puerto de la cruz

El esperado regreso a casa

Los vecinos de la calle Tegueste vuelven a sus viviendas después de dos meses fuera, tras confirmarse que que las grietas permanecen estables y no hay peligro para su seguridad
Los vecinos fueron regresando y trasladando sus pertenencias a sus casas de la calle Tegueste poco a poco; algunos tardarán aun varios días. Fran Pallero

“Volvemos a casa por Navidad”, bromeaba ayer una mujer que acarreaba sus pertenencias por la calle Tegueste, en el barrio portuense de Punta Brava, mientras otra, con un enorme cartón de huevos entre sus manos le espetaba: “La casa se me caerá encima pero yo ya no me muevo más de aquí”.

Fueron dos meses muy largos y duros para los 19 vecinos desalojados, un tiempo que se les hizo eterno pero ayer finalmente pudieron regresar a sus viviendas, una vez que la obra ha finalizado y las pruebas técnicas realizadas confirmaron que las grietas permanecen estables y no hay peligro para su seguridad. Esto último era muy importante ya que la vía sufrió un derrumbe parcial en mayo de 2015.

Empezaron desde temprano, con mucha maresía, y ayudados por familiares fueron trasladando almohadas, bolsas con comida, maletas y garrafas de agua, entre otros objetos, además de limpiar y comprobar si las neveras funcionaban.

Los residentes que se quedaron se asomaban a las ventanas para saludarlos y los que podían, le echaban una mano. Hubo quienes pudieron terminar ayer mismo y otros tardarán varios días porque tienen que compatibilizar la mudanza con el trabajo.

Mientras tanto, los técnicos continúan trabajando dado que queda mucho por hacer, como el bulonado del frente marítimo, el alcantarillado y el embellecimiento de la calle. “Si el tiempo lo permite estarán hasta febrero o marzo”, aseguró la presidenta de la plataforma Tegueste-Punta Brava, Candelaria Padilla, quien también les dio la bienvenida.

“Lo peor ya pasó”, decía Eva María Pérez, una de las afectadas, mientras Jesús Yanes, su esposo, aseguraba que “la vuelta es mejor que la ida”, momento en el que tuvieron apenas 48 horas para sacar sus enseres.

No hubo visitas de políticos ni tampoco fotos. “Era el día de ellos, los vecinos”, subrayó ayer el concejal de Urbanismo, Juan Carlos Marrero, al ser consultado sobre un regreso tan esperado. Porque como dijo Jesús, “en ningún sitio se está como en casa”.

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