuertes en la parte de detrás “para que la calle Miraflores no se nos venga abajo”. Además, se suprimen los aparcamientos de esta vía, que, por otra parte, ya están inhabilitados por las vallas de seguridad de la zona. El proyectista de la obra detalló que la pinza hidráulica irá cortando y despiezando todas las paredes, pilares, forjados… “Se minimizan los problemas de seguridad porque la presencia de obreros será mínima y la máquina será, además, la que se encargue de separar los materiales”, añadió Hernández. La parte que linda con la calle San Francisco de Paula “la vamos a tener que quitar a mano”, añadió el técnico, que apuntó que la circulación por esta vía se verá afectada durante uno o dos días, “los que dure la demolición”.

Futuro

Un edificio de seis plantas de altura, aunque es posible que supere esa cifra en algunos puntos, de 54 viviendas, con uno o varios locales comerciales en los bajos y tres plantas de aparcamiento, es el proyecto que la empresa presentará a la Gerencia de Urbanismo. Para ello, Daltre ya trabaja en un “edificio singular”, que juegue con los volúmenes y las alturas y que dé la bienvenida a la ciudad.
Desde la constructora se confía en que el proyecto pueda estar listo dentro de un año y el edificio terminado en año y medio más. Para ello se está elaborando un Plan de Actuación sobre el Medio Urbano (PAMU), instrumento que permite modificar las condiciones del planeamiento para una parcela en concreto.

Para el concejal de Urbanismo, Carlos Tarife (PP), la demolición del edificio es una buena noticia para la ciudad. “Estamos contentos con el proceso de regeneración que se está dando en esta zona y de que una de las puertas al casco histórico de la ciudad cambie su imagen con esta demolición”.

Por su parte, la primera teniente de alcalde, Zaida González, apuntó que “hoy empezamos los trabajos de mejora en un entorno que este edificio afeaba”. “Hemos dado los primeros pasos para renovar toda la zona centro, que va a mejorar exponencialmente la imagen de esta parte de la capital”, concluyó.

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