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Otra manera de acercarse a las estrellas y planetas

Volcano Teide Experience ofrece durante todo el año en Las Cañadas la posibilidad de observar 83 de las 88 constelaciones reconocidas, a simple vista y con telescopios profesionales, que ayudan a conocer y entender todo lo que se esconde en la Vía Láctea

Nadie puede discutir la belleza del Parque Nacional del Teide, su paisaje lunar, su naturaleza silvestre y su imponente volcán como atalaya de una isla afortunada. A todos esos encantos habría que sumarle la limpieza de su cielo de día y de noche.

No es de extrañar, por tanto, que dentro de las muchas actividades que organiza Volcano Teide una de las más demandadas sea la observación de estrellas, una experiencia que no solo se acerca a ellas, sino que te traslada además la posibilidad de hacerlo a los planetas que nos acompañan en la Vía Láctea.

La máxima cumbre de la Isla, lejos de la contaminación lumínica de las zonas urbanas, es el mejor lugar para observar las estrellas en Tenerife. De hecho, desde 2014, el cielo del Parque Nacional del Teide está incluido como Destino Starlight en la categoría de Destino Turístico de la Fundación Starlight; título que certifica que la observación de estrellas cumple con los requisitos y procedimientos establecidos para la protección del cielo y sus valores naturales y culturales asociados.

Volcano Teide te ofrece la oportunidad, cada semana, sea en verano o en invierno, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, de conocer un poco más ese mundo misterioso de la galaxia que nos rodea, desde la imponente Luna al singular Saturno, desde la estrella Polar a Vega, o desde la constelación de Orión a Casiopea, y si hay suerte, como la que tuvimos nosotros esta semana, de ver caer un meteorito.

Allí, en la base del Teleférico, esperan guías acreditados que desvelarán los secretos del universo, telescopios profesionales que nos permitirán ver con nuestros propios ojos, guiándonos con un láser, esos objetos celestes que llevan tantos años fascinándonos y el puro y limpio cielo del Parque Nacional del Teide, desde donde es posible observar 83 de las 88 constelaciones oficialmente reconocidas. Para ello, basta con desplazarse al Teide para ver todas las constelaciones del hemisferio norte y gran parte de las constelaciones del hemisferio sur. A lo largo del año, el cielo nos regala distintos espectáculos celestes que convierten al Teide en el mejor anfiteatro para sentarse a disfrutar observando las estrellas.

Una actividad que apenas dura 50 minutos, pero intensos, que comienza ahora en horario de invierno a las nueve de la noche y que se ofrece en tres idiomas, inglés, alemán y español.
El cielo estrellado nos regala todas las noches 88 constelaciones que nos transportan inmediatamente a la era antigua, donde las distintas civilizaciones, que usaban las constelaciones para orientarse en sus viajes y para elaborar calendarios agrícolas y religiosos, tuvieron la poderosa imaginación de darles nombre en función de las formas que les sugerían. Algunos de los fenómenos estelares más espectaculares cobran vida en forma de lluvias de estrellas. Tal vez la más conocida, por ser la última del año, con una gran intensidad, sea la lluvia de estrellas gemínidas, aunque el cielo nos regale lluvias de estrellas casi todos los meses: las cuadrántidas en enero y las perseidas en agosto son solo algunas de las lluvias de estrellas que se producen cada año.

La Vía Láctea es una espectacular banda neblinosa que cruza el cielo y que es especialmente visible en los meses de verano, siempre que no haya luna llena. Mientras que el Triángulo del Verano es una singular formación de tres brillantes estrellas que, en el estío, dominan la parte alta del cielo. En otoño, y tras la puesta de sol, serán visibles Marte y Saturno, mientras que Júpiter solo hasta mediados de noviembre, y al amanecer, brillarán Venus –a partir de noviembre– y Júpiter -a partir de diciembre-.

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