Cuando más dudas generaba el Canarias, mejor reaccionó. Los aurinegros se ganaron su derecho a disputar los cuartos de final de la Basketball Champions League tras doblegar al Promitheas Patras por 79-57 en otro partidazo en Los Majuelos. Cuando peor estaba la cosa, mejor respondió un equipo que, diezmado, dio una nueva lección.
El Iberostar Tenerife se enfrentará ahora al Hapoel Jerusalem, otro de los candidatos al título. El duelo de ida será el próximo 26 o 27 de marzo en Israel, mientras que la vuelta se disputará en el Pabellón Santiago Martín el 2 o 3 de abril. Si supera ese cruce, la Final Four espera a uno de sus reyes.
Fue un encuentro dominado de principio a fin por el Canarias, que siempre supo dominar con mano firme a un Promitheas que no pareció tan buen equipo como en la ida, entre otras cosas, por el gran trabajo defensivo local.
Ya al final de la primera manga, los de Txus Vidorreta habían logrado remontar los 12 puntos de desventaja de la ida (24-11). El entrenador vasco contó con Sebas Saiz como titular y el internacional español supo responder, lo mismo que Ferrán Bassas que, ante los problemas físicos de Rodrigo San Miguel, dio también un paso al frente. Pese a los problemas de personales de Colton Iverson, el estadounidense se administró de la mejor forma, llegando el Canarias al descanso con un claro 44-23.
El Canarias llegó a ir ganado de 22 puntos, pero después del resultado de la ida, nadie estaba tranquilo en Los Majuelos esperando, quizás, alguna desconexión de su equipo que pudiera acabar siendo decisiva. La misma no llegó, porque los insulares se empeñaron en ser muy superiores a los de Patras.
Sentencia
El único momento que pudo parecer algo crítico para los jugadores de Txus Vidorreta llegaría tras el paso por los vestuarios. El Promitheas llegó a acercarse a solo 15 tantos (56-41) pero más por acciones individuales que por mostrar el juego coral de Grecia.
Por momentos, una vez el Canarias logró recuperar su tono defensivo, dio la impresión de que los insulares habían puesto una tapa a su canasta. Tirara de cerca o de lejos, el Promitheas no era capaz de anotar, desquiciando, no solo a sus jugadores, sino también a su entrenador, que vociferaba en su banquillo sin acabar de dar con la tecla necesaria para cambiar lo que estaba viendo sobre el parqué del Santiago Martín. Solo una semana más tarde, los griegos parecían un equipo completamente distinto al que ganó con solvencia al Iberostar Tenerife.
La sentencia había llegado pese a que Brown, un jugón total, se empeñó en tratar de darle emoción al compromiso. Pero, para frenar a un jugón, lo mejor es otro jugón. Davin White, en dos ocasiones de las suyas, en las que puede ocurrir lo mejor o lo peor, dejó finiquitado el duelo y la eliminatoria.
Los últimos minutos resultaron plácidos, con un Canarias que se reconciliaba con su afición después de las últimas derrotas y que, sin Beirán y con San Miguel sin recuperarse al 100%, volvía a demostrar que es uno de los candidatos a ganar el título.
El Hapoel será un hueso muy duro de roer, con un ambiente infernal, más propio de la Grecia de los años 80 y 90 que del baloncesto actual, pero, jugando como ayer, es el Iberostar Tenerife el que debe ser temido.
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